Los vecinos de Hatillo, al sur de San José, no se quitarán de las calles y se atreverán a desafiar a la autoridad pues dicen estar cansados de 15 años de falsas promesas para resolver el desabastecimiento permanente de agua potable, que ha adquirido dimensiones de crisis este año.
Ubicados en puntos estratégicos de la carretera de Circunvalación, precisamente durante las horas de mayor tráfico vehicular, los habitantes de la zona han elegido este método de protesta para ejercer presión sobre las autoridades del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Estas autoridades les habían prometido algo elemental: respetar y cumplir con los horarios de suministro de agua, compromiso que hasta ahora no han cumplido.
Diego Salazar Gómez, uno de los dirigentes del movimiento, además de concejal de distrito, confirma que han pasado tres lustros sin que los esfuerzos comunales por dialogar con AyA hayan logrado resolver el faltante de agua, cada vez más crítico. Hasta el día de hoy, casi 70.000 vecinos de una de las zonas residenciales josefinas más populosas acumulan cinco días consecutivos sin una gota de agua, afirma Salazar, con quien La Nación conversó a las 11 a. m. de este 18 de marzo.
Justo al fondo de la conversación telefónica se escuchaba el momento en que la Fuerza Pública procedió a desarmar la protesta, no sin antes arrestar a algunos manifestantes. Salazar asegura que el movimiento es pacífico, sin oponer resistencia a la autoridad, y que la recomendación es cerrar la transitada vía 15 minutos y volverla a abrir un tiempo similar.
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Lo mínimo que piden, asegura el dirigente, es que cumplan el horario prometido de darles agua de 4 a. m. a 10 p. m., y quitar el servicio entre las 10 p. m. y las 4 a. m. AyA prometió esto en la última reunión, hace 22 días, y no lo ha cumplido, dice.
Son muchos los grupos que intervienen en estas protestas. Está la población civil, la Asociación de Desarrollo Integral de Ciudad Satélite de Hatillo, las asociaciones de Sagrada Familia, 15 de setiembre, La Florida, representantes del Concejo de distrito y del Movimientos del Agua por el Sur, así como de comités vecinales de Hatillo 4, 6, 7 y 8.
Además de exigir el respeto y cumplimiento de los horarios de racionamiento, estos grupos piden al presidente Rodrigo Chaves Robles destituir al recién nombrado presidente ejecutivo de AyA, Juan Manuel Quesada. Diego Salazar asegura que este funcionario perdió credibilidad y confianza ante la representación comunal.
En la lista de peticiones que quieren discutir en Hatillo están las siguientes:
- Cumplir el compromiso de no dar más permisos nuevos de agua. Una promesa rota pues, según afirma Salazar, AyA cambió las disposiciones con una modificación al reglamento que permitirá acelerar estos trámites.
- Se les cobre a los vecinos el servicio según la prestación que han dado.
- Instalar una mesa de trabajo con las fuerzas vivas de la comunidad, de carácter permanente.
En febrero, Juan Manuel Quesada les habló de tres proyectos con los cuales se resolvería la situación de estos barrios. El primero, es la construcción de un tanque de 10.000 metros cúbicos en las instalaciones de AyA en la Uruca.
El segundo, es la construcción de una tubería desde los tanques de La Valencia hasta la Uruca, y el último es la instalación de tubería directa entre el tanque de la Uruca y los tanques del sur.
“El proyecto en las tres etapas estaría concluido hasta el 2026. Esto no es de recibo porque no nos genera una solución inmediata. Aunque Quesada se comprometió a revisar los tiempos, esto no ha pasado”, agrega Salazar.
La comunidad, expresa, ha perdido la fe en el AyA porque se comprometió a generar alertas tempranas para prevenir imprevistos y cortes programados, pero esto tampoco se ha realizado.
Luz Mary Arias Ocampo tiene 30 años de residir en Hatillo 8; vive con otras cuatro personas. Además, preside el Comité de Desarrollo Comunal de Hatillo 8, el más populoso, con cerca 5.000 habitantes, según dice.
Arias Ocampo coincide con lo planteado por Diego Salazar. “Hace más de diez años empezamos este martirio. Siempre es en el verano. Es donde dicen que nos cierran porque los tanques se bajan, pero ahora desde enero estamos en esta calamidad. Limpiar, lavar, cocinar se ha vuelto un martirio diario. Mi hijo hoy se tuvo que bañar con agua recogida en tarros”, comentó.
Los vecinos de Hatillo también reclaman la paralización del proyecto Orosi II el cual, según se ha dicho, resolvería por un buen tiempo el problema de abastecimiento para la Gran Área Metropolitana (GAM).
Según un comunicado emitido por AyA, el fenómeno climático El Niño provocó una disminución en las fuentes de agua que afectó directamente los sistemas de la GAM.
La entidad ha dicho que se hacen esfuerzos por distribuir equitativamente el agua. Según el AyA, en los Hatillos el suministro de agua debería comenzar todos los días a las 4 a. m., y a partir de esa hora, todos tendrían acceso al recurso hasta que se agote.
AyA opuesto a bloqueos
En un comunicado de prensa, AyA manifestó “su total desacuerdo respecto con los bloqueos que realizan algunas personas de Hatillo” (sic). El boletín luego fue borrado del chat donde lo publicaron inicialmente.
“Si bien es cierto las personas pueden manifestarse en el ámbito del respeto mutuo, este tipo de acciones transgrede los derechos de las demás, en el tanto miles de personas se han visto afectadas por estos bloqueos e incluso vecinos de esas mismas comunidades, a quienes se les impide llevar a sus hijos a las escuelas y colegios, transportar libremente productos perecederos, movilizarse a sus centros de trabajo y acudir a citas médicas; poniendo en riesgo la salud y la vida de personas al impedirse el tránsito de ambulancias”, afirma el comunicado.
La institución asegura tener abiertos espacios de diálogo. Reitera que la situación que se da es por “una época seca sin precedentes” que reduce el agua en las fuentes y provoca un aumento del consumo debido a las altas temperaturas.
“Es comprensible la frustración de estas comunidades porque las han vacilado durante muchos años. Para el caso de los Hatillos ya tenemos una ruta para solventar el problema. Contamos con poco más de ¢8.600 millones para ejecutar las obras”, informó Juan Manuel Quesada en el boletín de prensa.
Entre las medidas que citó Quesada están la incorporación de dos nuevos pozos; la construcción de un tanque que permitirá almacenar 10 millones de litros de agua, que estaría en el primer trimestre de 2025; y el desarrollo de dos proyectos que fortalecerán el sistema de tuberías de la zona: uno estará finalizado en noviembre del 2025 y otro en noviembre del 2026.
Las autoridades de AyA reiteran que, para cumplir con los horarios de racionamiento, los usuarios no deben utilizar de forma desmedida el líquido porque esto baja los caudales y ocasiona faltantes por la tarde.
AyA puso a disposición 15 tanques de almacenamiento, los cuales se instalarán en los lugares que la comunidad defina. También mantendrá el suministro de agua potable por medio de cisternas y priorizará este suministro a personas a quienes se les dificulta trasladarse a los tanques de almacenamiento y requieren el servicio en sus casas.