Proteger a los adolescentes de males como el tétanos, difteria y tosferina es el objetivo de un plan que evalúa la Comisión Nacional de Vacunas.
Consiste en la aplicación de una única dosis, a los 10 años junto con la vacuna contra el virus del papiloma, que ya se pone a esa edad.
Roberto Arroba Tijerino, coordinador de inmunizaciones de esa comisión en el Ministerio de Salud, confirmó que esa es una de las vacunas cuya introducción analiza el grupo de expertos.
También se revisa la introducción de la segunda dosis contra la varicela, que se pondría a los cuatro años; proteger con una vacuna a la población de comunidades en riesgo de brotes por Hepatitis A, y plantear la obligatoriedad de cumplir con el esquema nacional de vacunación a quienes aspiren a la residencia temporal o a la nacionalidad costarricense.
Arroba presentó la información en el foro “Vacunar salva vidas: el impacto de la vacunación en Costa Rica”, organizado este martes por La Nación, y presentado por Pfizer.
En este foro también participaron Leandra Abarca Gómez, coordinadora del Programa de Inmunizaciones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); Albin Chaves Matamoros, experto en Farmacoepidemiología; María Luisa Ávila Agüero, jefa de Infectología del Hospital Nacional de Niños e investigadora biomédica; y Graciela Morales, líder global de vacunas de Pfizer.
La introducción de esas dosis está en análisis de los grupos técnicos, tanto por el impacto epidemiológico que pueda tener como el. económico. Según, Arroba, es un hecho que hay que caminar en esa vía.
Durante la actividad, se discutió la pertinencia de fortalecer el esquema básico no solo con la introducción de nuevas vacunas, sino también con la posibilidad de ampliar a otros grupos de edad, es decir, ya no solo dirigir esta protección a niños y personas adultas mayores.
Costa Rica tiene uno de los mejores esquemas de inmunización del mundo. Es una de las razones por las cualesse coloca como potencia mundial, coincidieron los expertos.
El esquema actual protege contra 20 enfermedades infectocontagiosas, como polio, rubéola, neumococo e influenza. Este año, se introdujeron vacunas contra el rotavirus, causante de importantes brotes de diarrea, y contra el virus del papiloma, responsable del cáncer de cérvix.
Actualmente, por medio de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el país realiza una inversión cercana a los $25 millones anuales para lograr coberturas que superan el 90% de la población.
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María Luisa Ávila Agüero, quien ha liderado investigaciones en esta área, destacó el impacto de la vacunación más allá de la salud.
La infectóloga recordó cómo la enfermedad es un factor desencadenante de la pobreza en los países, e instó a recuperar el potencial en investigación y desarrollo de Costa Rica.
De acuerdo con la investigadora, en este momento hay 264 vacunas en desarrollo en todo el mundo: 137 para prevenir enfermedades infecciosas, 101 para atacar diferentes tipos de cáncer, 10 para las alergias, 8 contra enfermedades autoinmunes y 4 contra el alzhéimer.
Otros beneficios de las vacunas, dijo la especialista, es su contribución en la reducción de la resistencia antibiótica, el desarrollo de la capacidad de aprendizaje de las personas y en la disminución de la pobreza.
Por su parte, Graciela Morales instó a dejar de llamar “gasto en salud” lo que debería ser considerado una inversión, y apreciar la salud como un bien que propicia el desarrollo económico.
Como representante empresarial, Morales hizo hincapié en la conveniencia de propiciar alianzas público-privadas, estrategia dentro de la cual, las vacunas tiene gran potencial a nivel global.
El objetivo, acotó, es lograr la sustentabilidad de los sistemas de salud con el desarrollo de cinco enfoques. Entre estos destacó la promoción de modelos innovadores de contratación, el modelo de salud integrado, los subsidios para impulsar la inversión multinacional y las alianzas locales con el sector privado.
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En los últimos 50 años, Costa Rica ha evolucionado de tener vacunaciones aisladas y coyunturales a desarrollar campañas programadas, con casi tres millones de dosis aplicadas anualmente a la población, dijo Leandra Abarca.
Para la especialista, los próximos pasos del país se dirigen hacia fortalecer las actuales coberturas, mejorar los procesos de formación del personal, y consolidar la vacunación en el llamado ‘curso de vida’, es decir, para todas las edades.