Este jueves, el Gobierno anunció que los niños costarricenses comenzarán a ser vacunados contra la covid-19 a partir del próximo martes. Nuestro país utilizará el producto desarrollado por la empresa Pfizer con la compañía BioNTech, el cual tiene similitudes y diferencias con la utilizada en los adolescentes y adultos. Aquí la repasamos.
Esta vacuna pediátrica está dirigida a una población de entre 5 y 11 años con 11 meses. El biológico utiliza la misma fórmula que se usa en adultos, además en ambos grupos el fármaco es inyectado de forma intramuscular en dos ocasiones, con 21 días de diferencia entre una aplicación y otra. Siempre debe diluirse en una solución antes de ser inyectado.
La principal distinción es la cantidad de producto que se da a uno y otro grupo. A los niños se les inyectará 10 microgramos, la tercera parte de los 30 que se les inyecta a los adultos. Por esto mismo, de cada vial (frasquito) para adultos se extraen hasta seis dosis, mientras que de cada vial para niños se obtienen diez.
Por esta razón también se diferencian los envases. El pediátrico lleva una tapa anaranjada, diferente a la morada de los adolescentes y adultos.
A diferencia de otros productos pediátricos, que se asignan según peso y talla del paciente, este es el mismo para todos los menores, pues está ligado al funcionamiento del sistema inmunitario de este grupo etario.
Otra diferencia en la forma de conservar este biológico. El producto de los adultos puede permanecer en ultracongelación (entre -90 °C y -60 °C) nueve meses, el de niños puede hacerlo durante seis. El de adultos puede estar en refrigeración (de 2 °C a 8 °C, como el resto de las vacunas) durante un mes, el de niños durante 10 semanas.
En ensayos clínicos, la eficacia de la vacuna se ha visto superior al 90%.
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Efectos adversos
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Los eventos adversos más comunes son leves y muy similares a los vistos en otras edades: dolor en el sitio de la inyección, debilitamiento, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos y fiebre.
Uno de los principales temores de las familias son los muy raros casos de miocarditis o pericarditis (inflamación del músculo del corazón y del tejido que lo rodea, respectivamente) reportados en algunas personas jóvenes, especialmente hombres.
Sin embargo, las presentaciones de los especialistas determinaron que el riesgo de miocarditis en niños y adolescentes es mucho mayor como consecuencia de la covid-19 que como efecto adverso de la vacunación.
Matt Oster, un cardiólogo pediatra que trabaja para el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglás en inglés), indicó que la mayoría de los casos de estas afecciones en los adolescentes que se dan posterior a una vacunación son leves y de corta duración. Se espera que en los niños sean todavía menores.
“Tener covid es muchísimo más riesgoso para el corazón. Por mucho”, puntualizó Oster.
Las pesquisas en las que se probó esta vacuna involucran a 4.500 menores de edad saludables que no habían sido infectados con el virus anteriormente. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos: de 5 años a 11 años con 11 meses; de 2 años a 4 años con 11 meses; y de seis meses a 1 año con 11 meses.
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¿Por qué es importante vacunar a los niños?
Hasta el momento, datos del Ministerio de Salud detallan que 64.026 menores de edad se han infectado con covid-19. Esta cifra incluye también a los adolescentes. Este jueves, el Hospital Nacional de Niños (HNN) reportaba a seis menores con esta enfermedad, uno de ellos, de un año de edad, está en cuidados intensivos.
Algunas personas argumentan que la población pediátrica, si bien tiene el mismo riesgo de infectarse y de infectar, su proporción de complicaciones, hospitalizaciones y fallecimientos es mucho menor. Sin embargo, los expertos recalcan que al no ser nulas las complicaciones infantiles, se debe tratar de llevar al mínimo cualquier riesgo.
“El virus no tiene restricciones”, subrayó en una entrevista anterior el inmunólogo peruano Juan More Bayona. “Los menores se pueden infectar tal cual se infectan los mayores. Eso es clarísimo. Ciertamente, los menores tienen un menor riesgo de terminar en el hospital que los adultos y adultos mayores, pero no quiere decir que no exista”.
“El razonamiento aquí es: ‘voy a vacunar a esta población porque, aun siendo el riesgo menor de llegar a un hospital, puede darse’. No podemos decir, ‘como los niños no desarrollan cáncer como los adultos, no estudiemos el cáncer infantil’. Eso es absurdo. El riesgo sin duda es menor que en otros grupos, pero no es cero”, añadió.
Olga Arguedas Arguedas, directora del HNN, dijo en ese entonces: “ciertamente, este es un grupo de población en el cual las enfermedades graves han sido menores. Sin embargo, existen. Unos han muerto, otros con enfermedad severa, hospitalizaciones prolongadísimas, y el síndrome infantil multiinflamatorio (MIS-C, por sus siglas en inglés), que además deja secuelas. Hay secuelas poscovid en población pediátrica. Los pediatras creíamos que no nos iba a pasar esto”.
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¿Qué pasará con los niños menores?
Pfizer y BioNTech desarrollan un ensayo clínico que abarca otros dos grupos de edad: uno de 6 a 24 meses y otro que va desde los 2 hasta los 5 años. El 17 de diciembre pasado la farmacéutica anunció que probarán una tercera dosis de la vacuna contra covid-19 en el grupo de 2 a 5 años. Dos dosis no alcanzaron la protección suficiente esperada, por lo que se probará una tercera, dos meses después de la segunda.
En un comunicado enviado por la compañía se señaló que dos dosis sí abarcaban la protección esperada entre los 6 y los 24 meses, pero no en los niños de 2 a 5 años, por lo que prefieren dar una inyección más. En ninguno de estos grupos de edad hubo efectos secundarios preocupantes y sus beneficios se mantuvieron mayores que sus riesgos potenciales, por lo que este análisis lo considera un producto seguro.
En estas poblaciones se reciben tres microgramos de producto por cada dosis. Para estas edades más jóvenes, el ensayo clínico sigue en desarrollo, estos son resultados preliminares con una porción de los participantes.
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