Al menos 309 trabajadores de hospitales han manifestado su negativa a ponerse la vacuna que los protege de la covid-19, tanto a ellos como a los pacientes a los que brindan atención.
La cifra fue confirmada por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con la aclaración de que incluye los datos hasta la semana pasada, sin descartar, que haya aumentado.
Los trabajadores de la salud forman parte del primer grupo a los que se les aplica la dosis, precisamente, por su exposición a la enfermedad que produce el nuevo coronavirus y la labor fundamental que realizan.
Según la Caja, los funcionarios que rechazaron la protección laboran en cinco hospitales y un área de salud, sin precisar cuáles son los centros.
Ante consultas de La Nación, Leandra Abarca, coordinadora del Programa de Inmunizaciones de la institución, señaló que entre los empleados que rechazan la inyección hay, incluso, profesionales en salud.
Frente a la negativa, tanto la CCSS como el Ministerio de Salud confirmaron este jueves que no pueden obligar a los funcionarios a vacunarse, aun y cuando estén a cargo de pacientes de covid-19 u otras poblaciones que tengan algo riesgo de contraerla.
“Como se ha indicado en otros momentos, no se recomienda establecer una vacunación obligatoria. La CCSS lleva una estrategia interna de diálogo con aquellas personas que no han mostrado anuencia a recibir la inmunización, con el fin de aclarar sus dudas” informó por su parte Daniel Salas, ministro de Salud.
Abarca, sin embargo, adelantó que solicitó un criterio legal al respecto.
‘Corriente antivacunas’
De acuerdo con una noticia publicada el miércoles por Telenoticias, de Canal 7, uno de esos hospitales donde un grupo de trabajadores se negó a la inoculación fue el Nacional de Geriatría y Gerontología Dr. Raúl Blanco Cervantes, que atiende a población de más alto riesgo.
Ahí, 50 personas no quisieron recibir la protección, según confirmó a ese medio Milena Bolaños, directora médica.
“Han decidido no vacunarse porque temen los efectos secundarios de la vacuna o consideran que en algún momento ya tuvieron covid-19 y ya están protegidos. Realmente, las reacciones son diversas”, expresó Bolaños.
La jerarca no ocultó su frustración por la existencia de “una cierta corriente antivacunas” capaz de penetrar incluso a funcionarios de salud que “no entienden la importancia de la inmunización”.
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Roberto Arroba, secretario de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología, confirmó la semana pasada que en un hospital se vacuna a todo el personal, con prioridad para quienes tienen contacto directo con enfermos, luego quienes tienen contacto indirecto” seguidos por personal administrativo.
“La idea es que al finalizar el grupo 1 se haya completado la vacunación de todo el personal de centros médicos y lograr que sean lugares seguros y poder dar continuidad a los servicios y prevenir contagios entre las personas”, argumentó.
No obstante, al parecer, la negativa de cientos de trabajadores impedirá el objetivo.
Hasta enero, 17 funcionarios de la Caja habían fallecido a causa de la covid-19. Un informe al 23 de noviembre, último dado a conocer por la institución, indicaba además que 17.411 de sus trabajadores habían requerido incapacidad por la enfermedad y 112 necesitaron hospitalización por complicaciones.