“La migraña no es nada más un dolor de cabeza fuerte. Es una enfermedad neurológica”, sentenció el especialista mexicano Manuel Gudiño Castelazo durante una charla con periodistas costarricenses.
Y esto es así. De hecho, quienes sufren este padecimiento confirman que también presentan sensibilidad a la luz y el sonido, “hormigueos” en las manos o pies, trastornos visuales ―como ver manchas o luces, o tener la visión nublada― e incluso sufren náuseas y vómitos.
Es una situación definida como incapacitante y que en muchos casos se repite incluso varias veces al mes. Esta es la realidad que vive el 16,4% de la población de Centroamérica y Suramérica: dos de cada tres de estas personas son mujeres.
Aunque son varias las causas que motivan una migraña, hay diferencias cerebrales que pueden influir. Si se compara el cerebro de una persona migrañosa con el de una que no lo es, se encontrarán diferencias estructurales.
Paso a paso: ¿qué es la migraña?
Antes de profundizar en estos cambios cerebrales debe tenerse claro qué es la migraña y qué no lo es, porque hay más de 100 tipos diferentes de dolores de cabeza y la migraña es solo uno de ellos, que presenta otros síntomas además.
El diagnóstico se hace con base en varios síntomas y características. El neurólogo Manuel Gudiño, quien también es miembro de la Asociación Mundial de Cefaleas, detalló varias de esas señales en una charla ofrecida, el pasado miércoles, en el hotel Crowne Plaza, en la Sabana. Estas son:
- Debe haber tenido cinco ataques que se den en un espacio de entre cuatro y 72 horas.
- Además, debe ir acompañado de al menos dos de los siguientes síntomas:
- Localización unilateral, es decir, solo duele un lado de la cabeza. No obstante, este dolor puede cambiar de lado; no siempre se mantiene en el mismo lugar.
- El dolor va de moderado a severo.
- El dolor es punzante. Se sienten espasmos o “latidos”.
- Aumenta con la actividad física.
- Además, debe tener al menos una de estas características:
- Náuseas o vómitos.
- Fotofobia y fonofobia (aversión a la luz y a escuchar).
- Antes del dolor de cabeza, se siente en el cuello u hombros.
Este padecimiento se considerará crónico si se presenta durante más de 15 días al mes.
La migraña tiene varias fases, que pueden traslaparse:
Predrómica. Se da antes del dolor, incluso 48 o 72 horas antes. El cerebro ya tiene migraña, aunque la persona no se percate. Las personas pueden experimentar insomnio, cambios en la frecuencia de la orina, cambios de humor o muchos bostezos. El cerebro ya activó los comportamientos de la migraña, ya se “encienden” las áreas relacionadas con el dolor y es indicativo que este vendrá horas después.
Un tercio de la personas afectadas experimentará un “aura”, síntomas previos al ataque de dolor. En el 90% de los casos estas fases son visuales: se ven luces, parchones, o la vista se nubla o se comienza a ver “todo negro”.
Sin embargo, hay auras en las que el paciente tiene problemas para coordinar el habla, o descoordinaciones motoras. También hay auras sensitivas, donde se sienten “hormigueos” o pequeños temblores.
Fase de dolor. Es de moderado a severo. Se siente punzante. En combinación con los otros síntomas puede llevar a la persona a incapacitarse.
Fase posdrómica. La migraña no finaliza con el dolor. Hay una fase de “resaca” en la que la persona se siente débil, tiene menos energía y su rendimiento en las actividades diarias es menor.
Gudiño expresó que no siempre estos dolores van con la misma frecuencia e intensidad: eso puede ser muy variable.
El cerebro de un migrañoso
Todos estos padecimientos corresponden a un cerebro mucho más sensible a estímulos externos y con una estructura diferenciada del resto de la población.
“Los cerebros de los pacientes que tienen migraña tienen las estructuras relacionadas con el dolor, por ejemplo, el tálamo, más grandes que la población general. Y las estructuras que modulan el dolor, como la corteza prefrontal o el giro anterior del cíngulo son más pequeñas.
“Entonces es un cerebro que está hecho para producir dolor, pero no para controlarlo, porque las estructuras del dolor están más grandes y las que lo controla están más pequeñas”, manifestó Gudiño a La Nación después de su charla.
El neurólogo hizo una analogía con el fortalecimiento de músculos. Si se va a un gimnasio a entrenar bíceps, esta zona se desarrollará más que las áreas que no se fortalecen. Con la migraña es lo mismo: las áreas relacionadas con el dolor se estimulan más que las que lo controlan o alivian, y esto llevará a una relación desigual.
Sin embargo, Gudiño aclaró que en la práctica clínica no se indican estudios de imágenes y la migraña es diagnosticada de acuerdo con los síntomas y la frecuencia de estos.
Son varias las investigaciones científicas que sí han explorado imágenes cerebrales y establecen esta relación. En 2013, un estudio de la Universidad de Pensilvania, publicado en la revista Plos One, señaló que es probable que la red de arterias que lleva el flujo de sangre al cerebro esté incompleta en las personas que padecen este mal.
Lo anterior obedecería a que los cambios en la estructura arterial conducen a las asimetrías en el flujo sanguíneo cerebral y esto podría contribuir a disparar las migrañas.
Años después, en el 2021, una revisión en la revista Frontiers of Neurology detalló mayor acumulación de hierro en las personas que sufren de migraña. En estas personas, el metabolismo cerebral también era más activo.
Otro estudio publicado este año en la revista Science analizó las moléculas transportadas al nervio trigémino. Los investigadores identificaron doce proteínas llamadas “ligandos” que se unen a los receptores de los nervios sensoriales en el ganglio trigémino (el trigémino es el principal nervio de la cabeza y el rostro). Esto podría provocar la activación del dolor.
En estas proteínas, una llamada péptido que está relacionada con el gen de la calcitonina (CGRP) jugaba un rol mayoritario, pues se vio una actividad aumentada en personas que desarrollaban migrañas (tanto con aura como sin aura) y no en quienes no las tienen.
El cerebro durante la migraña
En el cerebro hay un nervio llamado trigémino. De acuerdo con el Manual MSD, este es clave para el desencadenamiento de las migrañas.
Dicho nervio envía impulsos (incluyendo los impulsos del dolor) desde los ojos, el cuero cabelludo, la frente, los párpados superiores, la boca y la mandíbula hasta el cerebro. Cuando el nervio se estimula, libera sustancias que causan inflamación en los vasos sanguíneos cerebrales y las capas de tejido que cubren el cerebro (meninges).
Lo anterior explica el dolor de cabeza pulsátil con intensidades variables de moderadas a fuertes, las náuseas, los vómitos y la sensibilidad a la luz y el sonido.
Migraña impacta a nivel mundial
No son pocas las personas que sufren de migraña. En el mundo se estima que es un 15% de toda la población.
En Costa Rica, cada año, al menos 30.000 asegurados solicitan incapacidades debido a diferentes tipos de cefaleas, sin embargo, no se especifica si se trata de migraña o de otro tipo de dolor.
Entre enero de 2019 y abril de 2022, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) registró 175.291 órdenes de incapacidad por cefaleas, las cuales sumaron 292.138 días de licencia, para un promedio de 1,67 por episodio.
No obstante, estos números pueden presentar un subregistro, dado que no todas las personas buscan atención y algunas se automedican.
Nuevos tratamientos contra la migraña
Lo conocido de la migraña hasta hoy lleva a nuevos tratamientos que no se concentren nada más en aliviar el dolor, sino también a tratar la causa de todos los padecimientos de este trastorno y en prevenir los ataques.
Gudiño expresó que un 40% de las personas con migraña podría necesitar de un fármaco preventivo que les ayude a “atajar” las crisis antes de que ocurran.
Una nueva línea de fármacos busca inhibir la acción del CGRP. En Costa Rica, está disponible el principio activo Rimegepant, cuyo nombre comercial es Nurtec. Este tratamiento debe ser indicado por un profesional en Medicina quien debe vigilar su uso.