Mientras haya comercios abiertos, centros de trabajo en funcionamiento e instituciones en servicio, reducir el número de viajeros permitido en autobuses no es una medida viable para disminuir los contagios de covid-19.
Eso es “técnicamente imposible”, respondió con énfasis Manuel Vega, director ejecutivo del Consejo de Transporte Público (CTP).
Vega fue consultado sobre el tema luego de que una publicación de La Nación evidenciara los tumultos en las aceras de San José que sirven de paradas de buses, donde se irrespeta el distanciamiento y no hay vigilancia de protocolos.
Según el jerarca, limitar más la cantidad de pasajeros por unidad provocaría que algunos usuarios queden sin traslado y que se formen filas en las paradas aún más grandes que las actuales.
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“Por qué no llevar un distanciamiento de 1,8 metros dentro del bus, nos cuestiona la gente. Bueno, porque técnicamente es imposible y por eso se establece la mascarilla, se pide a la gente que no hable, que no vaya comiendo, que trate de ir en silencio, de evitar el contacto para que el trayecto sea lo más seguro posible… lo más seguro posible.
“Esto funciona como un espejo. Si se cierran comercios por restricción, entonces eso se refleja en la cantidad de personas que se movilizan. Pero, si por el contrario, se le dice a la gente que vaya a trabajar, que abra sus comercios, que vaya a restaurantes, a la venta de ropa… cuando se hace eso se invita a la gente a salir y se nos llenan los buses. Entonces, ahí hay que llevarlos a todos con mascarillas y con el mayor orden posible”, afirmó.
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Otros aspectos que se deben considerar, según el funcionario, es que las empresas concesionarias no disponen de suficientes unidades para atender altas demandas con un número restringido de pasajeros por viaje, y que una exigencia de ese tipo les ocasionaría daños financieros irreparables.
“Nuestros buses están capacitados para transportar entre 50 y 60 personas. Y qué tirada, yo lo invito a hacer el cálculo, si nosotros llevamos el distanciamiento dentro del bus, en buses de 12 metros serían seis pasajeros de un lado y seis pasajeros del otro. Y en buses de 10 metros serían cuatro personas de un lado y cuatro personas del otro, más el conductor.
“En una empresa cercana que tiene 100 buses se hizo el cálculo. Para operar un bus con distanciamiento se debía multiplicar las unidades existentes por 6,5 para poder transportar en horas pico a la misma cantidad de gente. Entonces, si yo en la mañana tengo que mover a 70 personas, tendría que disponer un total de seis buses más para acomodar a esas ocho personas más el conductor. Eso es imposible.
“Yo tendría que decirle a usted como operador que contractualmente y técnicamente, vea a ver cómo hace y consigue 650 buses más. ¿Verdad que es imposible?”, manifestó Vega.
Debido a la explosión de casos positivos de covid-19 en la tercera ola pandémica que enfrenta el país, el CTP decidió prohibir llevar pasajeros de pie. No obstante, los buses pueden operar con la máxima capacidad de pasajeros sentados.
Anteriormente, se permitía que hasta 10 pasajeros pudieran viajar de pie, pero con la llegada de los aguaceros, hay que cerrar las ventanas y, por lo tanto, se reduce la ventilación.
Por todas estas condiciones, es que el cumplimiento de otros protocolos es fundamental.
“La mascarilla se vuelve en nuestro punto vital para que el sistema no deje de funcionar”, puntualizó Vega.