Lima, Perú. Las actuales negociaciones de un nuevo tratado mundial sobre el clima parten de la urgencia de todos los paíse por reducir las emisiones de carbono e implica que asumirán compromisos según sus realidades.
Si se firma en el 2015, el acuerdo entrará en vigor en el 2020.
Entonces, ¿qué pasará entre el 2015 y el 2020? Los países se arremangarán para disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y prevenir así que la temperatura sobrepase el umbral de los 2 °C.
Voluntariamente y según sus realidades, las naciones definirán cuáles serán sus contribuciones nacionales.
Esto quiere decir que, para diciembre del 2015, Costa Rica deberá comunicar a la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático qué está haciendo para reducir su inventario de GEI, cuánto más hará y cuándo.
“La meta de carbono neutralidad nos dará el norte para trabajar las contribuciones nacionales. Llevamos trabajo adelantado; lo que tendríamos que hacer son ajustes a partir de lo que se defina en Lima”, comentó Giovanna Valverde, delegada tica en las negociaciones.
En principio, estas contribuciones nacionales deberán ser ambiciosas y reflejarse en una disminución del inventario de GEI, el cual se calcula en 8,78 millones de toneladas de carbono, según medición al 2010.
“No podemos plantear nada distinto a la carbono neutralidad”, destacó William Alpízar, de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (Minae).
Además de dar prioridad a la mitigación de gases, las contribuciones nacionales incluyen medidas de adaptación, financiamiento, transferencia de tecnología y asesorías.
De hecho, Costa Rica podría incluir en medios de implementación iniciativas de cooperación Sur-Sur y así asesorar a otros países en proyectos de Pago por Servicios Ambientales (PSA), mercado local de compensaciones de carbono y la norma de carbono neutralidad para empresas.