Agosto del 2020 fue, quizá, el momento más crítico en las finanzas de la Caja durante 20 meses de pandemia, cuando el registro de asegurados cotizantes cayó a su nivel más bajo, con 90.000 contribuyentes menos. Más de un año después, las cifras se alejan de los peores escenarios proyectados por técnicos de la Gerencia Financiera al inicio de esa crisis y, por el contrario, muestran síntomas de recuperación progresiva.
Para setiembre pasado, la cantidad de asegurados cotizantes en el seguro de Salud no solo se recuperó; también creció en cifras superiores a las de antes de la pandemia pues contabilizó 1.817.000 asegurados contribuyendo para este seguro, que cubre la atención de la enfermedad y la maternidad. En enero del 2019, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportaba 1.769.119 de cotizantes, y 1.805.759 en marzo del 2020, cuando se declaró la emergencia nacional por la covid-19 .
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Este crecimiento en el número de asegurados cotizantes se refleja en un aumento en la recaudación, pues se pasó de facturar ¢157.000 millones mensuales en marzo del 2020, a ¢161.453 millones en setiembre de este año. El mes más bajo de recaudación de cuotas obrero-patronales para el seguro de Salud en lo que va de la pandemia fue junio del año pasado, cuando se recaudaron ¢136.911 millones.
La morosidad patronal y de trabajadores independientes no se ha movido hacia la recuperación con la misma celeridad, reconoció el gerente financiero de la Caja, Gustavo Picado Chacón. La patronal era de un 0,68% en marzo del 2020; alcanzó un máximo de 2,01% un año después, y en setiembre del 2021 se situó en un 1,28%.
Entre los trabajadores independientes, se registra una cifra importante, con 47,87% de deuda con el seguro de Salud en setiembre pasado. En marzo del 2020, la morosidad en ese grupo era de un 36,4%, todavía muy alta, alcanzando el mayor reporte en junio anterior, con 56,85%.
Este indicador, admitió Picado, fue y sigue siendo afectado por el impacto de la pandemia en diversas actividades económicas. La tasa de desempleo, destacó, alcanzó un máximo de 24,5% en mayo, junio y julio del 2020, debido a la crisis sanitaria del nuevo coronavirus.
La población desocupada en ese periodo fue de 557.000 personas, lo cual representó un aumento de 270.000 desempleados comparado con el mismo periodo del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), para el cual cotizan más de 1,5 millones de trabajadores, también muestra signos de recuperación. Este sistema de jubilaciones –el más importante del país– pasó de tener 1.556.712 trabajdores cotizantes en enero del 2019 a 1.576.128 en setiembre anterior. La facturación en el mismo periodo se incrementó de ¢75.765 millones mensuales a ¢84.887 millones.
Lejos de primeros escenarios
Las proyecciones financieras reveladas apenas un mes después de declarada la emergencia nacional por la covid, en abril del 2020, pronosticaban una reducción en los ingresos para el SEM de entre ¢190.000 millones y ¢303.000 millones, para el periodo de marzo a agosto de ese año. En el IVM se esperaba una caída en ingresos de ¢417.000 millones.
El 3 de junio del año pasado, el presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya Hayes, calculó el impacto financiero de la pandemia en ¢757.000 millones: ¢346.500 millones menos en el seguro de Salud, y casi ¢286.000 millones en el IVM.
Pero, ¿qué evitó que se cumplieran esos escenarios? Para el gerente financiero, una de las causas es que el desempleo, si bien alcanzó niveles históricos, afectó grupos laborales que no eran contribuyentes activos de la institución.
“La Caja tiene una estructura de cotizantes con varios componentes que la hacen bastante estable. Uno, el sector público, con alrededor de 320.000 trabajadores que aportan alrededor del 46% de las contribuciones para el SEM.
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“En el sector privado, tenemos una concentración de contribuciones en empresas grandes y medianas que lograron mantenerse y resistir, incluso crecer, durante la pandemia. Ese otro componente, nos permitió mantenernos relativamente con poca pérdida”, explicó Gustavo Picado.
El gerente también atribuye el inicio de la recuperación al crecimiento de áreas productivas, como la de telecomunicaciones. Según dijo, este es un sector “altamente formal”.
“Eso es lo que empezamos a experimentar a partir de setiembre, con la recuperación en ciertas actividades. Hay un bloque central de contribuyentes, cotizantes e ingresos, que se mantuvo estable durante la pandemia. Incluso, algunas actividades de comercio tuvieron tendencia a crecer. Otras, como empresas que trabajan a nivel mundial, con call center, aumentaron la cantidad de contrataciones en Costa Rica.
“En los últimos meses, empezamos a recuperar las actividades con más recesión. Algunas, como agricultura, construcción, comercio, restaurantes y turismo, nos empiezan a abonar un poco más de cotizantes, y es lo que nos permite revertir la situación de caída a una de recuperación”, agregó Picado.
Flexibilidad
Para los próximos meses, afirman las autoridades de la Caja, las expectativas son positivas, sobre todo luego de que el Banco Central anunciara mejores indicadores de crecimiento económico para el 2022. La CCSS espera que áreas como turismo y transportes tengan una mayor recuperación y les genere más contribuciones.
“Tenemos noticias de empresas extranjeras con inversión directa, en zonas francas. Esta es una posibilidad de crecimiento de cotizantes para la institución en los próximos meses”, manifestó el gerente.
Picado confirmó que se mantienen por un año más, hasta el 30 de junio del 2022, las medidas de flexibilización anunciadas por la CCSS para facilitar arreglos de pago a morosos; entre ellas, reducción de tasas de interés, aumento en los plazos de pago, disminución de los pagos iniciales para suscribir acuerdos de pago con trabajadores independientes, y reducción del monto cancelado para suscribir readecuaciones de deudas.
“Si bien es cierto hemos logrado la misma cantidad de asegurados cotizantes, en término de morosidad no es tan sencillo volver a los datos antes de pandemia porque muchos patronos, por más facilidades que les demos, han quedado en una total incapacidad de asumir esas deudas.
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“No solo la pandemia no ha terminado, sino que la situación económica no se ha revertido para todos de manera igual. Hay sectores, como el de trabajadores independientes, que sigue siendo un punto de trabajo y desarrollo de propuestas de nuestra parte”, admitió Gustavo Picado, quien confirmó que se continúa con una propuesta de reforma al reglamento y trabajando en el diseño para darles más posibilidades de ponerse al día.
Entre esos temas pendientes, está el de la base mínima contributiva, especialmente sensible para aquellos empleadores que contratan trabajadores por tiempo parcial. En marzo pasado, varios grupos criticaron a la CCSS por aplicar políticas que calificaron de “confiscatorias” y “discriminatorias” en contra de los trabajadores independientes.
“Seguimos trabajando y desarrollando posibilidades para que la gente pueda incluirse en la seguridad social. Nuestro propósito es que todos los trabajadores puedan estar incluidos, y para esto la seguridad social debe ser flexible y mostrarse adaptable”, aseguró Picado.