Las aguas residuales se convierten en otro medio para detectar la presencia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Mediante análisis de Biología Molecular realizados por el Laboratorio Nacional de Aguas del AyA, se verificó que hay partículas del virus en las aguas residuales del Centro de Aprehensión Regional Central (CARC) para inmigrantes indocumentados, en Los Lagos de San Francisco de Heredia.
Esa confirmación se dio luego de que a principios de mes se hallaron 14 enfermos con covid-19 en ese centro, que quedó en aislamiento por dos semanas, según ordenes del Ministerio de Salud. Actualmente, según el ministro Daniel Salas, 18 personas ahí han sido confirmadas con covid-19.
Las muestras se tomaron el 7 de mayo, cuando ya Salud había confirmado 12 de los 18 casos.
El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) ahora le da seguimiento a este hallazgo para conocer la prevalencia del virus en las aguas residuales con el paso del tiempo. En esas instalaciones permanecen los inmigrantes en condición irregular, mientras Migración resuelve la devolución a su país.
La presencia del nuevo coronavirus en las aguas que salen de los servicios sanitarios son consideradas un reservorio de lo que excretan las personas mediante orina y heces.
Plantas de tratamiento
En las aguas residuales se pueden encontrar microorganismos con capacidad de enfermar a las personas, entre ellos, el nuevo coronavirus. Este es el procedimiento para realizar esos análisis:
FUENTE: Laboratorio Nacional de Aguas, AyA. || C.F. / LA NACIÓN.
Según el Laboratorio Nacional de Aguas, ya en otras oportunidades se han utilizado para estudiar metabolitos, drogas ilícitas, fármacos y otros microorganismos patógenos biológicos.
Daniel Salas aclaró que la vía de transmisión entre personas de covid-19 es por gotitas de saliva que salen cuando se tose, estornuda o se habla muy fuerte. La transmisión no se da por medio de aguas residuales que llegan a los sistemas de alcantarillado sanitario o a los colectores.
Comunidades sin el virus
Un primer análisis de ese laboratorio realizado en abril en las plantas de tratamiento Los Tajos, en La Uruca, y La Guácima, en Alajuela, no detectó la presencia de SARS-CoV-2 en las aguas residuales producidas por 200.000 habitantes de esas zonas.
La planta de tratamiento de Los Tajos recolecta los desechos generados por unos 200.000 habitantes del área metropolitana, que viven en once cantones del Valle Central: San José, Desamparados, Goicoechea, Alajuelita, Escazú, Vázquez de Coronado, Tibás, Moravia, Montes de Oca, Curridabat y La Unión.
La planta de La Guácima sirve a cerca de 1.000 personas de comunidades aledañas a la comunidad del mismo nombre.
Tampoco se han detectado en los sistemas de tratamiento de aguas residuales de El Roble, André Chalé, Ciudad Hacienda Los Reyes y Liberia.
En abril, el ministro de Salud reveló que un estudio en países europeos confirmó la posibilidad de detectar trazas del genoma del nuevo coronavirus en heces de aguas residuales, pues un porcentaje variado de enfermos de covid-19 excreta partículas virales en la materia fecal, donde pueden permanecer hasta 14 días.
Sin embargo, eso no significa que el virus se transmita por heces u orina, aclaró Salas.
Ahora, los análisis en aguas residuales se convierten en otro mecanismos contra la pandemia por covid-19, pues se podrán ejecutar en puntos específicos del alcantarillado sanitario que sean de interés para las autoridades, ya que, según AyA, constituyen un indicador de la presencia del virus en la comunidad.
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Los primeros análisis en aguas residuales se coordinaron con personal de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y del Ministerio de Salud, que colaboró en poner a punto las técnicas para iniciar este programa de vigilancia epidemiológica.
AyA informó de que las muestras fueron recolectadas a mediados de abril.
“Es un logro para Costa Rica contar con un programa que permita detectar el SARS-CoV-2 en aguas residuales, pues nos facilitará el monitoreo del virus en diferentes comunidades del país y redoblar esfuerzos en esas zonas”, manifestó Daniel Salas.
Por su parte, la presidenta ejecutiva de AyA, Yamileth Astorga, explicó que el plan permitirá obtener una foto para ver si en una determinada zona del país está o no el SARS-CoV-2.
Durante esta semana, manifestó Astorga, el Laboratorio recolecta y analiza nuevas muestras del Hospital México, Hospital de Alajuela, el Centro Especializado de Atención de Pacientes con covid-19 (CEACO) y la planta de tratamiento de aguas residuales Los Tajos.
“Los análisis que estamos realizando cumplen con la mayor exigencia de los mejores laboratorios del mundo. Estos funcionan como una fotografía que nos dice si en una determinada zona hay SARS-CoV-2, lo cual podría funcionar como un indicador indirecto de la transmisión comunitaria del virus”, indicó Astorga.
Hasta este 14 de mayo, el Ministerio de Salud registraba 815 casos confirmados de covid-19 en Costa Rica, y siete muertes por esa causa.
En el mundo, más de cuatro millones de personas se han contagiado con el nuevo coronavirus, y han fallecido casi 300.000.
Estudios complejos
Los análisis utilizan la técnica de Biología Molecular conocida como Reacción en Cadena de la Polimerasa en tiempo real o qPCR, considerada una herramienta clave para la cuantificación de organismos capaces de enfermar a las personas en aguas residuales.
No es una tarea sencilla, pues se debe disminuir el efecto de otras sustancias presentes, como detergentes, medicinas y otros químicos.
El trabajo lo realizó la Unidad de Investigación en Agua, Ambiente y Salud, del Laboratorio Nacional de Aguas, conformada por Pablo Rivera, Ernesto Alfaro, Andrei Badilla y Darner Mora, director del Laboratorio.
También se contó con el aporte técnico del Laboratorio Clínico del Hospital Nacional de Niños, la asesoría de científicos internacionales expertos en Microbiología Ambiental y el apoyo tanto del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), la CCSS y la coordinación de muestreos del Ministerio de Salud.
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"Dicha unidad de trabajo se conformó hace 4 años, y se firmó un convenio de colaboración con la Universidad del Sur de La Florida para realizar estudios de detección de indicadores virales en aguas de mar, en las playas de Jacó y Puntarenas.
"En una gran cantidad de estudios, se ha demostrado que un porcentaje variable de la población que padece la enfermedad de covid-19 puede excretar el virus SARS-CoV-2 a través de sus heces por periodos muy variados de tiempo, que pueden ir de días a semanas (1-40 días). Estas observaciones se han realizado tanto en pacientes sintomáticos como en pacientes asintomáticos.
“Por lo tanto, la vigilancia epidemiológica del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de los sistemas de alcantarillado o las plantas de tratamiento, representa una herramienta clave en el estudio de la prevalencia del virus en una población. Además, puede brindar alertas tempranas sobre la diseminación asintomática del virus en comunidades donde no se tienen casos registrados por la vigilancia epidemiológica tradicional”, sostienen los especialistas del laboratorio.
“Esto nos aportó experiencia, y nos atrevimos a montar la técnica para determinar material genético del nuevo coronavirus en aguas residuales para seguir indirectamente su huella en Costa Rica”, explicó Darner Mora.
El siguiente paso será medir la concentración del virus para estimar la carga viral en la población con alcantarillado sanitario.
Los estudios a largo plazo, informó AyA, permitirán mostrar los patrones de estacionalidad que en el futuro pueda presentar este nuevo coronavirus.
En el corto plazo, se trabajará junto con investigadores del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en un proyecto con enfoque epidemiológico para determinar el SARS-CoV-2 por qPCR en aguas residuales de Costa Rica.