Mucosidad que sale constantemente o, por el contrario, que “tapa la nariz”. La secreción y la congestión nasal es el pan de cada día para muchos costarricenses y la solución no siempre es tan fácil como tomar un pañuelo desechable y “sonarse” la nariz.
Las causas pueden ser muy distintas: un resfriado o gripe, alergias, como la rinitis, o cuadros de sinusitis. Además, en ocasiones, esa congestión no es sinónimo de un exceso de mucosidad, también puede suceder que los vasos sanguíneos en nuestros senos nasales están inflamados y se produce esa sensación.
Como son diferentes las causas, diferentes serán las formas de abordar el problema. Por eso, en Siéntase Pura Vida tocaremos este tema, de la mano del especialista en Otorrinolaringología José Francisco Zamora.
El experto destacó que hay diferentes factores que motivan la aparición de la congestión nasal. Factores ambientales, virus, bacterias, alergias y deformidades en la nariz hacen que nos den diferentes grados de congestión.
“El frío, los cambios de temperatura o los olores fuertes nos pueden congestionar mucho. Pero también está la influencia que generan los virus y cómo actúa nuestro sistema inmunitario. Además, está lo alérgico, las deformidades de la pared, el tabique nasal o de otras partes de la nariz, como los cornetes; todo eso influye”, explicó el médico.
La mayoría de los casos, señaló, no son alérgicos, pero los más crónicos y frecuentes sí. En este sentido, el componente hereditario es más fuerte. La alergia es una respuesta mayor de nuestro sistema inmunitario a un estímulo, lo que en muchas ocasiones lleva carga genética. En este sentido, el Valle Central, con su humedad y ventosidad característica y un tiempo más frío que en las costas, hacen que las alergias sean más prevalentes.
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Lo que nunca debemos hacer
Zamora adujo que, aunque parece obvio, la recomendación es no tocarse la nariz.
“En algunos casos de pacientes crónicos se forman, en lugar de una secreción profusa, ‘costras’. Si la gente se toca la nariz buscando quitarlas, podría romperse y sangrar”, advirtió.
Otras prácticas que deben evitarse son la automedicación o el pretender “recetar” a otras personas lo que a nosotros nos funciona, ya que no necesariamente la causa de la congestión es la misma.
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“Automedicarse siempre es de riesgo, y todavía de más riesgo es decirle a alguien que se tome algo, solo porque nos parece que tiene lo mismo que nosotros”, subrayó el médico.
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Lo que sí debemos hacer
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Los consejos dependen de la causa del padecimiento. Si es un resfrío o una gripe, probablemente la situación se irá cuando se recupere el resfrío. Con esto, los mismos medicamentos para el resfrío ayudarán al alivio.
En el caso de los riníticos crónicos, estos requieren una revisión médica que los acompañe y tratamientos médicos acordes. Pero estas personas también requieren de otros cuidados, como mantener el lugar y el sitio de trabajo limpios, evitar el contacto con el polvo, dejar las alfombras y los peluches.
“Es necesaria la orientación médica, porque a la larga pueden ser pólipos nasales o desviaciones del tabique de la nariz que requieren una revisión para ver si ameritan una cirugía”, manifestó.
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¿Cuándo buscar ayuda?
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Si ya la situación se vuelve muy frecuente o si la congestión ya riñe con la calidad de vida es bueno buscar ayuda médica. Las personas pueden comenzar por ir a su Ebáis o médico general. Él sabrá cómo guiarlos y en qué momentos es requerida una referencia a un especialista, ya sea en Otorrinolaringología o Alergología.
¿Y si queremos buscar consulta con especialista, con quién ir? Zamora indicó que los otorrinolaringólogos podrán hacerse cargo de la gran mayoría de los casos, ya que pueden ver la situación de la nariz y ver si es requerida una cirugía.
Si el profesional en Otorrinolaringología considera que el problema no se solventa con una cirugía o si es un problema de alergias muy fuerte, ellos referirán con el alergólogo.
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