Una bebé de nacionalidad venezolana de tan solo nueve meses de edad falleció el 16 de agosto, en el Hospital Nacional de Niños, luego de batallar contra múltiples infecciones que desarrolló; entre ellas, las causadas por el virus de la influenza B, el SARS-CoV2 (responsable de la covid-19) y diarreas por rotavirus.
El director médico del Hospital Nacional de Niños, Carlos Jiménez, confirmó el deceso que se produjo 22 días después de recibir a la menor en ese centro de salud, trasladada desde un albergue para migrantes de la zona sur.
“Empezó con diarrea, vómitos y fiebre. Esto la llevó inicialmente al hospital local. Ahí le dieron reanimación, y la trasladaron al hospital de Niños, donde se recibe en muy malas condiciones, con un shock mixto.
“Tenía una septicemia (infección grave y generalizada), con historia de infección por varios agentes virales de vía respiratoria: virus respiratorio sincitial (VRS, conocido también como virus respiratorio asesino), influenza B y SARS-CoV2, y un frotis positivo por rotavirus”, informó Carlos Jiménez.
Durante su estancia en el Hospital de Niños, sufrió otra septicemia causada por una bacteria y, según el director médico, su evolución fue tórpida a pesar de las medidas de reanimación cardiopulmonar que se le dieron por más de 22 días.
La pediatra emergencióloga del mismo centro médico, Adriana Yock Corrales, explicó que permanentemente atiende pacientes migrantes.
Informó que, en lo que va del año, se han visto unos 2.695 extranjeros de diferentes nacionalidades, algunos de padres costarricenses, otros como parte de la ola de migrantes proveniente de Suramérica.
Las enfermedades más frecuentes en esta población son diarreas, diferentes traumas, infecciones respiratorias y crisis de asma, informó Adriana Yock.
Son pacientes, según dijo, que usualmente tienen más hermanos por lo que suelen estar todos enfermos. En ocasiones, agregó, se ha tenido que valorar a la familia completa en el hospital con tratamiento para estabilizar su condición.
Incluso, ya varios han requerido manejo en observación de emergencias por deshidratación, dijo la pediatra especialista en emergencias.
Según información facilitada por emergencias por medio de la oficina de prensa del Hospital Nacional de Niños, de los 2.695 pacientes de nacionalidad extranjera atendidos hasta el pasado 18 de agosto, 1.631 provenían de Nicaragua, 326 de Venezuela, 124 de Colombia y 176 fueron registrados como de procedencia no especificada.
En menor cantidad, se atienden menores de edad de Estados Unidos (60 pacientes hasta el 18 de agosto), Panamá (47), Perú (44), Ecuador (43) y El Salvador (35), entre otras nacionalidades.
La crisis migratoria tiene su epicentro en la zona sur del país. Hace cuatro días, 43 diputados aprobaron una moción para solicitar al Gobierno declarar estado de emergencia por calamidad pública a causa de la crisis migratoria y humanitaria en la frontera sur.
Un reportaje de la agencia de noticias francesa, AFP, calificó de “infierno” lo que se vive en esa población fronteriza por la cual, solo durante este año, han entrado 204.000 migrantes desde Panamá, de acuerdo con cifras del gobierno vecino.
Los habitantes de Paso Canoas se quejan de la suciedad y la inseguridad que genera la presencia de cientos de migrantes venezolanos, ecuatorianos y haitianos. Los migrantes también se quejan por el calvario que viven al quedarse varados en esa población, reportó AFP.