Nueve meses después de haber soltado una bomba, la cardióloga Sofía Bogantes Ledezma vuelve a poner el dedo sobre la llaga al afirmar que en el Hospital México siguen muriendo pacientes mientras esperan que se les haga un cateterismo cardíaco.
Bogantes, así como Douglas Montero Chacón, director de ese centro médico, y el jefe de la sección de Medicina, Carlos Chaverri Montero, son investigados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) debido a la crisis en el servicio de Cardiología.
Sin embargo, este miércoles, la médica denunció persecución laboral y discriminación porque la Caja solo la trasladó de hospital a ella, al Nacional de las Mujeres, donde, asegura que no tiene las condiciones para laborar.
El siguiente es un resumen de la entrevista con La Nación luego de una conferencia de prensa en la Unión Nacional de Empleados de la Caja (Undeca).
¿En qué situación quedó el servicio en el cual usted trabajaba?
Sé que los pacientes siguen falleciendo y que duran hasta un mes internados para un procedimiento urgente, en hospitales como los de Heredia, Alajuela o Quepos. Yo le podría decir que lo que ha habido, aparte de maquillaje, es un bacheo de la situación, que sigue siendo dramática para las personas que tienen un padecimiento cardiovascular y requieren un procedimiento de cateterismo cardíaco. Los que pueden son los que, a través de la Sala Constitucional, legitiman su derecho a la salud. Estamos a (base de) recursos de amparo para salvar la vida.
La gerenta de la Caja (María Eugenia Villalta) habló de desorden en el manejo de listas de espera.
Debo negar esto absolutamente. Los muertos de toda la red y toda esta situación, María Eugenia Villalta la conoce de primera mano desde el 2013.
”Estamos esperando que los planteamientos que presentamos en algún momento sean tomados en cuenta.
”Además, la auditoría interna de la Caja siempre estuvo informada del manejo de las listas de espera y de cuántos pacientes había en ellas”.
Entonces, ¿la mortalidad y las largas esperas se mantienen?
Se mantienen pero maquilladas. Para mí, como cardióloga, es irregular que una persona que no es cardiólogo, como Douglas Montero Chacón, se invente un diagnóstico (estudios de alta y baja frecuencia) y de un zarpazo saque a más de 300 pacientes (de la lista de espera).
¿Siguen muriendo personas?
Claro.
¿Ha variado la situación con respecto a lo que usted denunció en abril del año pasado?
Sí mejoró, porque el programa que se había suspendido de atención especial de la patología cardiovascular se reinició y se le dio continuidad. Esa continuidad era fundamental y estaba dentro de las propuestas que yo y otros cardiólogos le llevamos a María Eugenia Villalta.
”Desde luego que, como reacción a mi denuncia, hubo una serie de medidas para volver a instalar el proyecto especial para llevar a cabo la atención de los pacientes.
”Pero existe todavía la espera de hasta un mes en los hospitales regionales. El mecanismo para salvar la vida para los pacientes en este momento es poner un recurso de amparo. El que no sabe leer y no le da la chispa, está condenado a morirse”.
¿Cuán sostenibles son estas medidas en el tiempo? Usted se refirió a ellas como parches.
La situación de los costarricenses con patología cardiovascular va a empeorar.
¿Esas medidas son solo para salir del bache?
Exactamente. Son medidas que no llevan una proyección de sostenibilidad en el tiempo, y son para mantener la imagen política de una institución politizada.
¿Cuestiona la depuración de las listas que hizo la CCSS? El último dato oficial es de 56 fallecidos, no más de 100, como usted dijo en abril.
Mire, a todas estas personas les llegó primero la muerte que el procedimiento de cateterismo cardíaco.
”Yo tengo pruebas que envié al Ministerio Público: es inaceptable que se ponga a una telefonista a decidir si se saca a un paciente de la lista de espera o no.
¿Usted quiere volver al Hospital México?
Absolutamente. En esto, el trato igualitario y no discriminatorio es un derecho.
”Si deciden poner una medida cautelar y trasladar a los dos hombres y a la mujer, trasládenlos, pero castigar a una y dejar a los otros dos en sus puestos, con todas sus condiciones, a todas luces no es justo.