En un plazo máximo de dos meses, el país debe decidir cuándo y cómo será la próxima campaña de vacunación contra la covid-19.
La Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE), del Ministerio de Salud, ya tiene el tema en su radar de análisis porque, en un asunto tan delicado, Costa Rica no puede esperar a diciembre para negociar con las farmacéuticas la adquisición de más dosis.
El secretario de la Comisión, Roberto Arroba Tijerino, confirmó a La Nación la relevancia de este asunto.
“Es un tema realmente importante. Lo estamos valorando en la Comisión, ya estamos pensando qué vamos a hacer para el próximo año. Es un tema que ya se tiene en discusión.
“Todavía no podemos decir nada porque realmente no sabemos qué va a pasar, pero es un tema que la Comisión está valorando. Tenemos que ver el tema económico, de dónde vendrá el financiamiento para estas vacunas”, dijo Arroba.
Entre los puntos que se deben comenzar a aclarar está si la siguiente vacunación será de un refuerzo contra la covid-19, o si más bien será una nueva campaña masiva, como la que actualmente está en marcha y la cual le ha significado al país una inversión de $100 millones solo en la compra de las vacunas.
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También se tendría que decidir si será una jornada similar a la de la influenza; es decir, dirigida solo a personas en grupos de riesgo. Al mismo tiempo, hay que determinar el eventual rol que jugarán los servicios privados de salud (farmacias y hospitales) en la disponibilidad de la vacuna.
Roberto Arroba explicó que la ley 8111, Ley Nacional de Vacunación, indica que la adquisición de las dosis usualmente corresponde a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y al Ministerio de Salud.
En el caso de esta campaña contra la covid-19, considerada histórica, la compra ha corrido por cuenta de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), que dispuso de su fondo al haber sido declarada la pandemia como una emergencia nacional, en marzo del 2020.
“La Comisión Nacional de Emergencias está asumiendo toda la compra. Pero hay que ver, hay que esperar. Si ya no fuera un estado de emergencia la covid, las vacunas tendrían que adquirirse por medios propios, es decir, entre la Caja y el Ministerio. Esto todavía no lo sabemos.
“Tenemos que seguir esperando un poco para ver cuáles serán los próximos pasos: si se comprará vacuna para toda la población o para grupos de riesgo, como se hace con influenza. Y el tema de la vacunación a nivel privado. Son cosas que no sabemos en este momento”, reconoció Arroba.
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El tiempo es un asunto medular, agregó.
“No le puedo decir que mañana, pero en un par de meses, como muy tarde, ya la Comisión (de Vacunación) tendrá que tomar un acuerdo si se va a valorar adquirir vacunas para el próximo año, pensando en un refuerzo, en vacunación masiva, en una campaña solo a un grupo de riesgo con más chance de enfermar o morir...
“Son temas que está valorando la Comisión y que esperaría que no sea mucho el tiempo para tomar el acuerdo. Porque, además, si pensamos que los laboratorios estarán pendientes de los países para comprar vacuna para el próximo año, no podríamos decir ‘en diciembre compramos vacuna’, porque (las farmacéuticas) nos dirán que ya no hay posibilidades”, advirtió Arroba.
Tomar previsiones
Tanto el ministro, como el viceministro de Salud, Daniel Salas Peraza y Pedro González, respectivamente, han salido a aclarar en público las razones por las cuales Costa Rica tuvo que hacer una “inversión a riesgo” para garantizar la provisión de vacunas contra el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que causa la covid-19.
En enero, Pedro González, quien en ese momento fungía como ministro interino de Salud, explicó a los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios que el país tuvo que apostar a “inversiones financieras a riesgo” para garantizar la provisión de dosis.
Esto permitió a Costa Rica iniciar la vacunación el 24 de diciembre, y no en algún momento del primer trimestre de este año, como estaba originalmente previsto.
Costa Rica se colocó así entre los primeros seis países del mundo en proteger a su población contra la covid-19, entre los primeros tres de Latinoamérica, junto a México y Chile, y en la lista de las 50 naciones que, a inicios del 2021, mantenían activa una campaña de vacunación para frenar el avance de la pandemia.
Por esto mismo, Daniel Salas tuvo que rendir cuentas ante el plenario, el 31 de mayo, en donde volvió a explicar las razones de haber comprado dosis a las farmacéuticas Pfizer y AstraZeneca para cubrir a poco más de 4,5 millones de personas.
Si el país solo se hubiera comprometido con el mecanismo conocido como Covax, apenas 140.000 personas tendrían su esquema completo a esta altura del año, y Costa Rica tendría dificultades para conseguir vacunas en el mercado internacional.
“Hay que decirlo: el mecanismo nació con una buena intención por un tema de equidad, para proteger, al menos, al 20% de las personas con riesgo importante de enfermar o morir. Con Costa Rica, la experiencia no ha sido tan buena porque las cantidades no llegaban a 140.000 dosis.
“Uno se pregunta qué habría pasado si nos hubiéramos quedado solo con Covax: solo tendríamos 140.000 vacunadas. Son los dilemas. Afortunadamente, el Gobierno decidió tener estos mecanismo bilaterales, y es lo que ha permitido tener a más de 2,5 millones, al menos, con una dosis aplicada”, enfatizó Arroba.
En principio, amplió el médico, el país tenía un acuerdo para dos millones de dosis, pero quedan seis meses por delante y todavía está por verse si se completará ese compromiso.
“Covax era únicamente para un 20% de la población, es decir, un millón de personas. Eso era algo que el país no pensaba. ¿Qué pasaba con el resto de la población que sí requería de vacuna? Ya hubiéramos vacunado a un millón de personas y nos hubiéramos quedado sin margen”, reiteró Arroba.
Según los datos más recientes de la CCSS sobre cobertura de vacunación, al 28 de junio se habían colocado más de 2,4 millones de dosis, y más de 811.000 personas tenían su esquema completo, de dos dosis.
Hasta el 2 de julio, el Ministerio de Salud había registrado 371.206 casos confirmados de la enfermedad, y 4.686 fallecidos por causas relacionadas con la covid-19.