Cada 12 horas, es detectada en Costa Rica una mujer con cáncer de cérvix : son unas 730 al año.
La mitad de ellas tiene la suerte de que el cáncer aún no se ha extendido en su organismo (cáncer in situ); sin embargo, en el otro 50% los tumores ya han invadido. Por año, mueren alrededor de 130 mujeres debido a este tipo de cáncer.
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Los datos, facilitados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), son una estimación de sus registros desde 2015.
Esta institución informó de que, a pesar de que el de cérvix sigue en el tercer lugar entre los tumores que más enferman a las mujeres (lo superan el de piel y mama), la cifra de incidencia (casos nuevos al años) y de mortalidad ha bajado sustancialmente en las últimas tres décadas.
El número de enfermas bajó un 54% y las muertes en un 48% desde 1989, informó la institución. En ese entonces, fácilmente aparecían más de un millar de mujeres con estos tumores, y morían cerca de 200 o más al año.
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Esta enfermedad, causada por la infección del virus del papiloma humano (VPH), es la cuarta más frecuente entre todos los tipos de cáncer que afectan a los ticos, y la tercera entre los que más atacan a la población femenina.
Se transmite por vía sexual, lo cual también ha llenado de estigmas a quienes la padecen.
Freno al papiloma
Según la CCSS, Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica con el índice más bajo por mortalidad después de Chile en este tipo de cáncer.
El dato más reciente de mortalidad, indica que la tasa ronda las 5,2 muertes por cada 100.000 mujeres.
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Datos del Registro Nacional de Tumores del Ministerio de Salud, facilitados por el coordinador de vacunas, Roberto Arroba Tijerino, muestran que entre 2011 y 2015 aparecieron 2.768 casos nuevos de cáncer de cérvix.
En cuatro años (2013-2017), fallecieron 618 mujeres, colocándose como la décima causa de muerte entre todos los tipos de tumores.
El mayor impacto en la mortalidad se concentra entre quienes tiene 40 años y 45 años, y en las mayores de 75, informó la CCSS.
Por las implicaciones sanitarias y sociales de una enfermedad como esta, las autoridades de la Caja han desarrollado programas y proyectos que han permitido que las cifras desciendan de manera importante.
El gerente general de la CCSS, Roberto Cervantes Barrantes, atribuyó los avances a una combinación entre el compromiso de las propias mujeres con su autocuidado, y el esfuerzo institucional para fortalecer el Laboratorio Nacional de Citologías, lo que ha permitido mejorar la atención de lesiones sospechosas.
Este servicio recibió más personal y nueva tecnología, reduciendo a un día la respuesta entre la presentación de la muestra y el diagnóstico. En 20 años de trabajo, ahí se han analizado más de 6 millones de pruebas.
Primera vacunación
Para este año, la Caja programó una de las medidas más importantes, sino la principal, en su lucha contra esta enfermedad: la primera vacunación contra el virus del papiloma humano.
Esto será tras la inclusión de esta vacuna en el esquema nacional.
Serán protegidas 35.150 niñas de diez años en todo el país. Esa será la primera camada de mujeres que se espera nunca padezcan cáncer de cérvix.
La inmunización se realiza antes de que se inicie la vida sexual activa como una medida de prevención para las mujeres.
Los detalles de la campaña de vacunación serán dados a conocer en las próximas semanas por las autoridades institucionales, aunque hace unas semanas se había informado de que arrancaría en abril o junio, lo cual dependerá del ingreso de las dosis al país.
Según explicó la CCSS, el papiloma humano es un virus cuya existencia se descubrió en 1984.
Un 80% de la población lo puede contraer sin darse cuenta, y su cuerpo lo elimina con el tiempo.
“Sin embargo, si la infección se vuelve persistente, pueden pasar entre 10 y 30 años para que una lesión pueda desarrollarse como cáncer después de la infección”, indicó un reporte técnico de la CCSS.
Por eso, es importante la realización del papanicoláu, la prueba para detectar tempranamente la infección con este virus.
La CCCS está probando otro tipo de métodos para elevar el nivel de éxito de la detección temprana, a lo que está sumando la vacunación como un método primordial para la prevención de casos.