Un grupo de 235 niños ha sido operado en el último año como parte de los avances del Programa Cardiovascular Pediátrico, que funciona desde octubre del 2014 en el Hospital Nacional de Niños.
En total, durante ese periodo se han hecho 246 operaciones a chiquitos que, en promedio, tienen 2,4 años y 10 kilos de peso.
Este programa, que surgió tras la desaparición de la antigua Unidad Cardíaca, dio a conocer la mañana de este jueves los principales resultados de la primera de tres fases para fortalecer la atención de menores con enfermedades congénitas del corazón. Esa fase tenía un año de duración.
Se calcula que en un plazo máximo de cinco años, todas las estapas estarían concluidas.
En presencia de padres de familia y personal de salud, las autoridades hospitalarias dieron a conocer la reducción en la tasa de mortalidad, que pasó de indicadores entre un 9% y un 12%, a 2% en la actualidad.
También revelaron la caída a la mitad de los tiempos de estancia en la unidad de cuidado intensivo, que está 7,8 días, según informó la directora médica a. í., Olga Arguedas.
Además, dijo Arguedas, se dejaron de ver complicaciones posteriores a las cirugías como la parásisis diafragmática, lo cual es un indicador de una mejora sustancial en el manejo de las técnicas quirúgicas y de los cuidados intensivos posoperatorios.
Las misiones médicas también han continuado en este año y seguirán el próximo, con visitas de cirujanos de Estados Unidos procedentes, entre otros, de la Universidad de Dallas, la organización Heart Trust y Mending Kids International.
El cardiólogo costarricense Eduardo Da Cruz Dos Santos, quien dirige el Instituto Pediátrico de Corazón del Hospital de Niños de Colorado, EE. UU., es quien ha apoyado al país en la reorganización de estos servicios. Da Cruz visitó el país esta semana para celebrar el primer aniversario del programa.
Para este especialista, el Hospital Nacional de Niños ha logrado indicadores de gestión en cirugía cardíaca comparables con los de países desarrollados.
"Lo que se ha logrado en un año es extraordinario. Es el primer paso en una jornada de mil leguas. No hay que bajar los brazos", dijo Da Cruz en referencia a la necesidad de continuar desarrollando una cultura de calidad en este servicio.
Carlos Arrea, presidente de la Academia Nacional de Medicina, destacó la presencia de protocolos, el reforzamiento del trabajo en equipo y la práctica de registrar los resultados.
Arrea instó a que estas prácticas se imiten en otros servicios hospitalarios y en otros hospitales.
Según informó Arguedas, los siguientes pasos para el reforzamiento del servicio incluyen el mejoramiento de la detección de enfermedades congénitas del corazón desde la atención prenatal, y de la transición de los pacientes pediátricos a los hospitales de adultos.
Para esto último, se está trabajando un plan piloto con el Hospital San Juan de Dios, que espera ser difundido a otros hospitales nacionales.
El Programa Cardiovascular Pediátrico recibió el apoyo de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que ha girado recursos para mejorar los servicios, luego de la crisis de la antigua Unidad Cardíaca.
Dos años atrás, las listas de espera comenzaron a crecer así como los índices de mortalidad y complicaciones después de la cirugía. Roces entre el personal médico se encontraban entre las causas de lo que se dio en llamar un "mal clima organizacional".
Esta tarde, autoridades del Hospital Nacional de Niños presentarán los resultados a este órgano director y también un listado de necesidades para continuar reforzando los servicios.
Se calcula que alrededor de 550 niños nacen al año con algún problema cardiovascular. De ellos, un 30% debe ser operado en el transcurso del primer año de vida, y un 15% necesitará cirugía neonatal de emergencia (en los primeros días y horas de vida).