En menos de tres minutos, ocho brigadistas del equipo contra incendios llegó a controlar la emergencia que se presentó el miércoles 8 de julio en el sótano de la torre sur del Hospital Calderón Guardia.
La explosión de un calentador de agua ubicado en esa zona, puso a prueba a la brigada y el resultado fue que ninguna persona o estructura del hospital resultó con daños.
También revivió, de alguna manera, los recuerdos de la tragedia que marcó para siempre al Calderón: el incendio que destruyó la torre norte y mató a 21 personas, la madrugada del 12 de julio del 2005 .
Esa tragedia les dejó muchas lecciones. Una de ellas, la necesidad de contar con una brigada contra incendios capaz de tener una respuesta efectiva como ocurrió el pasado 8 de julio.
Son 30 personas en total las que intenta mantener la seguridad de las 7.000 personas que transitan diariamente por salas, pasillos y oficinas del Calderón Guardia.
Distribuidos en los tres turnos, ese equipo es el principal responsable de organizar los operativos de emergencia en caso de incendio, informó su coordinador, Alejandro Larios Enríquez.
Contrario a lo que sucedía en el 2005 y antes, el Calderón se ha tratado de blindar con lo mínimo necesario para enfrentar un eventual incendio.
Ahí hay más de 460 extintores distribuidos en los 53.000 metros cuadrados (incluye los edificios alquilados en los alrededores del complejo hospitalario principal), informó Óscar Vargas, miembro de la brigada.
También han construido y reforzado algunas escaleras de emergencia, con puertas antipánico y cortafuegos incluidas, según pudo comprobar un equipo de La Nación durante un recorrido por elcentro médico.
En deuda. Sin embargo, este hospital, como la casi totalidad de los que tiene la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), aún carece de las medidas básicas para garantizar la seguridad del edificio y sus ocupantes, según datos del Cuerpo de Bomberos.
En el caso del Calderón, dice Bomberos, se carece de sistema fijo de protección con rociadores, de compartimentación adecuada para bloquear el paso de las llamas, y con una cobertura parcial de los sistemas de detección y alarma, y salidas de emergencia.
“El edificio norte y todas las demás edificaciones satélites del hospital no están cumpliendo a cabalidad la normativa de seguridad y protección contra incendios. A todas luces, las áreas que presentan más vulnerabilidad son las de encamados, y esto es lo prioritario a proteger”, manifestó Alex Solís Delgado, jefe de la Unidad de Ingeniería del Cuerpo de Bomberos.
“Para nosotros, el sistema del Calderón no es confiable. Cuando tenemos una alerta en el Calderón el despacho es al máximo posible. Se sacan todos los recursos en las estaciones aledañas”, agregó Solís. Eso lo hicieron la semana pasada.
Sin duda, el hospital está en mejores condiciones que hace diez años. Pero falta más. Las acciones principales apenas están en proceso, como la colocación de rociadores y la construcción de la torre que sustituirá a la que fue destruida hace una década.