Ayer, a las 5:25 p. m., terminó el peregrinaje de 13 meses por la corriente legislativa del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica y Chile.
El apoyo de 36 de los 44 diputados presentes permitió la aprobación, en segundo debate, del acuerdo comercial con los suramericanos.
El proyecto fue rechazado por los legisladores de Fuerza Democrática, Acción Laborista Agrícola, Integración Nacional y Renovación Costarricense.
Asimismo, se sumaron los liberacionistas Ricardo Sancho y Wálter Robinson.
Esas fuerzas políticas argumentaron que el TLC beneficiará solo a unos pocos sectores.
Enfatizaron que los agricultores serán los más sufridos con la entrada de los productos chilenos.
El Tratado recibió el aval, en primer debate, el pasado 29 de agosto, durante el anterior período de sesiones extraordinarias.
Había entrado al Congreso el 4 de noviembre de 1999. Ahora, la iniciativa pasa al Poder Ejecutivo para la sanción respectiva.
La ratificación legislativa culmina un acuerdo bilateral firmado el 18 de octubre de 1999, en Guatemala, por el presidente, Miguel Ángel Rodríguez, y el entonces mandatario de Chile, Eduardo Frei.
También, se cumplió un compromiso político rubricado entre las bancadas mayoritarias de tramitar, en forma paralela, el TLC con Chile y un plan que regula las negociaciones comerciales emprendidas por nuestro país.
Sí al plan comercial
Ayer, ese proyecto, que norma los tratados de libre comercio fue avalado, en segundo debate, por 36 legisladores. Solo cuatro de los presentes votaron en contra de la iniciativa.
La propuesta, que fue impulsada por los liberacionistas, procura una mayor transparencia en las negociaciones comerciales.
Además de recomendar un código de ética, fija prisión, de uno a cuatro años, para los negociadores que obtengan beneficios para sí o en representación de terceros.
La ratificación parlamentaria del TLC fue recibida con beneplácito por el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX).
El ministro Tomás Dueñas expresó, en un comunicado de prensa, que el TLC le abre mayores oportunidades comerciales a los productores ticos. Pero, en una actividad con exportadores, les criticó a algunos por no apoyar ese acuerdo.
Estancado
Mientras tanto, en Chile, la ratificación legislativa del TLC camina a paso lento.
Óscar Quina, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, confirmó desde Santiago que el acuerdo se encuentra "estancado" en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados de su país. "Con suerte sale en enero de la Cámara de Diputados", explicó.
Aprobado en ese panel, el TLC deberá superar la autorización de dos comisiones (la de Relaciones Exteriores y la de Hacienda) del Senado chileno, antes de llegar al plenario.
La versión de Quina fue corroborada por Guillermo Yunge, embajador chileno en Costa Rica.
No obstante, el diplomático dijo que el presidente Ricardo Lagos le prometió al mandatario Rodríguez la ratificación definitiva del TLC en el transcurso del primer semestre del 2001.
Costa Rica mantiene en vigencia un acuerdo de libre comercio con México.
También rubricó un acuerdo con República Dominicana, el cual está a la espera de la aprobación del Senado de ese país.
Nuestro país, además, inició una ronda de negociaciones con Canadá y Panamá.
Sobre el TLC, la liberacionista Sonia Picado opinó que el país se encamina por la ruta correcta, de cara al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que arrancará en el 2005.
La congresista reconoció que el Gobierno está en la obligación de darle seguimiento a los efectos de la apertura porque algunos sectores resultarán golpeados.
En esa misma línea, el libertario Otto Guevara calificó la iniciativa como "un pasito, nada más" en materia de apertura comercial.
El minoritario José Angel Merino (Fuerza Democrática) pidió al Gobierno que deje de firmar tratados bilaterales y más bien se dedique a establecer una política inteligente de inserción en los mercados internacionales.