“El presidente sale a inventar que existe una conspiración, porque no tiene la lucidez ni la audacia de admitir que el pueblo está reclamando desde una forma autónoma, sin liderazgos políticos externos. Por esa incapacidad de asumir errores, por ese fundamentalismo en el ejercicio del poder, considera que siempre tiene que haber una conspiración externa, desconociendo la inteligencia que tienen los pueblos para saber enfrentar los momentos de la historia que nos han tocado.”
Así se expresó Zoilamérica Ortega Murillo, la hijastra del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, e hija de Rosario Murillo, consultada por La Nación sobre las manifestaciones en Nicaragua y la reacción del Gobierno.
Ortega aseguró que ya las organizaciones de la sociedad civil y la población han intentado hacer los reclamos por los medios que correspondían, para evitar la confrontación.
“Esta es la muestra de que no existe otra manera de manifestar el desagrado, pero más allá de eso, la necesidad de tener un verdadero cambio en Nicaragua”, comentó la hijastra del mandatario nicaragüense.
Ella añadió que el discurso del mandatario es un insulto a la memoria histórica de un pueblo que no puede olvidar las dos guerras que vivió en las últimas décadas. “Si el pueblo recurre a salir a las calles, es porque hay una razón”, dijo Ortega.
Las manifestaciones que se han dado en las calles nicaragüenses desde el miércoles en la tarde se deben a la reforma que oficializó Daniel Ortega al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), que incrementa las cotizaciones de los trabajadores y del sector privado.
Además, se aplica un impuesto del 5% a las pensiones para financiar la atención médica. Ese tributo se cobrará sobre las jubilaciones por vejez, invalidez e incapacidad.
En cuanto a los porcentajes de cotización, el decreto presidencial de Ortega los ubica en un 7% para trabajadores y en un 22,5% para los patronos. Esa decisión del Gobierno de Nicaragua habría sido tomada fuera de la mesa de negociación con el sector privado.
Las reformas promovidas por el gobierno de Daniel Ortega llegan a pesar de que, al entrar al gobierno, Ortega recibió el fondo jubilatorio con un superávit de ¢18.000 millones ($32 millones), según reportan los medios nicaragüenses como Confidencial y La Prensa.
A criterio de Zoilamérica Ortega, quien reside en Costa Rica desde el 2013, autoexiliada, es sumamente curioso que la imagen que sus padres han estado vendiendo ante el mundo, supuestamente exitosa en una serie de indicadores económicos, de un día para otro tengan que justificarla por la crisis mundial y aducir que viven los mismos problemas de sistemas de seguridad social de otros países.
“Hay una admisión de que la economía nicaragüense hace rato dejó de ser la de los números reales y la economía es parte de ese maquillaje que ellos han tratado de vender”, dijo la hijastra del presidente nicaragüense.
Ella también considera que la corrupción interna en las diferentes instituciones del gobierno de Daniel Ortega se ha agravado, después del retiro de la cooperación venezolana.
“La cooperación venezolana venía siendo la caja chica para sostener todas las acciones populistas, todo el financiamiento social, que maquillaba al gobierno de Daniel Ortega como un gobierno de los pobres”, explicó Ortega.
Al perder ese financiamiento y ya no tener esa correlación de fuerzas, se empezó a hacer uso de recursos internos, “al punto de que para que ellos están admitiendo que tienen un grave problema y deben tratar de evitar la quiebra de la seguridad social”.
Erosión social en Nicaragua
Zoilamérica Ortega Murillo, de 50 años, cree que las protestas que explotaron en Nicaragua en los últimos días son una señal de la erosión que vive su país, pero también del hecho de que el presidente y su gobierno “ya no pueden controla la corrupción dentro de sus propias instituciones.
“Más allá de que ellos mismos puedan disponer de los recursos públicos para sus propios fines, también existen dentro del gobierno síntomas de matonismo y de caos. Se amenazan, se intimidan, se roban entre sí”, comentó la hija de Rosario Murillo.
Eso es lo que se ha generado por una unidad mantenida solo por el miedo y la intimidación, cree Zoilamérica Ortega, quien afirma que no está lejos el día de que haya una separación importante de la unidad política del régimen de Daniel Ortega.
“También se vendrá el pronunciamiento de muchos sectores que van a empezar a salir del miedo, a partir de lo revelador que resulta la valentía de estos muchachos”, dijo Ortega.
Ella, la hijastra de Daniel Ortega, cree que Nicaragua no esperará 45 años para derrocar a otra dictadura, como sucedió con la somocista.
“Los pueblos aprendemos lecciones. Esta mentalidad de abuso de poder, de convertirse en los dueños de Nicaragua, los está haciendo comportarse de manera genocida, sanguinaria, desproporcionada”, manifestó Zoilamérica.
Añadió que no hay sensatez al frente del conflicto por las pensiones, pero apuntó que resulta preocupante cuando la empresa privada va a diálogo nacional pero con un interlocutor que “está fuera de toda realidad, gobernando desde una visión de reino, no de Estado ni de país”.