Cuando Coopesaín asumió las riendas del Área de Salud de Tibás, hace 33 años, comenzó como un primer nivel reforzado de atención. Los vecinos con edad para recordarlo, probablemente relacionen esa palabra (’reforzado’), con aquellos primeros años en que tenían médicos de especialidades básicas para resolver sus consultas menos complejas sin necesidad de referencias a hospitales.
Ese servicio de interconsultas permitió por varios años resolver en menor tiempo casos que requerían un ojo más especializado, pero terminó en el 2008. Ese año, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) lanzó una primera licitación de servicios que, a finales de los años 80 y principios de los 90, había dejado en manos de varias cooperativas un plan piloto que fue considerado entonces como la mejor opción para aliviar los problemas de atención.
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El actual gerente de Coopesaín, Walter Zúñiga, asegura que a partir del 2008 la oferta de servicios del Área de Salud de Tibás empezó a retroceder para ajustarse a los requerimientos de los carteles de licitación planteados por la CCSS. Por supuesto, señala, se deben ajustar a las condiciones de la institución, pero para mejorar la oferta a los asegurados, no para limitarla.
El modelo de provisión de servicios de salud, hasta ahora a cargo de cuatro cooperativas, ha demostrado ser hasta un 60% más barato para la CCSS, en relación con el costo que significaría institucionalizar esta atención.
Un nuevo concurso, lanzado a finales del 2021, busca adjudicar servicios en diez áreas de salud, incluida la de Tibás. Sin embargo, a criterio de Zúñiga y otros gerentes de cooperativas consultados el cartel de licitación profundiza el retroceso en la oferta de servicios, iniciado por la CCSS hace 14 años.
La nueva licitación es para adjudicar servicios de atención primaria en 138 Ebáis de 10 Áreas de Salud. El contrato supera los ¢39.000 millones anuales. Cubre la atención de más de 600.000 habitantes de comunidades como Tibás, Barva, Escazú, Pavas y Desamparados.
“Esperábamos que este cartel se convirtiera en una oportunidad para mejorar la debilitada oferta de servicios. En su primera versión, nos quitaron la enfermera en salud mental, el educador físico, un médico que teníamos para reforzar Urgencias cuando es un servicio para el cual hemos planteado la necesidad de ampliar a las 10 p. m. Ese tipo de cosas, lejos de reducir brechas, las amplía”, acotó Zúñiga.
Objeciones y correcciones
Desde el 2008, los vecinos de Tibás y comunidades aledañas se quedaron sin especialistas a tiempo completo. También perdieron el servicio de medicina mixta y de empresa, por lo que gran parte de la demanda comenzó a referirse a la Clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás.
Como consecuencia, en la Clorito hay cuellos de botella que se extienden al Hospital México como cabeza de red, y que son los responsables de prolongar los tiempos de atención para los asegurados en citas con especialistas, exámenes diagnósticos y cirugías.
Las condiciones impuestas en el nuevo cartel, afirman las cooperativas, se convierten en una oportunidad perdida de ampliar la consulta a horarios vespertinos, y reforzar las tareas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, que, precisamente, justificaron el origen de los Ebáis y del primer nivel de atención.
La CCSS ha tenido que hacer ajustes al nuevo concurso porque le han llovido objeciones desde la primera versión. En la tercera, donde pretendía aumentar de cuatro a cinco los pacientes vistos por hora, tuvieron que hacer una reforma al reglamento por presión de cooperativas de salud, sindicatos, Colegio de Médicos y del propio Ministerio de Salud.
Para Alberto Ferrero Aymerich, gerente de Coopesalud, que administra servicios en Pavas y Desamparados, la CCSS va en dirección contraria a lo que gritan, desde las comunidades, poblaciones crecientes, con demandas de atención complejas.
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“¿Cuál es el problema? Que estamos operando con un psicólogo para 90.000 habitantes, con un promotor y una educadora física para 90.000 habitantes, y el cartel eliminó este personal inicialmente. Cuando lo objetamos, la CCSS los reintegró.
“¿No será que, en vez de aumentar la cantidad de Ebáis, deberíamos reforzar estos perfiles de apoyo para la atención integral? Al aumentar Ebáis, no estaremos mordiéndonos el rabo otra vez: vamos a meter más Ebáis y aumentaremos la necesidad porque no estamos haciendo un abordaje realmente integral que ataque la raíz del problema”, advirtió Ferrero.