Ya está fijo en el calendario. Al menos tres veces al año, las familias de Vingela Avendaño y su amiga María Castro visitan el Parque Diversiones –en La Uruca, San José– y se quedan hasta bien entrada la noche.
Cerca de las 2 de la tarde del miércoles 4 de enero se habían subido a varias de las 30 atracciones, sin negarse a experimentar, una y otra vez, la inmensa ola que se forma en el Splash Caribe.
El pago del pase especial, de ¢8.000, les permite subir las veces que lo deseen a sus máquinas favoritas sin tener que volver a pagar.
Son varios miles los visitantes que, al igual que estas desamparadeñas, toman las 26 hectáreas del Parque dedicadas a la diversión en temporada alta, como vacaciones. En total, son 40 hectáreas de terreno.
Todas estas personas colaboran para reunir los ¢200 millones que, en promedio, el Parque aporta cada año a la compra de equipos para el Hospital Nacional de Niños (HNN), objetivo que le dio origen.
Ingresos
Desde que abrió sus puertas, en 1981, el Parque Diversiones ha dejado casi $13 millones a ese centro médico; es decir, más de ¢7.000 millones (al tipo de cambio actual); un promedio de alrededor de ¢200 millones por año.
Eso equivale a un 20% de sus excedentes anuales, fondos que son administrados por la Asociación Pro Hospital.
¿Eso es mucho o poco?
El gran peso de la recaudación por entradas y actividades se dedica al mantenimiento de las instalaciones que, según los encargados, es cara, sin precisar datos.
Atracciones como el Splash Caribe requieren 790 metros cúbicos de agua. Si bien utiliza un sistema de reciclaje del líquido, la electricidad y la reposición del agua que se pierde por evaporación tiene su costo.
De los ingresos también se paga el salario a 350 empleados fijos, aunque en temporada alta por vacaciones escolares, como esta, se contratan unos 150 más.
Luis Gamboa, presidente de esa organización, evitó revelar más detalles del manejo financiero al argumentar que son un grupo privado sin fines de lucro.
Sin embargo, aclaró que, además de dedicar el 20% de las utilidades al Hospital, han hecho otros aportes importantes.
Estos incluyen la ayuda con un 20% del costo del edificio de Especialidades Médicas, y casi ¢200 millones, a lo largo de 12 años, al albergue para menores enfermos Santiago Crespo.
La Asociación también colabora con el Hospital organizando un torneo de golf anual. En los últimos 12 años; esta actividad ha dejado ingresos al HNN por más de $1,3 millones. El principal bastión del Hospital es la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que le asigna un presupuesto anual de ¢80.000 millones.
Necesario
Para el HNN, el Parque es uno de los donantes más queridos y necesarios.
El subdirector de ese centro de salud, Carlos Jiménez, informó de que solo en los últimos cinco años, más de un centenar de equipos fueron donados por la Asociación Pro Hospital Nacional de Niños, administradora del centro de diversiones.
Las equipos incluyen el procesador de tejidos que el funcionario Francisco Rodríguez utiliza para preparar las biopsias de los pequeños con cáncer,y alguna de las tres modernas autoclaves en las que su compañero Claudio Víquez esteriliza cientos de equipos para operar.
También ha permitido que el servicio de Nutrición tenga una cámara capaz de realizar ocho funciones que agilizan la preparación y entrega de alrededor de 200 almuerzos diarios para los niños internados.
El origen
Luis Gamboa recordó que este parque es heredero de la Feria de las Flores, la misma actividad que, en los años 60, financió parte de la construcción del actual hospital, de la mano de los médicos Carlos Sáenz Herrera y Roberto Ortiz Brenes.
“Era una feria que se prolongaba por dos semanas, con toros, carruseles, música y comida. La actividad fue cancelada y se tuvo que pensar en otra fuente de ingresos para apoyar al Hospital.
”Fue ahí donde el doctor Roberto Ortiz Brenes pensó en crear un parque de diversiones, con la idea de que el niño sano ayudara al niño enfermo”, relató.
Ese es el lema inscrito en una escultura, en Pueblo Antiguo, otra de las atracciones.
Susanne Carazo, jefa de Mercadeo del Parque, comentó que en los últimos 15 años han renovado las instalaciones.
Los servicios se han tenido que diversificar, al punto que en la actualidad un 60% de las actividades son de entretenimiento y un 40% corresponden a la organización de eventos, como fiestas de cumpleaños y corporativas, y congresos.
Gamboa destacó además la labor social que cumple el Parque Diversiones. La entrada aquí es gratuita y solo exige el pago de tiquetes o de los pases especiales para quienes deseen disfrutar de las máquinas.
Todos estos equipos son revisados por especialistas estadounidenses para garantizar su seguridad. De hecho, la Asociación Pro Hospital Nacional de Niños pertenece a la Asociación Mundial de Parques de Diversiones, que se encarga de certificar el buen estado de las atracciones.