El presidente ejecutivo de la CCSS, Eliseo Vargas, y el gerente financiero de la Corporación Fischel, Olman Valverde Rojas, renunciaron ayer a sus cargos.
Las dimisiones se dieron luego de que este diario publicó una investigación periodística sobre el caso de una vivienda que Vargas alquila a Valverde desde octubre.
Vargas había intentado comprar la casa, ubicada en Parque Valle del Sol, en Santa Ana. Para ello ofreció $700.000, pero su propuesta la rechazó el dueño. Semanas después, el gerente financiero de Fischel adquirió el inmueble en $735.000 y ese mismo día suscribió un contrato de alquiler por $2.500 al mes con el ahora exjerarca de la Caja.
La Corporación Fischel es un proveedor que el año pasado vendió a la Caja productos y servicios por ¢1.172 millones.
La renuncia de Vargas se dio poco después de las 9:30 a. m., antes de una conferencia de prensa que la CCSS convocó en relación con la toxocariasis ocular.
El funcionario dijo que dejaba su cargo para no perjudicar al Gobierno, al Presidente de la República y a la entidad.
Anoche, en una sesión extraordinaria del Consejo de Gobierno, se nombró a Horacio Solano, actual gerente médico, como el nuevo presidente ejecutivo.
El mandatario Abel Pacheco también anunció a Luis Javier Guier como presidente ejecutivo del INS, luego de la salida de Germán Serrano.
Ayer, diputados del Partido Acción Ciudadana (PAC) pidieron a la Contraloría General de la República “una intervención inmediata” en la CCSS.
Reclamaron información sobre los “recursos que desde la CCSS se han girado por concepto de asesorías, compra de servicios, alquileres de equipo y otros a la Corporación Fischel S. A. y sus intermediarias, así como un listado de todas las consultorías contratadas durante los últimos seis años, con el detalle de su costo, partes contratantes y subcontratantes”.
En un comunicado de la Oficina de Prensa, la Contraloría de la República –órgano adscrito a la Asamblea Legislativa– anunció que analizará la petición de los legisladores “en cuanto ingrese a la institución”.
Aceptada
El presidente ejecutivo de la CCSS entregó personalmente su carta de renuncia al mandatario Abel Pacheco, quien lo nombró en mayo del 2002 en el puesto.
Llegó a la Casa Presidencial a las 4:04 p. m. mientras el gobernante ofrecía una conferencia de prensa sobre el encuentro que tuvo con el presidente electo de El Salvador, Tony Saca.
Pacheco y Vargas se reunieron 10 minutos y salieron del despacho a hablar con la prensa.
Vargas leyó un comunicado en el que dijo: “Mi error puede haber sido no tener la maledicencia de algunas personas para ver que en un acto estrictamente privado podría tener repercusiones en la función pública”.
Aclaró que su decisión de renunciar busca evitar que sus actuaciones privadas sirvan de arma de ataque al Presidente y a su administración.
Dijo que ningún funcionario puede decir “que yo le hubiera compelido a actuar a favor o en contra de alguna empresa o persona”. Agregó que pretende dar “una lección de decencia” a quienes creen que los políticos son gente sin sentido de dignidad personal y que se aferran a los puestos como si fueran salvavidas.
Pacheco calificó la decisión de Vargas como “un ejemplo de hombría, de dignidad y de decencia”.
Según el mandatario, Vargas renuncia a una posición de poder que le daría algún privilegio para defender su honra, “que ha sido severamente cuestionada”.
Consultado si tenía dudas sobre la actuación de Vargas, Pacheco respondió: “Yo creo que pudo haber habido algún error, pero no creo a don Eliseo capaz de dolo. En fin, serán los jueces los que digan eso, serán los Tribunales”.
También se le preguntó si el Poder Ejecutivo investigará la actuación del exjerarca de la CCSS. “Vamos a ver, imagino que sí, aquí todo se investiga, aquí todo es transparente”.
Además, le deseó a Vargas “la mejor de las suertes en su empeño de limpiar la honra que le ha sido manchada”, según dijo.
En cadena
En la tarde, luego de una consulta de La Nación , la directora de asuntos corporativos de la Corporación Fischel, Lauren Carvajal Ávila, informó sobre la renuncia del gerente financiero del grupo, Olman Valverde Rojas.
Carvajal declinó referirse a los motivos de la dimisión. De igual forma reaccionó Valverde cuando se le llamó anoche para conocer las razones de su decisión.
La Corporación reiteró que lamenta “lo sucedido” y que se trató –el contrato de alquiler– de un acto completamente privado entre Eliseo Vargas y Olman Valverde.
La directora de asuntos corporativos indicó además que la Corporación envió un comunicado a la Superintendencia General de Valores (Sugeval) para explicar la situación a sus accionistas.
También, elaboran una normativa interna para evitar que sus funcionarios participen en operaciones que puedan constituir un eventual conflicto de intereses.
Casero e inquilino
Ayer, este diario informó de que Valverde adquirió las acciones de la sociedad Alfa PVS Cincuenta y Nueve, propietaria de la casa 59 de Valle del Sol, el 23 de octubre, tras pagar $735.000 (unos ¢316 millones).
La compra ocurrió luego de que Vargas había ofrecido $700.000 por la misma casa y el dueño rechazó la oferta.
El mismo día en que adquirió la vivienda, Valverde firmó un contrato de alquiler en el que Vargas se comprometió a pagar $2.500 mensuales más gastos de mantenimiento. El precio de alquiler de viviendas similares a la que alquila Vargas oscila, allí, entre los $5.000 y los $5.500 mensuales.
Vargas paga su alquiler en efectivo, según admitió.