La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) llega a los 80 años, este 1.° de noviembre. Si pretende sobrevivir otros 80 como la institución más importante del país, está obligada a innovar su gestión, tanto en la atención de la salud como en la administración del seguro de pensiones.
La pandemia demostró su relevancia, pero fenómenos que llevan varias décadas de desarrollarse, como el envejecimiento poblacional, exigirán de esta entidad todavía más, según reconoce su presidente ejecutivo, Román Macaya Hayes.
Con un presupuesto para el 2022 de ¢5,3 billones, la CCSS se encamina hacia su centenario con una larga lista de desafíos, algunos de los cuales fueron destacados por Macaya en entrevista con La Nación. Este es el resumen.
– La sostenibilidad financiera es uno de los grandes temas de los que depende la supervivencia de la CCSS, y la estabilidad de la seguridad social de este país. ¿Cuáles deben ser las nuevas fuentes de financiamiento, más allá de unas cuotas obrero-patronales peligrosamente dependientes de un mercado laboral volátil?
– La sostenibilidad se desprende del envejecimiento de la población. Si no sucediera esto, no estaríamos viendo una tendencia hacia el futuro con cada vez menos cotizantes porque habrá menos personas en el mercado laboral. Lo que sucedió en la pandemia es una demostración de lo que puede pasar cuando ocurre un evento inesperado, que causa un desempleo y se nos bajan los ingresos sustancialmente.
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”Sí, la pandemia tuvo un efecto pronunciado, pero es temporal. El envejecimiento no es temporal. La pandemia nos abrió una ventana y nos dijo cómo se verá Costa Rica en el 2050, tengan la experiencia 20 meses, y ahora que estamos de vuelta, prepárense para el 2050.
“Ese slogan de una sola Caja no es solo un slogan. Es visualizar toda la red articulada, y usar la información que nos genera el EDUS (Expediente Digital Único en Salud) y otros sistemas para usar mejor los recursos. Tenemos que llegar al mismo tiempo a acuerdos políticos sobre cómo vamos a financiar la Caja en el futuro”.
– ¿Cómo vislumbra trabajar acuerdos políticos ante un escenario complicado para estas elecciones?
– No podemos simplemente decir que vamos a entrar a acuerdos políticos solo cuando está el sol afuera y no llueve y todas las condiciones están perfectas. Aun en momentos complejos desde el punto de vista político, en un año electoral, alguien podría decir que entrar en esta discusión es complejo. Pero otros podrían decir que en un año electoral es cuando hay que colocar estos temas sobre la mesa para que sean parte del debate nacional sobre cómo vamos a financiar la seguridad social de Costa Rica en un futuro.
– La pandemia llega en un momento significativo para la CCSS y el país. ¿Cuáles fortalezas y carencias de la Caja quedaron al descubierto?
– Una de las fortalezas es el concepto de una sola Caja, que lo que enmarca es un solo proveedor de servicios de salud públicos. Esa estructura la aprovechamos al máximo porque nos ofrecía la posibilidad, por ejemplo, de reconvertir Cenare (Centro Nacional de Rehabilitación) en Ceaco (Centro Especializado en Atención de pacientes Covid). Esa estructura es muy favorable para atender una emergencia como esta y es una de sus grandes fortalezas.
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“En cuanto a áreas con grandes retos, una es un tema país: no teníamos los sistemas de redundancia o de resiliencia para la continuidad del negocio. Ese negocio puede ser continuar con nuestras exportaciones, la educación, la operación del sistema de salud para patologías no covid y una gran cantidad de áreas. Esa carencia pone de frente dos intereses: el económico y el sanitario. Ese pulso todavía lo sentimos hoy, aunque son dos lados de una misma moneda. No puede haber una economía resiliente si no hay salud”.
– Agilizar procesos, optimizar el uso de recursos y eliminar duplicidades en la CCSS sigue siendo una deuda pendiente, por varias administraciones, incluida la suya. En su caso, ¿cuáles han sido los obstáculos, internos y externos, para la modernización, un proceso en el que todos coinciden sobre su perentoriedad?
– Cuando hay una organización tan compleja y grande, con una historia de 80 años, el cambio hay que liderarlo y venderlo internamente. Sí hemos logrado muchos cambios. Hemos implementado el EDUS, que es un logro nacional, y un trapito de dominguear a nivel mundial porque pocos países lo tienen. Hemos implementado el Sicop (Sistema Integrado de Compras Públicas). El 100% de las compras están en línea. Esto genera transparencia y, esperamos, mayor oferta, competencia y menores precios en las compras de la institución. Hemos implementado nuevos reglamentos, como el de investigación.
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“Yo diría que sí se están logrando muchas cosas. Vea lo que estamos logrando en infraestructura. Se completaron dos torres, la del Calderón Guardia, la torre quirúrgica del México. La obra gris del hospital de Turrialba está avanzada, y estamos en movimiento de tierras con el de Puntarenas. Sí se puede avanzar en la agenda”.
– Pero los tiempos, tan prolongados, para modernizar la institución, ¿son para esta época?
–Sí, pero ya se van sistematizando los procesos. Hay una metodología para incluir proyectos en el portafolio de inversiones. La creación de una Gerencia General ayuda a esa coordinación. Hay programas, como el de la puesta en marcha, que busca la coordinación entre las gerencias para que cuando se concluya un proyecto sea en todas sus facetas. Yo sí siento que se está avanzando, y que hay obras (algunas físicas y otras más reglamentarias) que lo demuestran. La Caja ha demostrado ser la institución indispensable en Costa Rica, y tenemos que cuidarla. Debe tener una gestión fuerte, muy en pro de su objetivo y misión”.
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– Corrupción dentro la CCSS. Es uno de los males mayores en nuestra institucionalidad, y desgraciadamente la Caja no escapa. Lo vimos, incluso en pandemia. Al cumplir 80 años, ¿qué se está haciendo para blindar contra los corruptos a la institución más importante de este país?
– Hechos aislados no representan de ninguna manera el corazón de la institución, y en eso tenemos que ser muy claros. Cualquier presunto acto de corrupción debe ser investigado y tener consecuencias para los presuntos responsables. Así lo hemos instruido desde la Junta Directiva, la Gerencia General y la Auditoría Interna. Pero esto no refleja el corazón de la Caja. Hemos implementado Sicop, y esto genera más transparencia y de búsqueda de mejor eficiencia para darle mayor sostenibilidad. Esto está para quedarse.
– ¿Cómo vislumbra la atención en salud para los próximos 80 o 100 años? El modelo de atención prácticamente no ha cambiado desde los 90, cuando se crearon los Ebáis.
– Hay toda una agenda digital, con el EDUS. Se irá hacia esa medicina personalizada, que generalmente se ve en el contexto del genoma, pero también en que cada persona participe en mantener su propia salud. Precisamente, porque el envejecimiento de la población es una realidad. Pero lo que no está escrito en piedra es cómo envejecemos: si lo hacemos de forma saludable, o de formas severas, que requieren tecnologías costosas que nos mantienen de alguna manera, pero a un alto costo.
– ¿Qué es lo que se imaginan para los próximos años para ese primer nivel de atención en salud?
– Todavía tenemos trabajo por hacer en fortalecer el primer nivel de atención, que es un referente mundial. Su modelo ha demostrado ser muy exitoso. Primero, hay que cerrar brechas. Tenemos una cantidad de Ebáis que debemos que crear, pero sobre esa plataforma tenemos que implementar protocolos y estrategias para controlar y prevenir las enfermedades crónicas más comunes: obesidad, diabetes, la hipertensión.
– Históricamente, hay una gran deuda. Quienes crearon la CCSS desencadenaron un gran cambio. Pero, las nuevas generaciones, ¿qué le están dejando a la CCSS para los próximos años, desde lo individual y colectivo?
– Tenemos que ser más innovadores, porque la innovación es la que nos permite encontrar maneras de atender mejor a la población, prevenir la enfermedad, y reducir costos per cápita, que son un gran reto por el envejecimiento de la población. Este es un reto que los fundadores de la CCSS, hace 80 años, no tenían.
“Tenemos que seguir en esa ola: que la juventud de hoy vea a la Caja viva y relevante. A pesar de que la CCSS tiene 80 años, los próximos 80 años van a ser más relevantes que los primeros 80. Ese envejecimiento de la población significa que más y más personas recurrirán a la institución para curarse y para su sustento en la edad avanzada.
“Pocas instituciones del Estado pueden decir, después de 80 años, que los próximos 80 su relevancia en la sociedad costarricense será mayor. La CCSS tiene que verse como la institución que está creando la Costa Rica de mañana. El mensaje hacia la juventud es de querer forma parte de la Caja, de fortalecerla y también de creer en ella, de que va a haber un sistema de pensiones cuando se retiren, y que ahí estará cuando necesiten mejorar su estado de salud”.