La abogada y expresidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Gloriana López Fuscaldo, asegura haber vivido “un círculo de violencia” durante algunos de los 13 meses que estuvo al frente de esa institución, a la cual renunció el lunes 19 de junio al ser “coaccionada”, según sus palabras.
Luego de un mes fuera del gabinete, la que también fuera ministra de la Niñez afirma haber sufrido violencia política y de género.
En entrevista con La Nación, habló de la forma en que el presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles le habló durante conferencias de prensa en mayo, en Casa Presidencial, sobre todo, la del miércoles 3 de mayo, en la cual hubo un intercambio que el mandatario cerró con esta frase: “No quiero que peleemos en público, después hablamos”.
López, quien tiene 50 años, dijo: “Yo he hecho una reflexión, y ahora que estoy haciendo mi informe de cierre de gestión, volví a ver las conferencias de prensa donde yo participé; hay unas tres en las que yo participé en mayo. Y fíjese que sí me chocó un poco el trato que recibí en ese momento.
“En dicho momento yo no lo vi y no me sentí humillada. Su colega Diego Bosque me hizo una entrevista y me preguntó que si me sentí humillada y yo le dije que no, y fue genuina mi respuesta, como genuina es mi respuesta hoy. Claramente recibí un trato que no fue respetuoso.
“Esa fortaleza interna que yo tengo, de no hacerme la víctima, hizo que yo no me percatara de que el trato no fue el adecuado”.
En esa conferencia de prensa posterior a la sesión del Consejo de Gobierno ella discutió con Chaves por el manejo que el PANI le dio al caso de la menor de 13 años a quien le robaron a su bebé, Keibril Amira García Amador, mientras caminaba en Cervantes de Alvarado, el 9 de abril anterior.
Ese día, López trató de explicarle al mandatario, ante las cámaras, que debía respetar el debido proceso en las investigaciones disciplinarias contra funcionarios públicos y cómo funcionan los plazos de notificación y otros trámites. Chaves, entonces, la interrumpió con esas palabras y el “después hablamos”.
De inmediato, López replicó en ese momento: “Yo en un mes le reporto; la Ley General de Administración Pública es la que nos da los plazos”.
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‘Me sentí mal y me puse a llorar’
Este viernes, en una entrevista virtual con La Nación, López Fuscaldo narró que esa situación no fue aislada, sino que hubo otros eventos similares y que, incluso, una vez lloró.
“Hay par de veces más. Después de una conferencia de prensa, él me dijo, algo molesto, que yo era una leguleya, de eso me acuerdo. Y esa conversación no me gustó y le dije: ‘no se refiera así, de esa manera, de mi persona’. Yo le puse un límite.
“También hubo otra vez, saliendo de una conferencia, que él me llama mucho la atención, me regaña, que yo debía ser más vehemente. Lo hizo a la salida, cuando había bastantes ministros. Yo me sentí mal y me puse a llorar”, detalló la abogada, quien tiene una especialidad en Derechos Humanos.
Ella insiste en que el trato no siempre fue así, que sí existía un intercambio de ideas con el mandatario, aunque su voz no siempre era escuchada. Considera que todo cambió en los últimos meses, aunque hay un antecedente durante una gira que hicieron a Guanacaste, a finales de julio del año pasado, por la conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya.
“Estando frente a un montón de líderes comunales en La Cruz, a él no le gusta algo que le estamos exponiendo de explotación sexual. Me regaña públicamente y me dice: ‘Ministra vamos a hablar en San José, hablamos en San José’. Yo sentí muy feo y recuerdo que otra ministra se me acercó, con los ojos aguados, y me dijo: ‘Él no sabe tratar a las mujeres’.
“Luego, hubo un par de llamadas donde él y yo tuvimos intercambios incómodos, en donde yo le digo: ‘Usted no me puede volver a hablar así’. Y él me dice: ‘No se pase de la raya, es que usted habla muchas leguleyadas”, afirmó.
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‘Me coaccionaron’
López Fuscaldo afirma que el último episodio fue el del 19 de junio, cuando el presidente y la vicepresidenta Mary Munive le pidieron que renunciara y ella se negó.
“Él me dijo: ‘Entonces, voy a tener que contar...’. En ese momento, yo me sentí profundamente amenazada, coaccionada, no sé”, asegura la exjerarca.
En su criterio, ella interpreta que el mandatario iba a contar “que estaba loca”. Según su relato, Munive había cuestionado también su salud mental.
De hecho, el jueves, en el Congreso, la abogada amplió al respecto: “En ese momento, yo me sentí profundamente amenazada, coaccionada, no sé. ¿Contar qué? Yo no lo sé, pero dado el contexto de lo que venía diciendo la señora vicepresidenta, yo interpreté que contar que estaba loca, y yo tengo un hijo de 16 años y no quiero que mi hijo lea en los periódicos que su mamá está desbordada; entonces, tuve miedo y le dije: ‘sí señor, voy a renunciar’, y colgué”.
En el programa Hablando Claro, de Columbia, también ahondó en este punto: “Cuando el presidente me dice ‘voy a tener que contar’, yo siento un profundo miedo. ¿Y sabe por qué sentí profundo miedo? Porque pensé en mi hijo y no quiero que mi hijo piense que su mamá está loca. Y yo me amedrento. Y fui miedosa. ¿Y saben qué? Me arrepiento de haber renunciado porque, cuando yo llegué a mi casa, sabe qué me dijo mi hijo: ‘mamá, no hubiera renunciado, mejor que la hubieran destituido, porque yo no hubiera creído que estabas loca’. Entonces, para concretar, esa fue la única vez que yo sentí profundo miedo”.
El 19 de junio, Casa Presidencial emitió un comunicado escueto en el cual decía que la ministra dimitió por “asuntos personales y con efectos inmediatos”. Agregaba que “el presidente de la República agradeció a la señora Gloriana López Fuscaldo por su servicio al país y le deseó los mayores éxitos en sus proyectos futuros”.
López concedió esta entrevista a La Nación un día después de comparecer ante los diputados de la Comisión de Derechos Humanos, en donde reveló que un asesor de Rodrigo Chaves la llamó para pedirle que procediera “con cuidado” ante un proceso de custodia relacionado con los hijos del empresario Leonel Baruch Goldberg, accionista del medio de comunicación CRHoy.
López dijo que, el miércoles 22 de marzo, la llamó Gabriel Aguilar Vargas, actual jefe de despacho de Chaves, lo que hoy considera “inusual e inapropiado” porque se trataba de un caso con una persona específica, Baruch, con la que el gobierno mantiene un enfrentamiento por la línea informativa de ese medio de comunicación.
Sobre las declaraciones de Fuscaldo, La Nación solicitó a la Presidencia una reacción.
Sin embargo, Zapote solo envió una declaración, la cual dijo sería la única que daría sobre este tema. En específico, declaró “su compromiso para que el señor Gabriel Aguilar, jefe de despacho del presidente de la República, comparezca ante dicha comisión para referirse a los hechos”.
Este jueves, mientras López comparecía ante los diputados y daba las declaraciones, Chaves estaba de viaje por Bélgica y Letonia, el cual concluiría este viernes.
La comisión legislativa acordó volver a llamar a López Fuscaldo y Casa Presidencial indicó que Gabriel Aguilar también irá a comparecer ante los diputados.