Si dependiera del hospital de Ciudad Neily, en la zona sur del país, Mireya Esquivel Monge, de 63 años, seguiría esperando la llamada para revisarle una pelotita que apareció en su mama izquierda, en mayo del 2014.
Como la comunicación no llegaba, la mujer corrió por su vida y se endeudó por más de ¢2 millones para pagar pruebas en clínicas privadas, que incluyeron mamografías, ultrasonidos y análisis de biopsias.
Resultado: cáncer de mama en etapa dos.
La operaron en el Hospital San Juan de Dios, en San José, a finales del 2014 no sin antes pagar una consulta a un médico privado que le ayudó a ingresar en la lista de cirugía. Le quitaron un cuadrante de su mama izquierda.
La historia de esta profesora de Inglés en el Liceo de Paso Canoas es una prueba del fracaso de los planes contra las listas de espera que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha lanzado en más de 20 años.
Al menos desde 1993 se han lanzado programas multimillonarios, que han incluido, entre otras medidas, cirugía vespertina (hoy se le conoce como jornada de producción en horario vespertino), pago de horas extra y firma de contratos con hospitales para reconocer el pago de cirugías a los médicos.
Las actuales autoridades de la institución, han admitido fallas en la gestión de las listas: desde registros que se llevan en papel, hasta recuentos de pacientes manejados en desorden , como quedó patente en la crisis del servicio de Cardiología, en el Hospital México.
En abril, lanzaron un nuevo plan enfocado en la atención oportuna, cuyos primeros resultados esperan anunciar a finales de este año.
Las cifras corresponden a las especialidades más críticas, por lo que el número total de pacientes en espera en los hospitales del país podría ser superior.
Esas cifras las engrosará Alejandra Madrigal, de 38 años, a quien hace tres semanas le programaron un ultrasonido ginecológico para el 26 de setiembre del 2019, en la clínica Solón Núñez, en Hatillo, San José.
“Me recomendaron ir a la clínica todos los días, de lunes a viernes, a las 6 a. m., a ver si por casualidad alguien faltaba y me podían asignar el campo a mí. Evidentemente, ahora tengo que hacerme el examen de manera privada porque no sé si las hemorragias que padezco tienen algún riesgo”, manifestó esta vecina de Alajuelita.
Recientemente, en la sección “Cartas” de este diario, Daniel Madrigal Sojo denunció que a su cuñada le programaron para febrero del 2021 una cita para valorar una ruptura de menisco.
“Después de mes y medio de espera para que le dieran la cita en el Hospital Max Peralta (Cartago), la secretaria del Ebáis de Santa María de Dota, con mucha pena le dio un comprobante que decía: su cita será para el miércoles 3 de febrero de 2021 a la 1 de la tarde, solicitándole llegar 20 minutos antes de la cita para realizar el registro”, dijo Madrigal.
“Queda el sinsabor de que, después de cotizar por tantos años, el sistema es una verdadera estafa. Sus respuestas son verdaderas agresiones al pueblo de Costa Rica. Espero que mi cuñada llegue 20 minutos antes, porque podría perder la cita”, dijo.
Intentos. Entre los 475.000 en listas de espera destacan quienes hacen cola en Ortopedia. A junio, había más de 34.000 esperando la evaluación de un especialista. También está Oftalmología, con casi 40.000 personas.
En el caso de exámenes diagnósticos, el registro casi llegaba a 200.000 ultrasonidos pendientes a junio; más de 26.000 asegurados esperaban una gastroscopía y más de 8.000, una mamografía.
Según informó en mayo a los diputados la presidenta ejecutiva de la Caja, María del Rocío Sáenz Madrigal, la espera por una cirugía pasó de un promedio de 623 días, en el 2012, a poco más de 200 hace tres meses.
Sáenz, junto a otros personeros de la Caja, ha tenido que rendir cuentas sobre este tema ante un grupo de legisladores que indaga la crisis en cateterismo cardíaco del Hospital México.
Su comparecencia se debe a la denuncia de la jefa del servicio de Cardiología del Hospital México, Sofía Bogantes Ledezma.
Ella reveló, en abril, la existencia de pacientes fallecidos mientras esperaban un cateterismo. Bogantes ya no tiene la responsabilidad de gestionar esas listas, informó la Gerencia Médica de la Caja.
En medio de todo, la Caja destaca la labor que han desarrollado varios hospitales. Entre ellos, el San Juan de Dios, en San Jósé, y el San Vicente de Paúl, en Heredia. Ambos han logrado bajar sus listas de espera en algunas especialidades médicas.