El Hospital Nacional de Niños (HNN) y el Ministerio de Salud confirmaron, la tarde de este viernes, que se investiga un segundo caso de hepatitis infantil de origen desconocido.
Olga Arguedas Arguedas, directora del centro de salud, indicó que se trata de una niña de cuatro años, vecina de la Gran Área Metropolitana (GAM) y que acudió a su área de salud por un dolor abdominal, vómitos, dolor de cabeza y fiebre.
“Es un segundo caso de hepatitis aguda grave de causa desconocida. Se le hicieron las pruebas respectivas y se corroboró el diagnóstico de hepatitis. En las siguientes horas evolucionó en el empeoramiento de sus síntomas y por eso se refirió al HNN y decidió hospitalizarse”, manifestó Arguedas.
En el centro médico se ratificó que no se trata de una hepatitis ni A, ni B, ni C. Costa Rica no está en capacidad de hacer exámenes para determinar si se trata de hepatitis D o E, por lo que se deben enviar las muestras fuera del país.
La menor está internada a la espera de completar más estudios. Arguedas destacó que se le hizo la prueba para detectar si había presencia del adenovirus F41, un virus que se ha ligado en los últimos días a muchos casos de hepatitis infantil en las últimas semanas. Sin embargo, la prueba dio negativa, la hepatitis entonces no es causada por este virus.
También se descarta que sea un evento adverso a la vacuna contra la covid-19 porque la menor, por su edad, no es candidata a recibir ese producto. De hecho, ningún caso de hepatitis de origen desconocido bajo investigación en el mundo ha sido vinculado con este fármaco.
El primer caso sospechoso en Costa Rica se presentó la semana anterior en una niña de dos años y ocho meses que ya está recuperada en su casa. Ella también dio negativo a los tres tipos de virus de hepatitis que se pueden analizar en nuestro país. Los resultados para determinar si se trató de hepatitis D o E todavía no han llegado, por lo que se sigue considerando un caso sospechoso.
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En detalle
Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), difundidos el pasado martes, hablan de 228 casos en 20 países y otros 50 en investigación. Se han reportado cuatro muertes, tres de ellas en Indonesia. No se han dado actualizaciones de cuántos han requerido trasplantes de hígado. La semana pasada, eran 17.
Ninguno de los casos identificados hasta ahora corresponde a uno de los cinco virus de la hepatitis; tampoco hay causas comunes que arrojen que todos los niños presentaron una infección con otro virus o bacteria ni que todos hayan estado expuestos a un mismo alimento o sustancia que los haya intoxicado.
De hecho, no hay relación entre los casos registrados, salvo dos niños en Reino Unido que estuvieron conviviendo.
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La OMS aclaró que es temprano para hablar del impacto de la enfermedad. “Todavía no está claro si se trata de un aumento de los casos de hepatitis o si más bien el aumento en la alerta haya hecho que se detecten casos que normalmente no se habrían detectado”, cita un reporte emitido el pasado 23 de abril.
La organización también se mantiene cautelosa en torno al posible vínculo de esta enfermedad con el adenovirus F41, caracterizado por causar problemas gastrointestinales.
“Aunque el adenovirus actualmente es una hipótesis de la causa, no necesariamente explica la severidad de las manifestaciones clínicas. La infección con el tipo 41 no se ha vinculado anteriormente a esas presentaciones clínicas. (...). Sí se han tenido casos de hepatitis en niños inmunocomprometidos y con infección de adenovirus, pero el tipo 41 no se ha asociado con hepatitis en niños saludables”, subraya el informe.
Este viernes, las autoridades de salud británicas emitieron un nuevo informe técnico sobre la situación. Dentro de los posibles orígenes no descartan el adenovirus, pero incluyeron uno nuevo: un síndrome pos infección del SARS-CoV-2, que podría deberse a un efecto generado por la variante ómicron. Otra de las hipótesis apunta hacia una nueva variante de este coronavirus.
Estas son posibles ideas del origen que se están investigando, por lo que nada puede determinarse como concluyente. Es por esta razón que la enfermedad sigue definiéndose como de origen desconocido.
Este jueves autoridades estadounidenses dijeron que investigan 130 casos en 25 estados de menores que enfermaron en los últimos siete meses. De ellos, más del 90% tuvieron que ser hospitalizados, el 16% requirió un trasplante de hígado. Además, cinco niños habrían fallecido.
“Aunque es raro, los niños sí pueden tener hepatitis grave y es normal que la causa sea desconocida”, indicó en conferencia de prensa Jay Butler, director de enfermedades infecciosas del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
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Seguimiento en Costa Rica
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Desde hace varios años, todos los casos de hepatitis, por cualquier causa, son de declaratoria obligatoria ante el Ministerio de Salud y ante la subárea de Vigilancia Epidemiológica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por lo que esto hace que sea más fácil una detección y atención temprana.
Para esta alerta internacional, el Ministerio de Salud conformó un equipo interinstitucional que está dando seguimiento al comportamiento del evento. Además, el HNN estudia los diferentes reportes a nivel mundial y tiene un plan listo por si se confirmaran pacientes.
“Tenemos ya en alerta al personal de Gastroenterología, que son quienes atenderían un caso si se presentara, y al servicio de trasplante, porque es importante que ellos estén conscientes de esta alerta”, declaró la jerarca. Si se diera un caso, debe ser tratado en hospital, y, por las particularidades, ser trasladado al HNN.
“En primer lugar, porque desconocemos la causa. En segundo, porque desconocemos la contagiosidad; no queremos exponer a otras personas de su familia. Y en tercer lugar, por el riesgo de que tenga una evolución fulminante, tiene que estar bajo vigilancia hospitalaria”, subrayó.
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