Los aeropuertos internacionales, Juan Santamaría (Alajuela) y Daniel Oduber (Liberia) podrían reanudar sus actividades el 1.° de agosto, es decir, un mes después de lo que estaba previsto.
Los vuelos que vendrían en un inicio sería solo de países o ciudades que tengan una “enfermedad más controlada”.
Así lo dio a conocer la tarde de este viernes el ministro de Salud, Daniel Salas, durante la conferencia de prensa para actualizar sobre los datos de la covid-19.
Las fronteras terrestres y marítimas también permanecerán cerradas al turismo y no abrirán antes de esa fecha.
“Será solo para los países con situación controlada con respecto a la transmisión y se va a seguir un protocolo muy estricto para la trazabilidad de las personas que ingresen al país. Esto no se va a habilitar hasta que se cumplan las condiciones que estamos trabajando de la mano”, manifestó Salas.
Y añadió: “el protocolo de aeropuertos está listo pero faltan detalles del encadenamiento y lo que conlleva el ingreso de persona por los aeropuertos”.
¿Cuáles son estos países? Para Salas esto es prematuro aún, al considerar que todavía falta un mes para que se aplique la medida.
“Adelantarme a decir que en un mes la situación de un país va a ser la misma que ahora es imposible. Ahí tomaría esa previsión poco tiempo antes de la apertura para decir los que se van a permitir y los que no. Las aerolíneas tienen mucha claridad de la situación”, manifestó.
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Ya un día antes, Salas habia adelantado que la apertura no sería de “par en par”. Lo confirmó luego en una entrevista con La Nación, donde detalló dos parámetros para la reapertura.
1. Los turistas vendrán de países seleccionados, donde no hay una transmisión magnificada o brutal, con el riesgo de que las personas vengan infectadas.
2. La cantidad de vuelos será limitada. “Tampoco vamos a permitir 30 o 40 vuelos a la semana”, dijo.
Asimismo, las autoridades deben asegurarse de que los lugares donde irán a hacer turismo cumplan con protocolos rigurosos.
“Que desde antes de que venga el turista tengamos toda la claridad de los escenarios que pueden presentarse en medio de un vuelo, el manejo del aislamiento y de los familiares. Son elementos que cualquier protocolo puede contemplar no solo para esto. Todos tienen un común denominador: trazabilidad, seguridad y capacidad de aislamiento”, afirmó.
Rafael Mencía, director ejecutivo de Aeris, gestor del aeropuerto Juan Santamaría, dijo a este medio que, aunque estaban listos para reabrir, ya tenían la impresión de que difícilmente sería para el 1.° de julio.
No obstante, Mencía advirtió que es importante no dar pasos en falso, por el alto costo que tendría reabrir y luego volver a cerrar. Asimismo, habrá que estar preparados para los incidentes que de seguro habrá.
Reacciones
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) dijo, en una respuesta por escrito a La Nación, que es respetuoso de las decisiones del país para salvaguardar la vida de los costarricenses y residentes.
Empero, la entidad rectora del turismo detalló una serie de acciones realizadas y comunicadas al gobierno, con miras a una eventual reanudación de los vuelos.
El ICT mencionó entre las acciones los protocolos sanitarios para aeropuertos, aerolíneas y pasajeros, transporte de turismo y otros, que están entre los documentos de ese tipo puestos en vigencia para el sector.
Agregó la elaboración de una matriz de riesgos de las actividades turísticas que puede realizar un turista en el país, basada en el trabajo ya realizado por la Facultad Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins y la herramienta provista por dicha facultad. A ello se añade, dijo, medidas concretar para garantizar la trazabilidad o seguimiento a cada turista.
Por esas razones, según el ICT, el sector está listo para la reanudación de los vuelos.
Entre los empresarios, el anuncio de Salud no se recibió con mucho optimismo.
Para Rubén Acón, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), la espera de un mes para el retorno de turistas no cae bien, principalmente porque las empresa se aproximan cada vez más “al precipicio”.
“Las empresas ya no aguantan más”, advirtió.
En su criterio, se castiga al turismo por el aumento de casos en actividades que no están relacionadas con esa actividad.
Acón aseguró que ya tienen los protocolos listos y que, además, no será un ingreso masivo de turistas porque serán pocas las aerolíneas que llegarán y, quizá, con vuelos sin el cupo lleno.
El empresario fue enfático en que se debe dar una señal al mundo acerca de la apertura en Costa Rica, porque sino otros mercados turísticos le ganarán en esta partida.
También Mencía, había advertido que Costa Rica no puede ser el último en abrir fronteras aéreas, pues ya muchos aeropuertos en Latinoamérica comenzaron.
Javier Pacheco, presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), es del mismo criterio. Aseveró que debe conocerse bien al turismo para saber por qué es necesario abrir en julio.
Ese mes, añadió, es de mediano comportamiento en el turismo internacional, como un periodo relativamente bueno previo a la temporada baja que se acentúa a partir de agosto.
Las aerolíneas, por lo tanto, tienen interés en volar en julio y a partir de agosto descienden sus servicios. Quizá cuando se abra, muy pocas empresas van a estar interesadas en venir a Costa Rica, consideró Pacheco.