El asma en los niños no constituye un factor de riesgo que pueda complicar el desarrollo de la covid-19 en caso de contagio, siempre y cuando esté controlada.
Esa es una de las cosas que han aprendido los médicos del país tras 14 meses de pandemia.
“La mayor parte de asmáticos, si están adecuadamente controlados o si tienen crisis infrecuentes, no tienen una evolución más tórpida o más difícil que los que no son asmáticos; esta no se considera condición de riesgo”, explicó Olga Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños.
Según la inmunóloga pediatra, quienes sí son considerados de riesgo son los niños con tratamientos inmunosupresores que bajan las defensas.
Entre esos pacientes están los enfermos de cáncer, así como aquellos que tienen cardiopatías congénitas, enfermedad pulmonar crónica o los menores que son oxígeno-dependientes.
Además, en este grupo se incluye a niños con discapacidad como parálisis cerebral y los que tienen diabetes tipo 1, que afecta desde el nacimiento o que se desarrolla durante la infancia por factores genéticos.
¿Cómo afecta la enfermedad a los niños?
De acuerdo con la directora médica, otra de las cosas que han aprendido en este tiempo, es que no existe riesgo de que una embarazada contagie al feto a través de la placenta.
Asimismo, saben que no resulta contraproducente que una madre covid-19 positiva amamante a su bebé. Incluso, dijo Arguedas, son más los beneficios de la lactancia que el eventual riesgo de contagio si se toman las medidas adecuadas.
También se desterró el mito de que los niños son más contagiosos que los adultos.
Otro de los hallazgos es que el porcentaje de menores asintomáticos es proporcionalmente el mismo que en los contagios de personas mayores, es decir alrededor de 30%.
“El nivel de riesgo de contagio y que se transmita la infección es muy bajo en menores de 9 años. En los mayores de esa edad es más parecido a las edades posteriores”, añadió.
Lo que sigue siendo una realidad es que la covid-19 se manifiesta de forma más benigna en los más pequeños, produce menos complicaciones, menos hospitalizaciones y menos mortalidad.
Desde el inicio de la pandemia, Salud registra 4 fallecimientos en niños, asociados a la covid-19. Todos ellos tenían otras enfermedades graves.
La directora del HNN agregó que los síntomas en los niños varían según sus edades.
“Los pequeñitos tienen síntomas inespecíficos, a veces ni siquiera fiebre, solo rechazo al alimento, pobre succión y mucha somnolencia”, detalló la especialista.
En los más grandes, las manifestaciones son muy parecidas a las de una gripe: fiebre, tos y dolor de garganta.
Arguedas explicó que si en una familia ya hay casos positivos de la enfermedad y uno de los niños comienza con los síntomas mencionados, pero está alimentándose bien, tiene un patrón respiratorio normal y continúa con sus actividades de juego, puede quedarse en casa, pues se confirmaría por nexo y debe guardar cuarentena.
Empero, cuando no hay certeza y empiezan los síntomas, más bien se recomienda acudir a un centro de salud, pues podría ser que el niño sea un caso índice que contagie a toda la familia.
Lo que sí puede afectar a cualquier niño que contraiga el coronavirus es el llamado síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, que a la fecha se ha diagnosticado en 34 menores de los 24.799 confirmados con covid-19.
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Arguedas sostuvo que no hay un factor de riesgo que determine a quienes puede afectar este síndrome, aunque sí es más frecuente en los niños más grandecitos, desde edades escolares avanzadas hasta los 21 años.
En la mayoría de los casos, esta complicación se presenta cuando el virus ya va saliendo del cuerpo o incluso puede ser un síntoma poscovid.
Clases presenciales: más beneficios que riesgo
La directora del Hospital Nacional de Niños fue enfática en que la asistencia a los centros educativos representa para los menores más beneficios que riesgos de contagio.
Arguedas reconoció que si bien en este momento es necesaria la pausa anunciada por las autoridades para reducir la movilidad, los niños y adolescentes harán este sacrificio, pero no porque las escuelas y colegios sean focos de contagio.
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“La escolarización es esencial para el desarrollo de los niños, aporta muchas veces la posibilidad de comer, hacer ejercicio, y de salud mental por poder socializar. Los enseña a interactuar y, además, los docentes tienen un rol importantísimo en la detección de casos de violencia”.
“Los niños están poniendo su cuota de sacrificio (al hacer una pausa), pero no porque las escuelas sean nicho de transmisión.
“En el periodo que estuvieron en clases bimodales los datos dicen que no hubo crecimiento de contagios y eso es concordante con la experiencia en otros países, donde se demuestra que la presencialidad escolar, si se guardan las medidas, no produce un aumento de casos”, explicó la pediatra.
No obstante, no se debe perder de vista que aún no se tiene información sobre el impacto que podrían tener en los menores las variantes del virus de preocupación que ya circulan en el país y de las cuales hasta ahora se sabe que son más contagiosas.
El llamado para los padres en la pausa de cuatro semanas que vivirán los menores a partir del lunes 24 de mayo es que estas sean aprovechadas para fomentar valores y hábitos saludables, además que los adultos que son citados no pierdan la oportunidad de vacunarse.