La primera palabra en la lista de recomendaciones es precaución, sinónimo de cautela y cuidado que serán necesarios cuando en los últimos días del 2021 y los primeros del 2022 vuelva a reencontrarse con seres queridos, salga a comer, a dar una vuelta o a ver una película fuera del sillón de la casa.
Salir un poco más o recibir a personas en nuestro hogar todavía requiere una importante dosis de prudencia y – ¿por qué no decirlo?– de inteligencia estratégica, para planear esos encuentros y reencuentros procurando reducir al máximo el nivel de exposición al riesgo de contraer la covid-19, porque la enfermedad no se ha ido, ni se irá.
El virus SARS CoV-2, causante de esa enfermedad, seguirá acechando sobre todo a los más susceptibles, que hoy son los no vacunados (entre ellos, la población infantil, que está en espera de la vacuna), y personas con factores de riesgo, quienes seguirán entre los más vulnerables, para este y cualquier otro padecimiento.
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Gracias a la vacunación masiva, en el último mes cayeron los contagios nuevos, hospitalizaciones y muertes.Todo indica, entonces, que los aires navideños serán de mayor tranquilidad, lo que permitirá una mayor asistencia a actividades de entretenimiento y ocio. La apertura anunciada por el Gobierno está condicionada, eso sí, a completar el esquema de vacunación y a la presentación de un certificado con código QR que así lo compruebe. De aquí probablemente parte todo lo que sigue.
Por eso:
1. Vacunación, la primera de todas. Complete su esquema y procure que sus seres queridos también estén protegidos con la vacuna.
2. Al reanudar estas actividades sociales y de movilidad, no olvide la mascarilla y el alcohol en gel, que serán sus compañeros de viaje durante mucho tiempo más, aunque sea al minisúper de la esquina.
“Es fundamental. Será la última medida en retirar”, dice la exministra de Salud MaríaLuisa Ávila.
3. Debe procurar verse solo con personas vacunadas con el esquema completo. Incluso, si va a un restaurante o a un teatro, que le aseguren que los asistentes cumplen ese requisito porque ahí se solicita el certificado de vacunación, y estar seguro que, además, el nivel de seguridad le permitirá disfrutar tranquilamente de una conversación, cara a cara, muchos meses pospuesta, porque se respetan las distancias físicas mínimas establecidas.
4. Mantener el correcto lavado de manos. “La pandemia nos ha servido para recordar una medida que ha salvado muchísimas vidas en la historia de la humanidad”, añadió la pediatra inmunóloga Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños, quien clama para que se mantengan los puestos de lavado de manos en todos los sitios, públicos y privados.
5. Si se reúne con seres queridos, sean familiares, amigos o compañeros de trabajo, busque que sea en sitios abiertos donde haya una buena provisión de luz solar y ventilación natural, además del espacio.
¿La ventaja para los costarricenses de los días que vendrán? Que el verano, con su dosis de vitamina D en el sol, y el viento, permitirá disfrutar con mayor tranquilidad de esos nuevos aires.
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El salubrista Darner Alvarado Mora, quien dirige el Laboratorio Nacional de Aguas, de Acueductos y Alcantarillados (AyA), es un férreo creyente de las ventajas que la naturaleza y el clima de nuestro país proveen para la salud de las personas; los considera un blindaje contra el SARS-CoV-2.
“Lo bueno del verano, cuando lleguemos a 200 casos al día (de covid-19), es que la gente va a estar mentalmente mejor, va a tener horas aire, horas sol, va a estar más distendida y esto provocará que se sienta mucho mejor. Esto por dos efectos: primero, porque el sol elimina el virus, y esto está comprobado en estudios, y porque mentalmente vamos a estar mejor”, reiteró el salubrista.
“Lamentablemente, apenas empezamos a bajar casos, empezamos a hacer fiesta, y eso es una equivocación”, advirtió Mora al describir los riesgos de caer en el peligroso extremo de creerse totalmente invulnerable o todopoderoso solo por el hecho de estar vacunado. Aconsejó echar una mirada a lo que está pasando en otros países, donde los casos han aumentado por ese exceso de confianza.
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Cuidar a los más vulnerables
El riesgo ‘0′ no existe, recordaron epidemiólogos, infectólogos, inmunólogos y virólogos consultados por La Nación. El secreto aquí, en esta nueva fase de la pandemia de cara a una mayor apertura, es bajar el nivel de exposición al riesgo, porque los enfermos seguirán apareciendo, continuarán llegando a los hospitales y, sí, desgraciadamente, habrá muertes. No en las cifras abrumadoramente altas de hace unos meses, pero no desaparecerán.
El epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero Zúñiga, explicó que este virus se seguirá esparciendo para sobrevivir, y lo hará buscando a los más vulnerables para convertirlos en sus huéspedes: “En la población más inmunocompetente (los más resistentes por salud y por vacunación), vamos a ver bajas tasas de contagio y en ellos observaremos pequeños brotes.
“Las cantidades de casos importantes, en un futuro más o menos inmediato, las veríamos en la población menor de 12 años por no estar vacunados todavía, y estar más expuestos al virus a través de otros adultos. También los adultos mayores por inmunosenescencia (debilitamiento del sistema inmunitario por envejecimiento) y factores de riesgo, que si se vuelven a enfrentar al virus, algunos se irán a enfermar. La mortalidad (de las últimas semanas) está en el grupo de adultos mayores de 65 años con factores de riesgo”, dijo.
Esto también está relacionado con la historia natural de cualquier microorganismo, incluidos los virus, que siempre encuentran al susceptible, porque es su forma de sobrevivir, como explicó Ana Morice, asesora de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud (OPS-OMS).
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“Si a finales de este año tenemos un porcentaje elevado de personas con segundas dosis, 80% o más, eso nos da ventaja de iniciar 2022 con un nivel de inmunidad protector para mantener los servicios de salud, y eso nos va a permitir reactivar la economía, reactivar la educación, dar respuesta a las listas de espera, dedicar más a la salud mental.
“A nivel individual, vamos a tener que seguir manteniendo las medidas. El uso de mascarillas, al menos todo 2022. Seguiremos con lavado de manos, tratando en la medida de mantener la distancias. Mantener el testeo. Si nos sentimos mal, quedarnos en casa. Habrá más flexibilidad de las medidas gubernamentales, pero más responsabilidad nuestra”, manifestó Morice.
Medir el nivel de riesgo
La pediatra infectóloga y exministra de Salud, María Luisa Ávila Agüero, suma entre sus consejos para este momento de la pandemia, medir el nivel personal de riesgo.
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En otras palabras, sepa cuánto se debe cuidar según su estado de salud y sus factores de riesgo. “Si es una persona de 30 años, sana y vacunada posiblemente deba tener menos precauciones que si tengo 70 años, soy diabética e hipertensa y acabo de pasar por quimioterapia. Yo, más que nadie me conozco y sé cómo debo exponerme.
“Visualizo un mejor panorama, una mejor Navidad, un final y principio de año diferentes al del año pasado, un poco más seguros, pero sin confiarnos. El problema es que si yo que tengo tres dosis, confío en que tengo full protección, abandono las mascarillas y me reúno con todo el mundo sin conocer sus hábitos, ahí puedo estar cometiendo un grave error y enfermar”, advirtió la exministra.
Como ella, también la directora del Hospital Nacional de Niños considera que viene un tiempo de esperanza, pero no de confianza absoluta. “Lo que hemos aprendido como humanidad de estos meses tan difíciles, no se nos puede olvidar nunca. Tenemos grandes oportunidades de que el periodo pospandémico nos haga mejores seres humanos, pero cada quien es responsable de su bienestar y a su vez es responsable de colaborar con el bienestar colectivo”, expresó.