En el 2080, el tico 5 millones apenas estará sobrepasando los 60 años. Para ese momento, será considerado un adulto mayor.
Si para entonces el país no ha invertido lo suficiente para atender las necesidades del envejecimiento de esa camada, su futuro podría ser incierto.
El geriatra Fernando Morales Martínez, director del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, apuesta a que esta generación que está por nacer logre desarrollar las habilidades que les permitan ser exitosos en su vida personal. Esto no significa necesariamente tener abundancia de dinero, advirtió.
“Que sea sano, activo y realmente tenga un autocuidado de su salud, integralmente hablando, incluyendo la parte espiritual. Que tenga muy presente los principios y valores heredados de sus ancestros. Por más que el consumismo y la belleza lo quiera arrodillar, combata eso con los valores heredados de su familia para que pueda ser una persona muy independiente y autónoma en el futuro”, aconsejó el especialista.
Sin dejar de ser realista al reconocer que Costa Rica se ha retrasado en la respuesta a las necesidades del envejecimiento de su población, Morales también admite las bondades que el país también ha desarrollado para garantizarles una buena atención de salud, al menos a las actuales generaciones de adultos mayores.
Morales participó en una serie de cuatro videos como parte del proyecto informativo de La Nación sobre la llegada del tico 5 millones.
Varios especialistas analizan algunos de los escenarios más importantes para esta nueva generación. El grupo lo integran la demógrafa del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Olga Araya Umaña, el demógrafo Luis Rosero Bixby, y la economista y demógrafa del Estado de la nación, Pamela Jiménez Fontana.