Los aguaceros de la tarde de ayer incrementaron la fuerza del río Cañas, que arrasó con al menos diez viviendas en barrios de Desamparados y Aserrí, ambos cantones de San José.
Además, a correntada dañó unas 40 casas, destruyó un puente y falseó dos más, según datos de la Cruz Roja y del alcalde de Aserrí, Mario Morales.
Gran parte de los damnificados buscaron refugio donde familiares y solo 25 personas se alojaron en un salón comunal.
Entretanto, en todas las comunidades ubicadas entre Aserrí y Tarbaca, lo mismo que en La Sabana –en San José– se quedaron sin electricidad por la caída de cables eléctricos.
La ausencia de semáforos causó trastornos en el tránsito en las horas pico de la tarde en el Paseo Colón y alrededores.
Ante la posibilidad de que estas condiciones climáticas permanezcan, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) declaró alerta preventiva (verde) para el Valle Central.
Para hoy, geólogos de esa entidad evaluarán el avance de un deslizamiento en el cerro Burío, cerca de la localidad de Tarbaca.
“Es un deslizamiento activo y reconocido por la CNE que amenaza un área donde residen unas 25 familias”, detalló Jorge Rovira, quien es subdirector de operaciones de la Cruz Roja.
Tarde inolvidable
Las congojas para los vecinos del río Cañas empezaron al ser las 2 p. m. Fue entonces cuando, según ellos, se vino una cabeza de agua que terminó de destruir muchas obras deterioradas desde la última emergencia, hace un año.
Este es el caso del puente que une el barrio Santa Teresita con Salitrillos de Aserrí. Aquí también las casas más próximas a la estructura quedaron falseadas.
Por esta razón, a pocos días de dar a luz a su segundo hijo, Mónica López tuvo que sacar sus bienes de la vivienda alquilada desde hace dos años. La acompañaba su hijo y su mamá, quien vino desde Golfito para visitarla.
Calle adentro de Santa Teresita, las casas quedaron anegadas y con varios centímetros de barro.
“Nos salvó un muro que construimos hace unos 12 años”, expresó un lugareño.
“El problema es que ya no es que el río se mete, sino que nos le metimos al río”, comentó otro.
Y es que en barrio Santa Teresita las casas están al mismo nivel que el cauce y la gente confiesa que para este época se levanta a mitad de la noche o madrugada para vigilar el nivel del río.
Ayer muchos decidieron no arriesgarse y salieron con la esperanza de que hoy las condiciones del tiempo mejoren.
La historia fue similar en San Juan de Dios de Desamparados, donde en algunas casas el agua superó el metro de altura.
Carmen Alvarado, con 30 años de vivir aquí, aseguró que “nunca había visto nada igual”.
En barrio Maiquetía, en San Rafael Arriba de Desamparados, lo mismo que en Concepción de Aserrí, el río hizo más que falsear o llenar de barro.. Allí, el Cañas arrancó paredes y dejó a la gente sin dónde vivir, nuevamente a merced de la solidaridad y del Estado.
Avanzada la tarde, la Cruz Roja atendió también una emergencia cuando un vehículo colisionó y cayó al río Santa Clara en Pococí, Limón.
Todos fueron rescatados, pero dos personas sufrieron heridas graves y otra con lesiones leves.
Colaboraron Álvaro Murillo y Carlos González.