Los propietarios de restaurantes se preparan para la temporada alta del año con incertidumbre, pues temen que la solicitud del código QR de vacunación para el ingreso a comercios afecte sus ventas en este periodo clave para elevar ganancias.
Así lo manifestaron a La Nación, la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore) y la Asociación de Bares y Restaurantes (Asobarest), las cuales solicitan mayor claridad sobre cómo se fiscalizará esta medida.
Dicho código deberá ser solicitado a partir del 1.° de diciembre por todos los establecimientos que quieran operar al 100% de su capacidad, y aquellos que no lo pidan, solo podrán funcionar a un aforo del 50%.
Aunque su aplicación será obligatoria hasta el próximo 8 de enero, los dueños de restaurantes consideran que el periodo de prueba en diciembre podría generar pérdidas económicas y conflictos con clientes.
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Elliot Campos, presidente de Cacore, fue cauteloso al decir que por un lado es positivo que el Gobierno haya permitido más apertura, pero que aún continúa un fuerte problema de comunicación con los sectores, al no planificar las medidas con tiempo ni anunciarlas de manera adecuada.
Para él ese ha sido uno de los principales problemas que ha generado desconfianza en los restauranteros, porque las autoridades “un día salen con una cosa y al otro día con otra”, entonces los afiliados sienten que se adoptan medidas a la ligera y sin preparación.
“Tal vez no sea en este momento la posición de la Cámara, pero muchos afiliados han dicho que están en contra de la obligatoriedad del código QR, sienten que van a perder clientes justo en momentos donde la idea era recuperarse de las pérdidas de todo este año”, agregó Campos.
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El presidente señaló que una de las principales preocupaciones es la posible necesidad de contratar nuevos empleados que se encarguen exclusivamente de la verificación del código QR en la puerta de los comercios, pues no todos los establecimientos tienen la capacidad económica para cubrir ese gasto y existen negocios con más de una puerta, por lo que se deberán asignar varias personas a esa tarea.
Esa dificultad incluso ha provocado cierta resistencia a adoptar la medida sanitaria durante el periodo de prueba. “Hay afiliados que me han dicho que prefieren operar al 50% de capacidad”, narró Campos.
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Por su parte, José Francisco Quesada, presidente de Asobarest, subrayó que las autoridades deben entender que si los comercios trabajan al 100% de capacidad, muchos no podrán respetar el distanciamiento social. Además, podrían darse largas filas en las afueras de los negocios, incluso sin el metro ochenta de distancia entre cada persona, por la necesidad de verificar el código QR al ingreso de los establecimientos.
“Es importante y necesario que haya un buen porcentaje de gente vacunada con las dos dosis para que el golpe económico a nosotros sea mínimo, porque aunque sea por temas de salud, los negocios también deben velar por su rentabilidad”, manifestó Quesada.
Según la herramienta Cuenta Regresiva, de La Nación, actualmente el país está a 54 días de conseguir que el 80% de su población esté inoculada con el esquema completo contra el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. De mantenerse el ritmo de vacunación actual, eso ocurriría poco antes de que finalice este año.
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Fiscalización
Elliot Campos rescató que la incertidumbre también recae en la fiscalización de esta medida, ya que no saben si la verificación que hagan las autoridades también moleste a los clientes o afecte a los restaurantes.
“Por ejemplo, ¿Qué pasa si llegan los policías a verificar si un cliente tiene el código QR, pero él dejó el celular en el carro o se lo dio a alguna persona que no está en ese momento en la mesa? No sabemos cómo proceder en ese momento si hay algún inconveniente”, dijo.
Igualmente, se mostró preocupado por los turistas que actualmente se encuentran en el país y que quizá no tengan el código. Para él, ellos son clientes muy valiosos que no se pueden perder por esta medida.
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En ese sentido, tanto Campos como Quesada sostuvieron que el Gobierno debería ser más flexible con las posibles sanciones que aplique a comercios que tengan dificultades al solicitar el código QR para ingreso.
Para exponer esta y otras inquietudes, el sector se reunirá mañana jueves con el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y el Ministerio de Salud, con el fin de aclarar cómo será la aplicación de esta medida durante la temporada alta del año.
Este miércoles, precisamente, los empresarios turísticos solicitaron posponer la exigencia del código QR.