La contención de la pandemia de covid-19 que ha logrado el país permitió reducir el número de camas dedicadas a la atención de quienes requieren internamiento en Cuidado Intensivo.
Hasta este jueves, los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tenían asignadas 521 camas en salón para la atención de enfermos por el virus respiratorio que estén menos complicados, y otras 27 en servicios de Cuidado Intensivo (UCI) para los más graves.
La capacidad instalada en UCI es de 227 camas. A finales de marzo, se tenía proyectado destinar al menos 147 de ellas a enfermos graves de covid-19, con posibilidades de aumentar el número si el impacto de la pandemia en el país lo ameritaba.
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Por el momento, esto no ha sido necesario debido a que la cifra de personas que han requerido cuidados complejos como los que se dan en ese servicio no ha sobrepasado las 15 en los dos meses de emergencia nacional por el nuevo coronavirus.
FUENTE: CCSS || DISEÑO / LA NACIÓN.
De acuerdo con los números más recientes facilitados por el Ministerio de Salud, este jueves, en todo el país permanecen hospitalizadas 19 personas por esta causa; seis en UCI.
Desde el 6 de marzo, cuando se detectó el primer caso, a la fecha se han registrado 765 enfermos, de los cuales solo 314 están activos. Se han dado seis decesos.
En total, la CCSS tiene 5.400 camas en sus 29 hospitales. Al inicio de la emergencia por covid-19, sus autoridades informaron de que tenían capacidad de dedicar un 30% (alrededor de 1.600) para la atención de estos enfermos.
La CCSS advirtió, por medio de su oficina de prensa, que la institución está en capacidad de aumentar capacidad si fuera necesario y de acuerdo con la evolución epidemiológica de la pandemia aquí.
La institución, además, transformó el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) en uno especializado para la atención de enfermos menos complejos afectados por covid-.19, con el fin de desahogar otros hospitales.
Gran parte de las acciones de mitigación emitidas por el Ministerio de Salud durante esta emergencia, van enfocadas a prevenir, a toda costa, que se saturen los servicios de atención médica, tal y como ha sucedido en España, Italia, Reino Unido y Estados Unidos.
En esas naciones, y en otras de Latinoamérica, como Ecuador y Brasil, el incremento exponencial en el número de enfermos hizo caer en crisis a los hospitales, que no tienen espacio para la atención de enfermos graves que requieran soporte ventilatorio artificial.
En promedio, un paciente en Cuidado Intensivo con covid-19 puede requerir esos servicios hasta por tres semanas.
En el caso costarricense, los pacientes que han requerido UCI hasta el momento son personas cuya situación de salud se ha complicado porque tienen otras enfermedades de fondo; principalmente, diabetes, hipertensión, obesidad, dislipidemias y tabaquismo.
Las seis personas actualmente internadas en una UCI de la CCSS, tienen entre 53 y 75 años; pero ha habido momentos, como a finales de abril, donde ahí atendieron a un enfermo de 35 años.
En promedio, los enfermos que son internados ahí permanecen hasta tres semanas requiriendo atención pues sufren de complicaciones asociadas. Las principales, arritmias cardíacas, lesiones en sus riñones y heridas en la piel (úlceras) propias del cuidado crítico por estar encamados.
Un paciente estuvo mes y medio, sin que lograra recuperarse.