El incremento significativo en el número de menores con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), principalmente, anorexia y bulimia, tiene encendidas las alarmas en la Clínica del Adolescente, del Hospital Nacional de Niños.
Solo en los primeros 51 días de 2023 (al 20 de febrero), han sido referidos a esa clínica 81 casos, cifra que representa un 53% de los pacientes atendidos por la misma causa en todo el 2022.
Los números han ido en ascenso.
Según los datos facilitados a La Nación por la directora del centro médico, Daniela Carvajal Riggioni, en el 2020 se atendieron 111 menores con TCA.
Un año después, en el 2021, la cantidad de pacientes subió a 129; el año pasado hubo 153, y este año, ya van 81.
“Sabíamos que la pandemia complicaría una situación que ya era de por sí complicada en términos de salud mental. Pero lo que estamos viendo es realmente grave”, expresó Carvajal.
La condición en la que llegan los menores a consulta preocupa, reconoce Ana María Moreno Restrepo, pediatra de la Clínica.
“La cantidad de nuevos diagnósticos de trastornos de conducta alimentaria que hemos registrado desde inicios de la pandemia es realmente alarmante, pero más alarmante aún es la condición en la que estos pacientes están iniciando atención en nuestro servicio.
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“Muchos casos, en especial de anorexia nerviosa, son referidos a nuestro servicio con niveles de desnutrición moderada y severa que debemos manejar semanalmente en la consulta o incluso considerar un internamiento”, informó la pediatra. La hospitalización de estos casos, en promedio, se prolonga hasta dos meses.
El incremento en la demanda de atención por estos casos hizo que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hiciera un llamado a la población para prevenir e identificar a tiempo estos trastornos, relacionados con alteraciones graves en la ingesta de alimentos.
Son considerados un problema de salud mental que puede llegar a poner en peligro la vida de quien lo sufre. Por eso, requiere tratamiento con manejo individualizado, con un equipo interdisciplinario entre quienes hay pediatras, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales.
No es vanidad
Los trastornos de la conducta alimentaria son crónicos y progresivos. Producen alteraciones graves tan extremas como la restricción de comidas por mucho tiempo hasta los atracones.
También se desarrolla una obsesión por la imagen corporal y la pérdida de peso que se asocia a factores biológicos y genéticos de vulnerabilidad, características psicológicas, aspectos socioculturales y estresores, explicó la pediatra Ana María Moreno Restrepo.
“Si bien preocupa el repunte de casos en nuestro país, inquieta aún más la desinformación que tiene la población sobre esta condición. Muchos consideran que el origen de estos desórdenes alimentarios son necesidades estéticas, por vanidad o para llamar la atención, siendo estos trastornos la primera causa de mortalidad por condiciones de origen mental en la actualidad”, advirtió la especialista.
Además de la anorexia (pérdida extrema de peso por miedo a engordar) y bulimia (atracones seguidos de vómito o purgas), hay otros trastornos como el atracón y el trastorno por evitación y restricción de la ingesta de alimentos.
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Los TCA aparecen con más frecuencia en la adolescencia debido a la mayor vulnerabilidad de las personas en esta etapa de la vida. La incidencia es mayor en mujeres, sobre todo, a partir de los 13 años.
La detección temprana es clave. Los cambios de conducta a los que deben estar alerta los padres, incluyen un adolescente que:
- Deja de comer junto con los otros miembros de la familia y da excusas como “estoy lleno”, “ya comí” o “no me gusta esa comida”.
- Experimenta cambios de ánimo importantes, se empieza a aislar y evita encuentros sociales que antes disfrutaba.
- Experimenta cambios drásticos de peso, y como resultado se viste de manera inusual; por ejemplo, con ropa más holgada.
- Presenta dolores de estómago frecuentes.
- Usa laxantes o diuréticos para perder peso.
- Restringe el consumo de alimentos por decisión propia y a menudo a escondidas.
- Presenta ausencia o retrasos de la menstruación.
- Desarrolla caries dentales que se pueden presentar con el vómito autoinducido.
- Vive con un estado de ánimo bajo.
¿Qué hacer?
Las siguientes medidas preventivas pueden ayudar a evitar el desarrollo de estos problemas mentales:
- Evite comentarios que hagan referencia a la autoimagen o al peso corporal.
- No se quede callado ante comentarios como gordo o gorda. La ausencia de respuesta genera la aceptación del comentario.
- No transmita ni permita que los hijos tengan actitudes de rechazo ante personas con cuerpos diferentes.
- Consuma una alimentación variada, natural y balanceada frente a los hijos y procure que los tiempos de alimentación se hagan en familia y en un ambiente tranquilo.
- Evite las dietas restrictivas en menores de edad. Se ha demostrado que los menores que se someten a estas dietas tienen mayor probabilidad de presentar trastornos de la conducta alimentaria.
- Es importante que sus hijos tengan unos buenos hábitos alimentarios, realicen actividad física de forma regular y respeten sus horas de sueño.