La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) recibió este martes la autorización de la Contraloría General de la República para realizar compras de emergencia con el fin de aumentar la cantidad de camas para atención de enfermos graves de covid-19.
La aprobación se da dos días después de que la CCSS confirmara que Costa Rica alcanzó el peor escenario posible en la pandemia: insuficiencia de camas para cuidados intensivos debido a la cantidad de pacientes graves.
Según las autoridades, esto elevará el ritmo de fallecimientos ante la falta de equipos y de personal para atender a los enfermos más críticos.
La Contraloría informó este martes de que autorizó la compra directa a un “oferente idóneo de equipamiento para la estrategia de expansión de camas para el abordaje de la pandemia por un monto máximo de $1.458.586″.
El pedido lo hizo el domingo 20 de diciembre el gerente médico de la Caja, Mario Ruiz Cubillo.
Los equipos comprenden 48 cánulas de alto flujo (sirven para suministrar o remover fluidos corporales), 258 kits de circuitos de cánulas, 64 monitores de signos vitales no invasivos y 10 monitores de signos vitales invasivos.
Dicha compra también incluye nueve ventiladores mecánicos pulmonares, 15 oxímetros (sirven para medir la saturación de oxígeno en la sangre), ocho aspiradores de fluidos y dos videolaringoscopios.
Pacientes que requieren anestesia general deben recibir asistencia respiratoria durant una cirugía. Para ello, el anestesista puede insertar un tubo a través de su boca o nariz hasta bajarlo por la tráquea y llegar a los pulmones.
Para realizar tal procedimiento, conocido como intubación traqueal, el anestesista por lo general usa un instrumento llamado videolaringoscopio para tener visión directa sobre el recorrido del tubo mientras se aparta la lengua y partes blandas de la boca, y para poder ver las cuerdas vocales directamente antes de la intubación.
Ruiz alegó ante la Contraloría que en las últimas semanas se ha visto un aumento considerable en los casos “ya que nos encontramos en una segunda ola pandémica y, por ende, ha venido en aumento la utilización de camas hospitalarias tanto críticas como no críticas por parte de pacientes de covid-19″, precisa el órgano contralor.
Ruiz agregó que la situación podría agravarse al acercarse fechas de fin de año, debido a las reuniones familiares y aglomeraciones en sitios públicos. Por esa razón, la CCSS requiere activar medidas para generar mayor capacidad de atención de posibles pacientes que lleguen a los hospitales.
Este lunes, en horas de la tarde, los centros médicos tenían disponibles solo 16 camas de cuidados intensivos críticos para pacientes con complicaciones de la covid-19.
Según consta en un comunicado enviado por la institución, dos de estas estaban en el Hospital San Juan de Dios; tres en el Hospital Calderón Guardia; siete en el Centro Especializado para la Atención de Pacientes con Covid-19 (Ceaco); tres en el Hospital Escalante Pradilla, de Pérez Zeledón; y otra en el Hospital Enrique Baltodano Briceño, en Liberia.
La Caja dispone de 359 camas de cuidado intensivo para el combate de la covid-19. De ellas, 116 son para los enfermos en situación más delicada y, por eso, se les conoce como camas de cuidados intensivos críticos.