A un grupo de 78 vecinos de Cartago, se les aplicará una tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra la covid-19 luego de comprobarse que, por error, recibieron la segunda en un suero de agua purificada distinto al recomendado por ese laboratorio farmacéutico.
Las personas afectadas viven en Pacayas, en el cantón de Alvarado, y en los distritos de Cipreses y Santa Rosa, en Oreamuno, en la misma provincia.
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Hasta este viernes, 70 personas aceptaron la nueva dosis. A 47 de ellas, ya se les inyectó, y 23 tienen programada la cita para la nueva vacunación.
Otras siete solicitaron más tiempo para tomar la decisión, y una se reportó como fallecida por causas distintas a la covid-19, informó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en un boletín de prensa.
Debido a este error en el procedimiento de preparación de la vacuna, agregó la institución, se abrió una investigación administrativa y se reforzaron los controles en los procesos para evitar fallos similares, informó la Gerencia Médica.
“Esta semana, cada uno fue contactado para ofrecerles disculpas, entregarles información como parte de una consulta telefónica, explicarles la recomendación de los especialistas y programar la cita de vacunación, si consentían ponerse una dosis de refuerzo de la misma casa farmacéutica de la cual recibieron las primeras dosis”, añadió la Caja.
La institución explicó que en el procedimiento regular la vacuna es disuelta en agua estéril con un porcentaje muy pequeño de sal (suero salino).
El error de procedimiento consistió en aplicarla en dosis disueltas en agua estéril con un porcentaje muy pequeño de azúcar (suero glucosado), el cual no produce daño para la salud, aclaró la CCSS.
“Es importante decirle a los vecinos que ya todas las personas a las cuales se les recomendó el refuerzo fueron contactadas. Si alguno es del Área de Salud y no ha sido llamado, es porque su vacuna fue adecuadamente puesta”, aseguró Randall Asenjo Rockbrand, director de la sede.
El funcionario confirmó que el hecho se detectó el mismo día en que ocurrió, aunque no precisó la fecha.
Recomendación técnica
Las inmunólogas Olga Arguedas Arguedas y María Paz León Bratti, así como el infectólogo Jorge Chaverri Murillo, coinciden en que el cambio en el suero pudo reducir en algún porcentaje el potencial de la vacuna para generar inmunidad.
“Como el cambio de suero ocurrió en las segundas dosis sabíamos que las personas habían tenido una respuesta inmunológica alta con la primera vacuna.
“Lo que estaba en duda es si la segunda dosis en una disolución distinta podría haber afectado que la vacuna estimulara el sistema inmunológico en todo su potencial”, dijo Arguedas a nombre del equipo experto, en una cita del comunicado de prensa.
Una vez analizado el mecanismo de acción de la vacuna a nivel molecular, los especialistas recomendaron sugerir a los afectados una tercera dosis de refuerzo, previa firma de un consentimiento informado.
Los riesgos para los pacientes de una dosis de refuerzo, aclaró la CCSS, son los mismos: dolor en la zona de la inyección, malestar general y, en casos muy raros, reacción alérgica.
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Para los especialistas consultados por la Caja, este tipo de situaciones son conocidas en la literatura médica.
Se les conoce como “errores programáticos”, y suponen un fallo en los pasos que lleva la preparación de la vacuna. Se han documentado sin que se hayan presentado reacciones adversas por el procedimiento.
Otros hechos
Esta no es la primera vez que la CCSS se debe enfrentar a situaciones de este tipo durante la campaña contra la covid-19.
El miércoles 28 de abril, Elías Rodríguez, de 82 años, acudió a vacunarse en un puesto instalado por el Área de Salud en el salón parroquial de Tres Ríos, pero no le inocularon la sustancia vacunal aunque sí le introdujeron la aguja.
Su hijo Jorge, quien lo acompañó ese día, grabó el momento y ahí quedó registrado cuando el técnico en atención primaria en salud (Ataps), de apellido Arrieta, introdujo la jeringa a don Elías pero no inyectó la vacuna. El video circuló por redes sociales.
Tanto la CCSS como el Organismo de Investigación Judicial y el Ministerio Público investigan el caso. Arrieta, mientras tanto, permanece suspendido de su cargo. Fue detenido por agentes judiciales, pero luego fue puesto en libertad por orden de un juez, sin medidas cautelares.
Basados en un informe de la Auditoría Interna, la CCSS calificó esta situación como un “hecho aislado” pues en su indagatoria no detectaron a otros funcionarios de ese Ebáis o pacientes involucrados.
Sin embargo, la CCSS tuvo que echar a andar todo un operativo de abordaje en donde se revisó la situación de más de 1.500 vecinos de esa localidad, vacunados por el mismo funcionario en estos meses.
A estas personas se les consultó si querían prueba de antígenos para detectar anticuerpos, y si querían que se les colocara una tercera dosis.