El año pasado, nacieron 6.357 niños menos en los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La caída es de poco más de un 10,5% con respecto al 2019: ese año, nacieron 60.368 niños en los hospitales públicos, mientras que durante el 2020 se registraron 54.011 nacimientos.
Los datos los suministró el Área de Estadísticas en Salud, de la Gerencia Médica de la Caja, a solicitud de La Nación.
La información confirma la tendencia histórica en la caída de indicadores demográficos, como la tasa de natalidad y de fecundidad en la población costarricense.
Estos descensos, además, profundizan el proceso de franco envejecimiento de la población, que alcanzará al 20,7% de los ticos, según las estimaciones para el 2050 (1,3 millones de personas).
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La del 2020 es una de las caídas más importantes en el número de nacimientos desde los años noventa, cuando se comenzó a experimentar una tendencia decreciente producto de una menor fecundidad, es decir, del número promedio de hijos que puede tener una mujer durante su vida fértil.
La fecundidad de reemplazo en Costa Rica cayó a alrededor de 1,7 hijos en años recientes, muy por debajo de la mínima para que una población asegure su reemplazo, que es de 2,1 hijos. Esta cifra es la que garantiza que una pareja tenga el número suficiente de descendientes para “sustituirlos” cuando muera.
El descenso del 2020 situaría la tasa bruta de natalidad entre 10,5 y 11,2 nacimientos por cada 1.000 habitantes, de las más bajas en las últimas dos décadas.
En el 2018, y por primera vez, los nacimientos fueron menos de 70.000 al año. Desde 1980 y por casi cuatro décadas, el promedio fue 72.000 nacimientos anuales. Cuando más hubo fue en 1985, con 84.334.
La cantidad comenzó a decrecer en el 2001, cuando se pasó de 76.401 nacimientos a 71.144 en el 2002.
Los nacimientos volvieron a repuntar en el 2008 (75.187) y 2009 (75.000), estabilizándose la cifra en un promedio de 72.000 anuales en los siguientes años, de acuerdo con el Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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Entre un 93% y un 95% de todos los nacimientos que se dan en Costa Rica suceden en un hospital de la CCSS. Menos del 1% sucede en los domicilios, y cerca de un 4% en centros médicos privados.
Cifras preliminares
Las cifras de nacimientos intrahospitalarios en la CCSS son apenas un adelanto de lo que se verá cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revele las estadísticas vitales del 2020.
Los números de la CCSS adelantan bastante la tendencia que seguramente se registrará cuando trasciendan los datos del INEC.
El demógrafo y salubrista Luis Rosero Bixby atribuye esta caída a “fuerzas sociales y cambios de normas y valores”.
“Se observa que ya en 2019 hubo una caída de 4.000 nacimientos respecto al año previo. La caída de más de 6.000 nacimientos en 2020 sería entonces una continuación de esa tendencia a la baja, que en dos años sumaría 10.000 nacimientos menos o 16% en dos años, lo que es brutal.
“La caída de 4.000 en el 2019 también aparece en las estadísticas del INEC, es decir que no se debe a una migración de partos hacia clínicas privadas”, manifestó Rosero, quien descarta que la baja sea por efecto de la pandemia.
De hecho, aclaró, el verdadero impacto del primer año pandémico en los nacimientos se sentirá en 2021, cuando empiecen a registrarse los niños procreados a partir de marzo del 2020.
“El efecto de la covid-19 se debería empezaron a sentir recién a partir de mediados de diciembre, o sea nueve meses después de la declaración de emergencia, de las medidas restrictivas y la pérdida de empleos ocurridas a mediados de marzo del 2020″, aclaró el demógrafo.
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Angélica Vargas Camacho, coordinadora del Programa de la Mujer, en la CCSS, calificó el descenso entre 2019 y 2020 como “dramático”.
“La tendencia a la baja es mundial. Y Costa Rica no es la excepción. Hay algunos factores que pensamos son más locales, y que contribuyen a ese descenso porque esta vez fue muy dramático.
“La CCSS desde el 2018 montó una campaña de consejería de métodos anticonceptivos y recorrió todas las regiones sensibilizando sobre el uso, después de que se incorporó el implante subdérmico para la anticoncepción en población adolescentes. Esto podría estar influyendo porque hay una cantidad significativa de más mujeres con métodos anticonceptivos”, explicó Vargas.
Según datos de la Dirección de Farmacoepidemiología de la CCSS, el consumo de estos implantes subdérmicos creció de 2.783 unidosis en el 2017, a 8.432 un año después, y a 10.764 el año pasado.
“Hay un porcentaje que no existía en otros años, que son todas las adolescentes que ingresaron a la anticoncepción.
“Es un dato que podría estar influyendo; es una cantidad signficativa de más mujeres con método anticonceptivo por aumento de la oferta”, reiteró Vargas.