La Cruz, Guanacaste.
Ilusión, esperanza, nervios, desconfianza, rechazo… Todas las sensaciones imaginables recorren el cantón de La Cruz, en Guanacaste, desde la llegada de un dispositivo del tamaño de un fósforo que podría evitar que muchas adolescentes se conviertan en madres.
La noticia corrió como mecha encendida; ahora la comunidad entera habla sobre el tema y es así como a la clínica local cada vez llegan más mujeres a preguntar por él.
“Es mejor prevenir que lamentar”, alega Rachell López, de 16 años, una de las primeras en colocarse el dispositivo.
LEA: Mujeres adolescentes con actividad sexual tendrán acceso a anticonceptivo bajo la piel
El denominado implante subdérmico fue traído a esta comunidad fronteriza por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), para enfrentar un problema que era un secreto a voces en La Cruz: la alta incidencia de embarazos no planeados, en especial de adolescentes.
Muchos de estos casos son producto de incestos, violaciones o relaciones impropias.
Datos de la CCSS indican que durante el 2014, el 26,04% de los partos en este cantón fueron de mujeres que tenían entre 15 y 19 años. Tal cifra rebasa el porcentaje nacional de ese año, cuando el 16,71% de las madres que dieron a luz eran adolescentes.
En ese mismo periodo, el 1,09% de las nuevas mamás de La Cruz eran menores de 15 años. Esto representa casi el doble del 2,07% registrado a nivel de todo el país.
Tal realidad motivó a la CCSS y al Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) a impulsar en esta región un programa para la colocación gratuita de implantes subdérmicos, un método anticonceptivo que no estaba disponible para los asegurados.
En La Cruz, el plan comenzó en mayo. Hasta el 11 de agosto, la clínica y los Ebáis del cantón habían colocado 432 implantes, 52 de ellos en adolescentes.
Más oportunidades. La joven Rachell López decidió colocarse el implante subdérmico como una especie de seguro para poder concluir sus estudios, conseguir trabajo y forjar una buena vida para ella y su bebé, a quien tuvo a los 14 años.
Ella considera que el dispositivo es una buena alternativa para las jóvenes que sostienen relaciones sexuales, pues las protege durante tres años.
La muchacha acaba de cumplir tres meses con el implante y asegura que, con excepción de un sangrado durante los primeros 17 días, no ha experimentado ningún inconveniente.
“No es necesario tener un hombre para estar planificando (...). (El implante) no protege de enfermedades, pero la persona con la que uno está puede usar condón: Uno (de los métodos) le previene de enfermedades y el otro de un embarazo”, expresó.
Carlos Navarro, médico encargado de colocar los implantes en La Cruz, reconoció que la llegada del nuevo método al principio causó nerviosismo entre el personal de salud.
No obstante, aseguró que ahora se sienten entusiasmados de poder ofrecer una nueva opción anticonceptiva.
La disponibilidad del método se comunica a las usuarias a través de un sistema de altavoz instalado en el centro de salud, con el que se invita a las usuarias a pedir información.
“Esperamos que impacte positivamente al cantón, que es muy pobre y con un nivel de escolaridad bajo”, manifestó.
Antes de iniciar el plan, los médicos fueron capacitados sobre la consejería que debe darse a las pacientes interesadas en usar el anticonceptivo.
“La premisa principal y el corazón de este proyecto es la libre elección: que la usuaria decida cuál método es el que mejor se ajusta a su realidad”, explicó Evelyn Durán, analista en Salud Reproductiva del Unfpa.
Esa organización aportó el primer lote de dispositivos, el cual ya se agotó. La clínica de La Cruz está a la espera de que la Caja envíe uno nuevo.
Juan Díaz, consultor del Fondo, sostuvo que si el implante se posiciona como el principal método anticonceptivo para las adolescentes, los embarazos de menores de edad se reducirían en forma significativa.
“Ya que no podemos convencerlas de que no tengan sexo tan temprano –aunque yo no creo que haya que convencerlas– el riesgo de embarazarse es tan alto que lo mejor es darles un método bueno”, señaló Díaz.
“Eso tiene implicaciones sociales, culturales educacionales y económicas importantísimas, porque la mujer que consigue no embarazarse antes de los 25 años, en general tiene una vida muy superior a la mujer que se embaraza antes”, agregó.
Respuesta urgente. Las autoridades municipales, de salud y educación, e inclusive los papás, saben que el problema que subyace en La Cruz no se soluciona de forma definitiva con un implante bajo la piel.
Zaira Corrales, mamá de una joven madre de 17 años, reconoce que los consejos que se dan en la casa no bastan. Su hija, Daniela Mora, dice que los jóvenes no tienen confianza suficiente para hablar con sus padres.
Para Zaylin Bonilla, coordinadora de gestión social de la Municipalidad de La Cruz, el tema de la sexualidad en esa comunidad es un tabú.
“Siempre topamos con barreras. Se piensa que si hablamos de anticonceptivos, lo que estamos incitando es que los chicos vayan a tener relaciones”, expresó.
Para Bonilla, el acceso a la información sobre sexualidad es muy importante en un lugar donde es común ver a niñas de 13 años con hombres de 30 o 40, o donde se escucha de papás que permiten que abusen a sus hijos a cambio de un saco de arroz.
El cantón cuenta con una red de niñez y adolescencia coordinada por el gobierno local, en la que se organizan talleres para jóvenes con temas como autoestima y relaciones impropias.
Al Colegio Experimental Bilingüe de La Cruz, por ejemplo, llegará un equipo de la CCSS a dar charlas sobre el implante.
“Si bien es cierto que nosotros fuimos formados en otra época, tenemos que adecuarnos al momento que estamos viviendo, y si queremos proteger a los adolescentes de tanta presión de grupo, tenemos que estar informados de todo”, dijo Hellen Morales, coordinadora del departamento de Orientación de ese colegio.