La Contraloría General de la República autorizó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a comprar de emergencia ocho millones de batas de protección descartables hasta por un monto de ¢11.040 millones, para la atención de pacientes con covid-19.
En su justificación, la Caja indicó que actualmente no cuentan con estos equipos en el área de almacenamiento y distribución, por lo que de no disponer pronto de estos insumos se paralizarían los servicios de atención.
De acuerdo con el oficio GA-CAED-0731-2020 enviado el 10 de julio anterior, la entidad requiere 655.479 unidades de batas por mes, para hacer frente a la demanda existente por la atención de la pandemia.
Con la compra autorizada, pretenden abastecerse por un período de un año en diferentes unidades médicas en donde se atienden pacientes con esta enfermedad.
Según la descripción se trata de batas desechables, con protección contra líquidos, protección contra partículas secas, uso conveniente para todos los propósitos, tela no tejida 100% polipropileno o características superiores, que aseguren una capa impermeable con barrera bactereológica, nivel de seguridad 3 o 4, en las tallas S, M, L, XL y XXL.
Este martes, la Caja envió una instrucción para que ante un escenario de escasez, el personal reutilice los respiradores N-95 .
Responsabilidad
En su criterio, la Contraloría advirtió que “dada la cantidad de insumos que se está adquiriendo, es importante que los responsables de esa entidad que vayan a participar en el proceso de compra autorizado, tomen las acciones necesarias y se responsabilicen por procurar que quien sea seleccionado como contratista, tenga las condiciones para proporcionar las batas en las tallas indicadas en los tiempos oportunos que permitan cumplir la finalidad de proteger al personal médico de la CCSS durante la emergencia”.
Además, el ente contralor recordó a las autoridades de la Caja que deberán velar por la selección de la mejor oferta.
Dicha selección, advierten, deberá estar sustentada en parámetros técnicos y jurídicos.
A inicios de mes, la Asociación Nacional de Profesionales en Enfermería (ANPE) denunció la adquisición de batas de mala calidad, las cuales fueron distribuidas entre el personal del Hospital México.
En ese centro médico se recibieron 1.000 de esos equipos que no eran impermeables, razón por la cual el Hospital debió hacer una compra de urgencia.
Actualmente, la propia CCSS, la Asamblea Legislativa y el Ministerio Público investigan la compra de 12 millones de mascarillas a proveedores inexpertos. Uno de ellos no pudo entregar ni un solo cubrebocas, mientras que el otro aún debe equipos contratados desde mayo.