Tanto dentro como fuera de Costa Rica, se reconoce la labor realizada hasta ahora por el país para evitar que sus servicios de salud colapsaran durante la primera ola de contagios de la covid-19.
Diez semanas después de detectarse el primer caso en territorio nacional, aún hay mucho espacio disponible en el hospital acondicionado para atender a los pacientes graves.
Además, a este sábado 16 de mayo, había 17 enfermos internados y solo cinco de ellos ocupaban alguna de las 227 camas para cuidados intensivos que hay en el país.
Ese día, la suma de personas contagiadas había llegado a 853. De ellas, 551 (64%) ya estaban recuperadas y 10 fallecidas (1,1%), entre las tasas de mortalidad más bajas del mundo.
¿Cuáles han sido las armas del país ante la pandemia? Hay tres aspectos que han jugado un papel clave.
La oportuna adopción del confinamiento social, la labor de los Ebáis y la disciplina con que la mayoría de los ticos han cumplido los protocolos de distanciamiento e higiene han sido determinantes.
Así lo consideran, en términos generales, especialistas consultados por La Nación sobre los logros alcanzados, hasta ahora, en la lucha contra el nuevo coronavirus, causante de covid-19.
Medidas a tiempo
El demógrafo Luis Rosero Bixby asegura que la oportuna emisión de las medidas de distanciamiento social ha sido uno de los elementos coadyuvantes para enfrentar la crisis sanitaria.
Solo diez días después de confirmarse el primer caso, con 41 enfermos registrados, el Gobierno declaró estado de emergencia por covid-19.
Entre otras acciones, se extendió la restricción vehícular, se suspendió el curso lectivo así como actividades y espacios de concentración masiva; se ordenó el cierre de negocios y se prohibió el ingreso de extranjeros.
Las autoridades también intensificaron los llamados a la ciudadanía para aplicar el lavado de manos con agua y jabón, así como del protocolo de tosido y del saludo a distancia.
“Gracias a ellas, casos asintomáticos que probablemente se le escaparon al rastreo (sanitario), no se han multiplicado”, manifiesta Rosero.
Si esas y otras decisiones no se hubieran tomado, advierte, los números de la pandemia aquí serían “desastrosos”.
Para Mauricio Vargas, exdirector de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Costa Rica (UCR), los resultados obedecen a que las medidas sanitarias se tomaron en buen tiempo y forma.
“Los pocos contagios se deben a que las medidas generales, que se sustentan en el conocimiento básico en materia epidemiológica y de Salud Pública, se tomaron correctamente", comenta.
Las medidas de mitigación han logrado poner un cerco al coronavirus, al punto que, hasta la fecha, no se ha confirmado transmisión comunitaria, que es cuando se dan brotes con una frecuencia sostenida en el tiempo y sin que se le pueda seguir el rastro.
Por esas razones, Costa Rica se mantiene en la fase tres (con conglomerados de casos con un nexo epidemiológico común) de las cuatro definidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el manejo de la pandemia.
Sin embargo, acota Vargas, hay una paradoja: el confinamiento de la población, que sin duda es lo que ha frenado un alto contagio aquí, tiene un alto impacto en otras variables de la Salud Pública.
Citó las consecuencias en desempleo, salud mental, violencia doméstica y crisis de la seguridad social, por lo que en su criterio es necesario visualizar una apertura “científica” del país.
El pasado 24 de abril, en entrevista con La Nación, el ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, atribuyó los resultados alcanzados a las “decisiones oportunas”.
"Si hubiéramos durado una semana o poquito más, cuando venían eventos muy fuertes, podríamos haber tenido una curva más difícil de controlar.
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"Tampoco puedo quitarle mérito a la respuesta social. El país se ha unido. Todos están colaborando”, manifestó el jerarca.
Las autoridades de salud también han admitido que tomaron en cuenta las lecciones aprendidas por otros países donde la pandemia ya había avanzado y golpeado, es el caso de China y España. De la primera escucharon recomendaciones en tratamiento para los enfermos, como la hidroxicloroquina; de la segunda, el consejo de mantener los hospitales únicamente con servicios de urgencia para no exponer al contagio a usuarios frecuentes como los adultos mayores.
FUENTE: María Isabel Solís, salubrista; Juan José Romero, epidemiólogo UNA; Luis Rosero, demógrafo; Margarita Marchena, Colegio de Médicos. || DISEÑO / LA NACIÓN.
Aporte de Ebáis
En las últimas semanas, el manejo costarricenses en la lucha contra el covid-19 ha sido comentado en medios internacionales. Uno, la BBC, destacó la llamada “fórmula tica”.
Ahí resaltó el papel de los Ebáis, y la inversión histórica en salud y educación, que podrían explicar lo que describieron como “la disciplina con la que los costarricenses han respetado las medidas de distancia social”.
De hecho, el demógrafo Luis Rosero Bixby considera que, en esta primera etapa, otra clave del éxito ha sido un excelente sistema de identificación de casos y rastreo de contactos.
“Eso no ocurrió en un vacío, sino sobre una base institucional adecuada como la que tiene el país para la atención de la salud pública en el primer nivel”, asevera.
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Con él coincide la salubrista María Isabel Solís, quien considera que el papel de los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) ha sido fundamental hasta ahora.
Durante la pandemia, los Ebáis han permitido darle un seguimiento cercano y diario en las comunidades a los enfermos, sus familias, y a los casos sospechosos.
Solís destaca que, a diferencia de otras naciones, el modelo de salud costarricense está basado en una sola institución, lo que facilita la estrategia.
Otra medida implementada por las autoridades sanitarias es la habilitación de la “vigilancia centinela” para buscar personas contagiadas y que, por alguna razón, no se ajustan a la definición de caso sospechoso.
Dicho modelo, usado en el pasado para rastrear la transmisión en las comunidades de otros virus como la influenza, permitió que centros de salud de todo el país se sumaran a la aplicación de pruebas de diagnóstico.
Por su parte, la infectóloga Margarita Marchena Picado, de la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos, resaltó el trabajo coordinado por el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Además, destacó la alta calidad del cuerpo médico.
Sistema de salud
Para la microbióloga María Laura Arias Echandi, miembro de la Junta Directiva de la Academia Nacional de Ciencias (ANC), el factor más importante del éxito es el sistema de seguridad social.
"Imagínese que ningún costarricense tiene que ver cómo hace para pagar la prueba del covid y menos el tratamiento, si es que lo requiere. Este ha sido uno de los grandes frenos en otros países”, afirma.
Arias también destaca “una excelente masa crítica” conformada por especialistas en salud y otras disciplinas que han puesto todo su conocimiento al servicio del país para afrontar la pandemia.
“Todo lo que sale en Ciencia a nivel mundial es discutido, analizado y, de ser importante o valioso, es introducido en nuestra cultura.
“Por ejemplo, el síntoma de la falta de olfato y gusto, que se introdujo en la definición de cuadro sospechoso; o el análisis del uso de anticoagulantes para pacientes críticos”, destaca.
Seguir en guardia
Si bien los resultados obtenidos hasta ahora resultan alentadores, lo que suceda en el futuro próximo también será producto de lo que se haga o deje de hacer hoy.
El lunes 11 de mayo, el Gobierno anunció un plan para flexibilizar las medidas de confinamiento en cuatro etapas y dentro de un plazo de 80 días.
Para Luis Rosero Bixby, la clave está ahora en los casos de enfermos asintomáticos que todavía no han sido detectados.
“Las autoridades creen que son mínimos y que no hay que prestarles atención. Ojalá estén en lo cierto. Pero por la evidencia de otros lados me temo que están equivocadas y que andan sueltos centenares de casos asintomáticos que causarán estragos cuando se aflojen las restricciones de movilidad y reunión”, sostiene.
“Las autoridades deberían actuar como si todo el mundo estuviera infectado (y asintomático). Allí es donde entra el uso de las mascarillas en lugares públicos para proteger al otro de mis gotitas de saliva”, reitera.
Para María Laura Arias, de la Academia Nacional de Ciencias, la reapertura del país debe realizarse con mucha inteligencia para no perder lo ganado.
"Hay cansancio, hay crisis económica pero debemos mantener esta curva baja hasta que haya una vacuna o tratamiento efectivo”, asevera.
Arias considera que mientras las personas sigan manteniendo el distanciamiento, la higiene y el salir solo lo indispensable se podrán mantener los resultados.
FUENTE: María Isabel Solís, salubrista; Juan José Romero, epidemiólogo UNA; Luis Rosero, demógrafo; Margarita Marchena, Colegio de Médicos. || DISEÑO / LA NACIÓN.
"Un poco más de paciencia nos permitirá, en unos meses, recordar esta pandemia junto a nuestros seres queridos sin que falte ni uno”, alega.
De acuerdo con el epidemiólogo Juan José Romero, dos estrategias son las que se han impulsado a nivel mundial, conocidas como estrategia del martillo y estrategia del baile.
“Son unas más fuertes (martillo) que otras (baile). Hay países en donde el martillo es lo único que puede funcionar. Por ejemplo, en algunas regiones de España, Italia o Estados Unidos. Son medidas duras o restrictivas.
“En otros lugares, donde la tasa de contagios es menor que la de recuperados, hay oportunidad de abrirse de manera escalonada, paulatina y protocolizada, que es lo que ha propuesto el Ministerio de Salud”, explica.
El salubrista Mauricio Vargas considera estratégico que el Gobierno propicie el abordaje regional de la pandemia.
“Este es un tema se salud global que nos afecta localmente. Ganamos poco si creemos que haciendo lo correcto en Costa Rica es suficiente, porque lo que suceda y hagan los países vecinos termina afectando", dice.