Las 600 toneladas de basura que llegan cada día al relleno sanitario de Río Azul, en La Unión, podrían enviarse al vertedero de La Carpio, en La Uruca, a partir del 20 de noviembre próximo.
Así lo tiene planeado el Ministerio de Salud para cumplir con el fallo de la Sala IV que ordenó el cierre de Río Azul.
Pero el Ministerio presentó a la Sala un recurso de aclaración con el fin de que se le permita llevar basura a Río Azul por algunos meses más mientras tiene una alternativa definitiva para tratar los desechos metropolitanos.
María Luisa Ávila, ministra de Salud, afirmó ayer que, si los magistrados no responden, los municipios tendrán que depositar los desechos sólidos en La Carpio.
“Somos respetuosos de la Sala, pero también debe aclarar qué es el cierre que ordenó pues no es solo llegar y poner un candado y convertir a la Gran Área Metropolitana en un basurero”, manifestó Ávila.
“La Carpio será una solución momentánea para ganar tiempo mientras tenemos una solución real. Disponemos de un plan para que en nueve meses esté todo solucionado”, añadió la Ministra.
Proyecto. La idea de Salud es aumentar el reciclaje y tener algún relleno sanitario nuevo pronto.
“Hay países que han reducido hasta en un 70% la cantidad de basura por el reciclaje”, apuntó.
Ávila aseveró que los nuevos rellenos sanitarios deberán estar alejados de la ciudadanía.
Por otra parte, afirmó que pidieron a la Secretaría Técnica Ambiental (Setena) que agilice los procesos para autorizar nuevos rellenos sanitarios.
La Federación Regional Municipal del Este (Fedemur), administradora de Río Azul, manifestó ayer que se requiere recibir más basura para financiar el cierre técnico del relleno.
Fedemur cobra a los municipios ¢5.545 por cada tonelada tratada de desechos. Una parte de ese dinero se destina para el cierre.
“Tenemos unos ¢300 millones para el cierre técnico, pero eso apenas nos alcanza para el 60%”, indicó Cervantes.