La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tramitó dos compras directas de reactivos necesarios para las pruebas del programa de trasplante de órganos; principalmente de corazón, pulmón y riñones.
La Contraloría General de la República (CGR) le aprobó a la entidad una compra especial por $124.000 y otra por $360.000, para un total de $484.000 que se destinarán a la adquisición de esos insumos. Lo anterior permitirá mantener la realización de pruebas a candidatos a trasplantes y a donantes, durante los próximos ocho meses.
Así será mientras ingresa la compra por ¢1.450 millones que se gestiona desde el año pasado, informó José Pablo Marín, director del Laboratorio Clínico del Hospital San Juan de Dios. La compra mayor, o nacional, es por un año prorrogable a tres, detalló.
En este hospital josefino se encuentra la seroteca, un laboratorio con las muestras de todos los pacientes candidatos a un trasplante. Antes de la creación de la seroteca, cada uno de los hospitales nacionales (México, San Juan y Calderón) hacía por aparte las pruebas para determinar la existencia de anticuerpos. Estos exámenes son necesarios para disminuir el riesgo de un eventual rechazo del órgano trasplantado.
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Marín descartó que se haya registrado un desabastecimiento debido a los tiempos prolongados que ha requerido la llamada compra nacional de reactivos.
“Tenemos los que se necesitan para trabajar, según la norma actual que establece el Ministerio de Salud. Nosotros estamos haciendo algunas cosas más, extras, que no están dentro de la norma pero que estamos tratando de introducir, y que la nueva norma (que no ha sido aprobada aún) lo va a traer.
“No hay desabastecimiento porque las pruebas se siguen realizando. No se han detenido. Lo que sí se afectó un poquito fue el tamizaje de HLA (un tipo de prueba) de los pacientes que están en la seroteca, pero ya tenemos los reactivos para trabajar con ellos. Estamos un poquito atrasados pero no tenemos problemas de abastecimiento”, reiteró Marín.
Lo que dice la norma
Según explicó el especialista, a cualquier candidato a trasplante de órgano sólido, como corazón, pulmón o riñón se le realiza una prueba cruzada, que es lo que está en la norma actual. Otras pruebas, como las conocidas PRA, son consideradas ‘extra’ y no están dentro de lo normado actualmente.
“No es obligación hacerla (PRA) en este momento, ni siquiera en una alerta de trasplante, el cual amerita la prueba cruzada nada más para ver si el órgano es compatible, in situ, en el momento.
“Lo que llaman el PRA se hace posterior al trasplante. Algunos médicos la piden, aunque no es obligatorio hacerla porque no está dentro de la norma”, reiteró Marín.
“Los pacientes pueden tener la certeza de que trabajamos para su bienestar y tener la mayor cantidad de reactivos para poder seguir trabajando con los trasplantes. Tratamos de tener la mejor seroteca posible para tener las pruebas al día”, agregó.
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Francisco Rodríguez, uno de los responsables de la seroteca y jefe del Laboratorio de Inmunología, detalló que ahí se hacen anualmente 1.600 conteos de anticuerpos y 900 estudios de PRA, entre otras pruebas para trasplantes. Los pacientes se tamizan cada tres meses. Son cerca de 1.000 personas a quienes se les pide estudios de base, dijo.
Por su parte, Marvin Durán, otro responsable de la seroteca y quien también participa en las alertas de trasplante en hospitales, aseguró que ese laboratorio mantiene un nivel tecnológico más alto que el de otros países, como los sudamericanos.
“Dar ese paso o saltar esa brecha tecnológica ha hecho que se complique un poco el camino. Estamos ante un horizonte en donde vamos a tener un laboratorio de primer mundo. Las pruebas extra que ofrecemos son las que más nos demandan”, reconoció Durán.