La polémica por el uso de dinero de los asegurados para servir comida a los nueve miembros de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social y otros altos funcionarios de esa entidad volvió a generar reacción de la Contraloría General de la República (CGR).
Este viernes 2 de junio, la oficina de prensa de la Contraloría confirmó la apertura de una investigación de oficio relacionada con la compra de bebidas y alimentos para las sesiones, las cuales se realizan dos veces a la semana.
La pesquisa incluirá la aprobación de un reglamento para la adquisición de servicios de alimentación para las citas de la Junta Directiva que superen las cuatro horas.
Esa norma, avalada el pasado 19 de mayo, contradice pronunciamientos de la CGR que desde 2013 ha reiterado que los gastos de alimentación para sesiones de Junta Directiva u otras actividades administrativas deben ser algo “excepcional y esporádico”.
Asimismo, el reglamento se separa de los señalamientos del ente contralor de que los funcionarios públicos que reciben un salario o dieta deben comprar la comida durante el ejercicio de sus labores con su propio peculio.
La apertura de una investigación en la Contraloría ocurre siete días después de que La Nación revelara, el 26 de mayo, una cadena de correos que sugieren el uso de un contrato de alimentos para pacientes del Hospital México para dar de comer a directivos durante sesiones.
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Los informes de ejecución presupuestaria muestran que la Caja empleó fondos públicos para servir refrigerios y platillos desde años atrás. Por ejemplo, solo entre 2017 y 2020 las facturas por ese tipo de servicios ascendieron a más de ¢50 millones.
En 2022 y 2023 se compraron alimentos y bebidas pese a que no existía una partida presupuestaria para ese fin, ya que, desde diciembre de 2020, la Contraloría reprobó ese tipo de gastos.
Solicitó información
La Contraloría señaló, ante una consulta de este diario, que el Área de Denuncias ya solicitó toda la información necesaria a la Caja para proceder con la revisión, la cual podría finalizar en sanciones para los involucrados.
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Se le consultó a Marta Esquivel su posición frente a la investigación anunciada por la Contraloría, pero al cierre de esta información, no contestó los mensajes enviados a su teléfono celular.
En declaraciones dadas días atrás, Esquivel reconoció que consumió, en varias oportunidades, los alimentos servidos durante los encuentros de la Junta Directiva.
Tras las publicaciones de este diario, la Auditoría Interna de la CCSS también anunció una investigación sobre este tema.
Por cada sesión, los nueve integrantes de la Junta Directiva reciben una dieta de ¢58.000, aproximadamente.