La periodista Vilma Ibarra, conductora del programa radiofónico Hablando Claro, de Radio Columbia, afirmó este jueves que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, la injurió y la difamó en la conferencia de prensa del 7 de junio, en Casa Presidencial.
Así lo dijo en un foro organizado por el Colegio de Periodistas (Colper) sobre pauta estatal, desinformación y violencia digital, en el auditorio de esta organización profesional, en San José.
Entre los panelistas, estaba el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez Vives, quien le respondió a Ibarra que podía defenderse si se daba por aludida.
Al principio del foro, la periodista declaró: “El presidente de la República me acusó, sin atreverse a decir mi nombre, de haber recibido nada más y nada menos que $732.000 para hacerle propaganda a la construcción de una carretera, una mentira como otras que se le achacan hoy a personas e instituciones decentes que cumplen su deber y hacen sus tareas”.
Ibarra dijo que, si bien el mandatario no dijo su nombre, mencionó dos veces su marca periodística de los últimos 20 años, Hablando Claro, para decir que una periodista había recibido esa suma de dinero según una auditoría hecha por el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) sobre la construcción de la ruta 32.
“Me injurió, me difamó y, probablemente, me calumnió; aunque esto último todavía no lo puedo asegurar, debido a la acostumbrada ambigüedad de sus apariciones públicas, que suelen estar destinadas a confundir y no a esclarecer ni a informar”, declaró la comunicadora.
Ibarra cuestionó dónde está la auditoría y por qué fue declarada confidencial si fue pagada con fondos públicos. “En defensa de mi honor, exijo que ese documento sea público”, dijo.
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“Ante esta afrenta de tergiversación y mala fe en mi perjuicio, y por supuesto destinada a menoscabar el ejercicio de la libertad de prensa, no voy a escatimar esfuerzos para establecer, sin lugar a dudas, la corrección de mi comportamiento”, adujo la panelista.
Ibarra dijo que no acepta que se normalice el amedrentamiento como moneda de curso en la convivencia democrática y que no le acepta al presidente Chaves ni al ministro de Obras Públicas, Luis Amador, que la acusen con falsedades e insistan en la “perversa táctica de acusar sin fundamento para obligar a revertir la carga de la prueba”.
“El presidente aseguró que yo recibí indebidamente recursos para repartirlos, como si fuera una piñata, a otros medios de comunicación y, en sus propias palabras, se compraba el beneplácito de algunos medios de prensa; una vez más: falso y mal intencionado. ¡Qué vergüenza! Demeritar así la investidura del más alto cargo”.
Respuesta de Jorge Rodríguez
En su siguiente intervención, el ministro de Comunicación dijo: “Como doña Vilma usó este espacio, que era de debate, para defenderse de algo que solo ella misma puso el nombre de lo que es, es importante aclarar que, si usted se da por aludida, usted puede ir a defenderse (fuera de micrófono, la periodista le dijo ‘no señor, todo mundo lo vio’).
“Lamentablemente”, continuó Rodríguez, “ya entiendo por qué se nos cambió la panelista, porque el panelista que estaba invitado cuando nosotros confirmamos era un especialista de la UCR que iba a hablar sobre este tema. Lamentablemente, pareciera que fue para defenderse y usar este espacio para eso.
“Pero muy bien, ya hasta su equipo se fue”, dijo el ministro.
Ibarra le respondió que ella no sabía a quiénes había invitado el Colper y que ella fue llamada hace tres semanas, antes de lo que calificó como la “desafortunada conferencia de prensa en la que el presidente no se atrevió a decir mi nombre”.
Recordó que, horas después de la conferencia, “operadores digitales” empezaron a transmitir en redes supuestos hallazgos de la auditoría que nadie tiene. “Aquí hay una persona sentada que ha establecido señalamientos y acusaciones contra mí; eso lo tienen los abogados”.
Por su parte, el ministro dijo que el Colper debería llamar al orden a sus agremiados. “Piden fairness (réplica), pero no lo dan; piden fairness después de publicar la nota”, alegó.
Ibarra sostuvo que no se trata de pedir respeto, sino de que el país está ante un ejercicio inédito de daño a la institucionalidad democrática, lo que incluye a medios, periodistas, instituciones y personas honestas.
“Hay instituciones, hay personas, que están siendo dañadas, en un ejercicio absolutamente consciente, de censura, de persecución, de bulos, de sorna, de ataques, que se orquestan en el poder, y luego se reproducen en la violencia digital”, sostuvo.
En el foro, le preguntaron al ministro si era válido que el presidente se dedicara a ridiculizar a otras personas.
El jerarca respondió: “La libertad de expresión es en dos vías, que el presidente tenga un tono particular, decirle lo contrario sería coartar su libertad de expresión”.