Carolina y Catalina juegan en la cama. Se miran a los ojos y sonríen. Carolina, la mayor, tiene cuatro años. Catalina está estrenando vida. Nació el 3 de febrero.
Las hermanas Rojas Jiménez fueron concebidas con ayuda de tratamientos de fertilización in vitro y transferencia embrionaria (Fivet).
Con una diferencia, aclaró su mamá, la médica geriatra Alejandra Jiménez Rodríguez, de 41 años: para poder hacer realidad el sueño de tener a Carolina, ella tuvo que viajar a Panamá ya que hace cuatro años la técnica aún no se realizaba en el país.
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Con Catalina la situación fue distinta. Cerca de su casa, en su país y junto a su familia, pudo realizarse este tratamiento para la infertilidad en el laboratorio pionero de esa técnica en Costa Rica, Fertilización in vitro La California, de los médicos Gerardo Escalante López y Delia Ribas Valdés.
Catalina forma parte de la segunda camada de bebés concebidos in vitro en Costa Rica, luego del restablecimiento de esa técnica en el 2016. En total, han nacido 71.
Las primeras 15 personas concebidas por esta vía en Costa Rica, nacieron entre 1995 y el 2000.
El Centro Fecundar, dirigido por el médico Ariel Pérez Young, registra 65 nacimientos.
Según informó este médico ginecoobstetra especialista en Medicina Reproductiva, desde julio del 2016 –cuando comenzaron a realizar los procedimientos aquí–, hasta la actualidad (alrededor de 20 meses de operación) ha atendido 291 casos.
De ellos, han resultado 130 embarazos, y de estos se han producido 65 nacimientos. Alrededor de un 20% de estos, son de gemelos.
La primera niña concebida 'in vitro' tras la reanudación de la técnica, nació el 8 de marzo del 2017. Su mamá es también una paciente de Pérez Young.
El centro de Escalante y Ribas, que inició terapias el año pasado, ha ayudado a nacer mediante esta técnica a seis bebés en cuestión del último mes; entre ellos, a la pequeña Catalina. El primero de esos nacimientos fue gemelar, informó Gerardo Escalante López.
La Fivet es una técnica de fertilización asistida dirigida a quienes han pasado por otros tratamientos sin éxito, entre ellos la inseminación intrauterina y las relaciones dirigidas.
Consiste en fecundar un óvulo en un laboratorio con ayuda de procedimientos médicos que incluyen la estimulación ovárica mediante el uso de fármacos.
Avances
En su lucha por convertirse en madre, Alejandra Jiménez lo ha experimentado todo.
"En la primera ocasión (que se practicó la FIV), tuve un aborto espontáneo. Lo volvimos a intentar en el 2014 y nació Carolina. En marzo del 2017, lo volví a intentar de nuevo. Yo tengo 41 años, en febrero cumplo 42 y ya no tengo mucho chance de dar largas al asunto.
"Sí, es un proceso emocionalmente desgastante y económicamente es caro, pero al final es una inversión que vale la pena. Es muy triste, yo que trabajo en el Seguro Social, reconocer que si usted no tiene dinero en este país en este momento no puede tener hijos", comentó la médica.
Para Escalante López, "estos niños materializan una espera y una lucha de 17 años contra todos los que esperaban que esto nunca volviera a ocurrir en Costa Rica".
Ese periodo fue el que la técnica estuvo suspendida por un fallo de la Sala Constitucional del año 2000.
En este centro de tratamiento de la infertilidad, hay cinco embarazos en su etapa temprana y se esperan resultados de seis pacientes más en el transcurso de las próximas dos semanas, informó la médica Delia Ribas.
En el centro Fecundar, otros 65 embarazos están en camino.
En la CCSS, mientras tanto, está programado que la Unidad de Medicina Reproductiva de Alta Complejidad (UMRAC) comience a hacer tratamientos este mismo año. Está previsto que entre setiembre y octubre.
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Esa Unidad costaría $7,6 millones.
La gerenta de Infraestructura de la Caja, Gabriela Murillo Jenkins, informó de que ese proyecto avanza según lo programado y no presenta atrasos.
"Todavía estamos en visados y permisos, sobre los cuales ya el Dr. Llorca (Fernando Llorca, presidente ejecutivo de la institución), envió una solicitud a la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA) para que agilicen el trámite.
"Esperamos que los permisos estén a fin de mes según lo estimado inicialmente, para que los siete meses de construcción se cumplan en septiembre", afirmó Murillo.
La institución atendería a unas 178 pacientes al año, según proyecciones al 2025. Cada una, tendría derecho a realizarse un máximo de dos ciclos o intentos para lograr el embarazo.