Cartago. Mientras procuran recuperar su salud, los niños que permanecen internados en el hospital Max Peralta, en esta ciudad, disponen ahora de una sala de juegos para su esparcimiento.
El salón se encuentra en la sección de Pediatría y se hizo realidad gracias a la donación de ¢36 millones por parte de la Fundación Infantil Ronald McDonald.
Los infantes pueden disfrutar juegos de mesa, rompecabezas, computadoras, juguetes y una amplia colección de libros de cuentos, lo que ayudará en su entretenimiento mientras permanecen en este centro de salud.
La sala de juegos beneficiará a una población de por lo menos 150.000 niños.
Solidaridad. El director del hospital Max Peralta, Víctor Navarrete, expresó su gratitud por la donación. “Es un gesto que refleja el sentido social de esa empresa, especialmente con los niños, quienes son una razón de nuestra existencia”, manifestó el médico.
María Calvo, jefa de Pediatría y Neonatología del Max Peralta, puso de relieve que este tipo de juegos son muy importantes ya que la curación física debe ir acompañada del bienestar mental. Sin duda, estos entretenimientos son un fuerte aporte en ese sentido, agregó.
“Estas colaboraciones de la empresa privada nos benefician mucho, dado que a veces los recursos institucionales no alcanzan para la adquisición de objetos de este tipo”, declaró la funcionaria.
Calvo expresó que la contribución es importante, además, porque “así podemos ofrecerles también a nuestros niños distracción sana mientras procuramos devolverles la salud nuevamente”.
Llamado. El presidente de la Junta de Salud del principal hospital de la provincia de Cartago, José Roberto Rodríguez, formuló una exhortación a otras empresas para que colaboren con el Max Peralta.
Recordó que la primera sección de Pediatría especializada, desarrollada en el país, se instaló precisamente en el centro médico cartaginés, la cual comenzó a prestar servicios a mediados del siglo anterior.
Rocío Araya, una madre cuyo hijo permanecía internado, no ocultó su alegría y su emoción por esa posibilidad de entretenimiento. Manifestó su confianza en que la sala sea otra terapia para la recuperación de los menores.
“Cuando nos informaron de esta donación las madres con niños internados nos alegramos, porque el tener esta sala contribuye a hacer su estadía un poco más agradable. Estar en un centro de salud infunde temor, especialmente en los niños”, dijo Araya.
La donación de la sala de juegos es la cuarta que hace la Fundación Ronald McDonald en Latinoamérica. En Panamá entregó dos y en nuestro país, igual cantidad.