Científicos nacionales apoyan impedir la reproducción de animales silvestres ajenos a Costa Rica en el Parque de Aventuras Ponderosa (Liberia, Guanacaste) para evitar riesgos en la propia biodiversidad nacional.
Uno de quienes lo advierte es Gustavo Gutiérrez Espeleta, doctor en genética especializado en genética de la conservación de la vida silvestre y exdirector de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica, para quien la fauna local podría sufrir las consecuencias de reproducir en cautiverio jirafas, cebras y antílopes.
“Ellos hace muchos años trabajan al margen de la ley reproduciendo especies de cebras, jirafas y antílopes que disfrazan de conservación en cautiverio sin absolutamente ningún fundamento científico”, manifestó.
Gutiérrez recordó que manejo de animales silvestres cautivos es extremadamente complicado en especies nativas, por lo cual el riesgo con animales de origen africano es todavía mayor si, por ejemplo, le transmiten a especies locales enfermedades desconocidas en Costa Rica.
“Entonces tenemos un riesgo de zoonosis para vida silvestre local. Por eso es absolutamente lógico y debería prohibirse la cercanía de humanos con cualquier animal y evitar su reproducción si son externos”, explicó.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) confirmó que en ese parque se deja a los visitantes alimentar a los animales con una dieta ajena a ellos y posar con estos para sacarse selfis, ambas situaciones catalogadas como faltas a la normativa vigente.
Esa cercanía puede propiciar contagios por zoonosis o antropozoonosis. Las zoonosis es cualquier tipo de enfermedad que un animal puede contagiar a un ser humano y antropozoonosis es cuando un ser humano contagia de alguna enfermedad a los animales.
“En ese lugar no hay manejo alguno, ni propuesta de nada. Son animales exóticos que no deben estar en Costa Rica y la única razón de su presencia es lucro y con un mal manejo. Eso potencialmente puede ser un caos”, aseveró el biólogo.
El Parque Ponderosa admitió que tiene al menos 300 animales divididos en 11 especies exóticas como jirafas, cebras, antílopes; entre otros.
Consultado por La Nación, el propietario del Parque, David Patey, aseguró que aunque es negocio también hay planes de manejo de esas especies.
“Todos los lugares tiene un plan de negocios para generar ingresos, pero este no es un negocio para hacerse millonario y tenemos planes y manejo para mantener la especie”, respondió.
Según el empresario, de los animales que llegaron hace 20 años a su propiedad desde Estados Unidos y de Cuba solo queda uno y los restantes ahí resultaron de la reproducción de aquellos.
“Entonces si en los siguientes 20 años no hacemos un manejo parecido, estas especies no solo seguirán en peligro de extinción mundial sino en peligro de extinción en Costa Rica también”, lanzó.
Con este argumento es que Patey adversa el Reglamento a la Ley de Conservación de la Vida Silvestre Ley No. 7317, decreto ejecutivo No. 40548-Minae, que establece la prohibición a reproducir estos animales.
A junio de este año, había en Costa Rica 264 sitios de manejo de fauna todos en manos privadas, sean personas físicas o jurídicas, precisó Angie Sánchez Nuñez, coordinadora nacional del Programa de Vida Silvestre del Sistema Nacional de Áreas de Conservación.
De ellos, 128 corresponden a fauna vertebrada exótica o nativa y otros133 fauna invertebrada donde se incluyen por ejemplo los criaderos de mariposas.
Otras preocupaciones
La defensa que hace el empresario dista por completo del criterio de la doctora Laura Porras Murillo, académica del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (UNA).
Costa Rica, señala Porras, es un país muy rico en biodiversidad, pero pequeño en territorio y con pocos recursos económicos y humanos para cuidar esa riqueza que existe. Para ella, ese acervo natural, por ambas condiciones, es un bien muy frágil y expuesto.
“La gente no viene a Costa Rica a ver jirafas o cebras, sino especies nativas. Nuestro turismo se alimenta de esa biodiversidad local, entonces tenés un riesgo altísimo con esa reproducción de especies exóticas”, explicó.
Para ella, tiene lógica que el reglamento del Minae que cuestiona Patey prohíba la reproducción de esos animales exóticos en cautiverio porque ello salvaguarda la frágil biodiversidad nacional que da de comer al turismo de Costa Rica.
Porras señaló que, si varios individuos de una de estas especies de Ponderosa se escapa y luego se reproduce en hábitats naturales, "eso es lo que se cataloga como un desastre ecológico y está científicamente probado”.
En abril pasado se les escapó una cebra macho mientras era transportada a una finca en San Carlos, supuestamente con permiso de operación como santuario y como parte de una donación.
“Cuando iba en el camión, pasó por encima de un reductor de velocidad y se abrió la compuerta. La cebra se salió pero luego se logró subirla nuevamente y no pasó nada”, explicó Jose Luis Rodríguez, vocero del Parque.
El Noticiero Tilarán Guanacaste capturó en video parte de aquel escape.
#SoloEnGuana ¦ 🦓 Vecinos encuentran a una CEBRA en media calle en Río Naranjo de Bagaces. La cebra se "escapó" luego de...
Posted by Noticiero Tilarán Guanacaste on Sunday, April 19, 2020
¿Y en el futuro?
La académica de la UNA también cuestionó la reproducción al plantear qué pasaría con esos animales si los propietarios del parque quiebran o cierran.
“Con los limitados recursos del Minae, ¿qué haría el Estado entonces con estas especies? No tiene capacidad como quizás sí con especies nativas. ¿Dónde las mete? El argumento de reproducir por evitar extinción es falaz porque eso no contribuye en nada con la sobrevivencia de esas países por estar reproduciéndose entre pocos individuos y eso solo deteriora su genética. Además, no son propios de Costa Rica", aseveró.
En el mismo sentido se pronunció Mauricio Jiménez Soto, director del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la UNA, quien tiene a cargo el proyecto diagnóstico y control de enfermedades en animales silvestres,
Él asegura que en Costa Rica se han dado importaciones de especies exóticas sin seguir todos los criterios para proteger la vida silvestre local.
“No necesariamente se considera el resto de la biodiversidad, lo que nosotros vendemos es nuestra fauna silvestre local y en libertad y ello merece mucho más cuido”, advirtió.
Si alguien tiene una población de animales animales exóticos muy grande, explicó, debe darles alimentación adecuada, seguimiento médico estricto y campo, pero si falla una de esas condiciones de tenencia adecuada, los animales estarán en malas condiciones y habrá más exposición a riesgos.
“Lo que me preocupa es el futuro, si una persona como David Patey u otros, quiebra o cierra la operación, en Costa Rica no hay dónde situar a esos animales, ni capacidad económica para responder al problema, por eso los reglamentos que existen buscan que los lugares con estos especímenes tengan respaldos y garantías, incluso para esas eventualidades”, manifestó.