La barda recolectora instalada un año atrás en la cuenca del río Virilla recogió una tonelada de residuos plásticos, los cuales ya no llegarán al mar y serán transformados en material para construcción.
De acuerdo con información divulgada este viernes por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se estima que el río Virilla recibe hasta el 80% de los residuos flotantes que salen por cuerpos de agua de la Gran Área Metropolitana (GAM). Este río, a su vez, vierte sus aguas en el río Grande de Tárcoles que desemboca en el océano Pacífico.
La estructura fue instalada en marzo de 2023 como parte del proyecto Paisajes sin Plástico, que une esfuerzos del PNUD, organizaciones y empresas privadas.
“Paisajes sin Plástico es la mejor demostración de puesta en práctica del Objetivo 17: Alianzas para lograr los objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. (...) Se ha logrado realizar una intervención efectiva en uno de los ríos más contaminados del país, evitando que los residuos plásticos alcancen nuestra costa pacífica”, resaltó José Vicente Troya Rodríguez, representante residente del PNUD en Costa Rica.
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Las barreras o bardas flotantes, explicó el Programa, se instalan en puntos de gran contaminación de los ríos para detener los residuos plásticos flotantes, cuya recolección es mayor durante el periodo lluvioso. Su diseño no afecta la vida acuática y mejora la condición del río aguas abajo.
Los residuos plásticos que se recolectan son posteriormente transformados en RESIN8, que es una arena sintética que se utiliza en la construcción, precisó en el comunicado David Zamora, de la empresa Pedregal. De esta forma se asegura un uso prolongado y sostenible para estos materiales.
La intención del programa es concretar nuevas alianzas para instalar más bardas en puntos críticos de contaminación que ya fueron identificados.
Otros esfuerzos para mejorar manejo de residuos
Otros esfuerzos para mejorar el manejo de residuos incluyen acciones afirmativas de sensibilización y educación ambiental impulsadas desde el Proyecto Transición a una Economía Verde Urbana (TEVU). Además, se buscan mecanismos innovadores y eficientes para el manejo de residuos orgánicos, que representan aproximadamente la mitad de los residuos que llegan a los rellenos sanitarios, según afirmó Miriam Miranda Quirós, Coordinadora del proyecto TEVU.
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Miranda informó de que junto a municipios como Belén, Alajuelita y La Unión buscan mejorar el pago de tarifas de recolección de basura, aprovechamientos de residuos orgánicos en centros educativos y compostaje. También con San José procura convertir más de 20.000 toneladas anuales de orgánicos en alimento para mascotas.
Los resultados obtenidos con la colocación de la barda también sirven como una alerta a la industria, al comercio, instituciones y población para asumir responsabilidades frente a la contaminación por uso y consumo excesivo de estos materiales.
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Juan Carlos Piñar, coordinador del Proyecto Paisajes sin Plástico explicó que desde el proyecto Consumo 180, también implementado por PNUD, se trabaja al lado de con Inteco para crear de normas técnicas que abordan la contaminación por plásticos, entre ellas las normas de Huella Plástica y Residuos Plásticos en Ambiente y una norma técnica de Barreras en Cuerpos de Agua para Captura de Residuos Flotantes.
“Nuestra realidad nos dice que los residuos se fugan al ambiente en parte por la mala gestión desde nuestros hogares y, además, porque no se cuenta con infraestructura y equipos adecuados para la correcta recuperación, valorización, reciclaje y disposición final”, indicó.
Se estima que cada día el equivalente a 40 vagonetas de 10 metros cúbicos de residuos plásticos se fugan al ambiente.