La cadena de hechos que provocaron un aumento de $9,5 millones (¢14.820 millones) en el costo del nuevo Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas, terminarán bajo la lupa de la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
De acuerdo con Olger Sánchez Carrillo, auditor interno de la entidad, la investigación se inició a mediados de setiembre y pretende responder qué provocó el descuido y quiénes serían los responsables.
“Por esta razón (la apertura de la pesquisa), yo no le puedo decir y señalar cuál es la unidad responsable de esta eventual omisión. Si lo hago, estaría faltando a principios fundamentales, como la presunción de inocencia. Los funcionarios de la Auditoría Interna tenemos un deber de confidencialidad cuando iniciamos procedimientos orientados a la determinación de responsabilidades”, declaró Sánchez.
El 28 de setiembre, La Nación reveló que la Dirección de Producción Industrial no incluyó en la licitación del nuevo centro médico las características necesarias para las instalaciones y el equipo de lavandería. Ahora, corregir ese error elevaría el costo del proyecto de $225 millones a $234,5 millones (¢150.000 millones, aproximadamente).
Fue precisamente la Auditoría Interna la que alertó del problema en noviembre anterior, a través del oficio de advertencia AD-ASAAI-2316-2021. En el documento se afirmó que el error u omisión se originó en 2017, sin que se profundizara en la investigación ni se recomendaran procedimientos administrativos contra los presuntos responsables. Tampoco señaló la corrección de procedimientos para evitar ese tipo de inconvenientes en el futuro.
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Sánchez afirmó que no lo hicieron en ese momento porque el riesgo no se ha materializado. Hasta este jueves 6 de octubre, la CCSS no decide cómo atenderá el problema.
- En el oficio de advertencia que ustedes realizaron en noviembre de 2021 no profundizaron. ¿Por qué se quedaron solo en señalar la omisión? ¿Por qué no investigaron más ante la gravedad del asunto?
- Primero, hay que contextualizar lo que es un servicio de lavandería y su importancia para un centro hospitalario. La ropa hospitalaria es esencial en el funcionamiento de un establecimiento de salud. A partir de la definición del proyecto de construcción del nuevo Hospital Monseñor Sanabria, valorado en $225 millones, uno de esos componentes es la construcción de la lavandería.
“En ese sentido, hay dos tesis. Una es la que en este momento está vigente, como parte del contrato, que es la propuesta de la Dirección de Arquitectura e Ingeniería. Ellos apuestan a un modelo de lavandería que se denomina convencional, que son equipos manuales y no automatizados. La segunda propuesta es la de la Dirección de Producción Industrial, la Gerencia de Logística y la Gerencia Médica. Ellos apuestan por un modelo que se llama túnel de lavado, que es una lavandería automatizada. Obviamente, hay diferencias en materia de tecnología, equipamiento y de costos”.
- ¿Por qué no sacaron un informe más fuerte?
- Porque el riesgo no se ha materializado. En estos momentos la adjudicación con la empresa contratista (consorcio Vander Laat y Jiménez) está en firme en los términos en que fue adjudicada y concebido el diseño de la lavandería. El riesgo no se ha materializado porque no ha existido ningún cambio.
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- Decir que el riesgo no se ha materializado es cuestionable, porque es cierto que los términos de la adjudicación no han cambiado, pero existe un pronunciamiento de la Gerencia de Infraestructura y Tecnologías, encargada del proyecto, según el cual, corregir las omisiones costaría $9,5 millones adicionales. ¿Por qué no se profundizó la investigación en medio de esas circunstancias?
- Bueno, hay que recordar que, además del oficio de advertencia del 3 de noviembre de 2021, ya habíamos emitido otro informe a raíz de la construcción de la torre quirúrgica y hospitalización del Hospital La Anexión, en Nicoya. Esa construcción también requirió la construcción de una lavandería convencional. Ese informe contiene una recomendación expresa a la Gerencia de Infraestructura y Tecnologías de establecer lineamientos y protocolos homologados que permitan estandarizar el diseño y la planificación de las lavanderías institucionales.
- ¿No era responsabilidad de la Auditoría Interna indagar qué sucedió? ¿Por qué el aumento en el costo? ¿Señalar responsabilidades?
- En este caso, iniciamos una investigación a mediados de setiembre del presente año.
- ¿Cuándo creen que tendrían los resultados de su investigación?
- En un plazo máximo de tres meses, pero podría ser menos.
- ¿Cuál es la recomendación de la Auditoría Interna con respecto al modelo de lavandería que se debería implementar?
- Para la institución y para el paciente, lo óptimo era invertir en una lavandería de túnel de lavado, una lavandería automatizada. Esto es por tres razones fundamentales: permite disminuir los costos operativos en agua, electricidad y gas licuado; permite que la producción sea más eficiente y tiene ventajas al disminuir riesgos del trabajo e incapacidades de los trabajadores en ese tipo de áreas.