La renovación del carné ya no será un requisito para que las personas mayores sean atendidas en los centros de salud de la Caja.
Así lo acordó la Junta Directiva de la institución, como parte de la Política Integral del Adulto Mayor aprobada este jueves.
A partir de enero de 2017, esta población tendrá un carné vitalicio que no deberá renovar cada diez años, como sucede en la actualidad, informó Vilma García, coordinadora del Programa del Adulto Mayor de la CCSS.
Actualizar ese documento conlleva varios trámites que se deben hacer de manera personal o con una autorización.
Con esa nueva política, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) también se compromete a reforzar la atención ambulatoria (sin necesidad de internamiento en hospitales) y los servicios de salud a domicilio, para separar a los mayores de su familia y comunidad.
La atención geriátrica y gerontológica se reforzará aún más en los hospitales regionales (como el de Liberia, Puntarenas o Pérez Zeledón) y periféricos (Upala, Nicoya, o Golfito, por ejemplo), agregó García.
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María del Rocío Sáenz Madrigal, presidenta ejecutiva de la Caja, agregó en el comunicado que lo que se busca es fortalecer los servicios institucionales en beneficio de este sector, para que respondan a las necesidades del envejecimiento.
Los mayores de 60 años representan hoy un 10% de la población. Se calcula que de aquí al 2050 se incrementará a un 30%, de acuerdo con proyecciones demográficas.
Esta nueva política obliga a los centros de salud a adecuar infraestructura y el equipamiento a las necesidades de esta población con rampas, mobiliario, iluminación de los espacios y señalización.
"También toma en cuenta las prestaciones complementarias tales como prestaciones sociales, prestaciones económicas y ayudas técnicas dirigidas a esta población con la finalidad de optimizar los recursos y extender el servicio a las personas que los necesitan", promete la Caja en el comunicado de prensa.
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En relación con el recurso humano, se propone el desarrollo de competencias y conocimientos para dar una atención integral a partir de las necesidades que marca la etapa de envejecimiento.
Lo anterior se hará al tiempo en que se promoverán investigaciones sobre envejecimiento y salud.
Datos recabados por La Nación como parte del proyecto informativo donde se analizó la situación de la CCSS en su 75 aniversario, revelan que entre el 2020 y el 2050 la atención de urgencias de adultos mayores pasará de 740.000 casos a casi dos millones al año.
Además, se prevé que las consultas con médicos generales y especialistas subirán de 2,1 millones a casi 6 millones por año en ese mismo periodo.