La clínica de Hone Creek, en Talamanca, Limón, atendió a 11 personas intoxicadas tras una explosión de un químico prohibido en el país, llamado fosfuro de aluminio.
Según confirmó el director de ese centro de salud, Wilman Rojas, los pacientes presentaban náuseas, ardor en los ojos, irritación en la piel y dolor en la “boca del estómago”, ocasionado por el gas que se produjo tras la explosión.
Entre las víctimas de la intoxicación se encontraba un menor de cinco años y una mujer con 36 semanas de embarazo, todos de nacionalidad estadounidense.
El hecho se dio en una casa ubicada en Cocles, en Puerto Viejo de Talamanca, Limón.
Jacinto Saborío, investigador del Cuerpo de Bomberos, dijo que el viernes 8 de agosto la casa en cuestión fue envuelta en plástico negro para fumigarla contra el comején.
Saborío dijo que en la fumigación usaron pastillas de fosfuro de aluminio, un químico cuyo uso es ilegal en el país, según confirmó la ministra de Salud, María Luisa Ávila Agüero.
“El viernes, envolvieron la casa en plástico negro. El domingo en la noche fue la explosión. Usaron pastillas de fosfuro de aluminio para matar comején.
“El lunes siguiente, se quitó el plástico, y desde ese día los habitantes y vecinos de la casa empezaron a sentirse mal, pero sin conocer el motivo”, relató el bombero.
¿Cómo llegó? La Ministra explicó que la explosión se dio porque taparon con un plástico el recipiente con las pastillas de fosfuro de aluminio. Comentó que eso fue lo que causó la producción de un gas altamente tóxico, el cual, además de producir la explosión, intoxicó a los habitantes de la casa.
Ese Ministerio investigará cómo y por qué llegó el producto hasta allí, y no descarta presentar una denuncia penal contra la empresa responsable de traer un químico de uso ilegal, pues se puso en riesgo la salud pública.
Mónica Silveira, vecina de la residencia, aún sufre problemas por la intoxicación. “Tengo los ojos rojos. Los médicos nos han dicho que eso podría traernos problemas en el hígado de aquí a un tiempo”.